Un elemento clave en el actual panorama electoral paraguayo es la contradicción constante. Varios de los candidatos poseen amplia experiencia en política e incluso han protagonizado momentos históricos, que han marcado su figura a ojos del electorado y a la vez han hecho que se les pase factura.
Santiago Peña (ANR)
Santiago Peña (ANR), uno de los mejor posicionados para alcanzar el sillón presidencial, no es la excepción a esa regla. De origen liberal, Peña, de 44 años, se afilió al Partido Colorado recién en el 2016, cuando era Ministro de Hacienda. Este gesto fue interpretado como una respuesta sumisa al entonces presidente Horacio Cartes, quién había dado a conocer que los ministros que no fueran de la ANR serían destituidos. Así inició Peña su carrera política, con un gesto simbólico que hasta hoy en día lo sigue representando: una persona manipulada desde las sombras por otra figura, de alto poder económico y político.
Si lo tomamos a Santi Peña individualmente, podríamos definirlo como un tecnócrata y meritócrata. También como un candidato joven (por lejos el más joven entre los 5 postulantes), que en un sector del electorado alberga esperanzas de modernización de sectores como la función pública, obras, etc. Sin embargo, es imposible separarlo de la figura de Horacio Cartes. Y para complicar más la cuestión, las líneas políticas de Cartes a menudo se han mostrado opuestas a lo que representa su “kavaju”. Esto ha llevado a Peña a posiciones, como mínimo, incómodas: un ex liberal obligado a hablar de fidelidad al partido, un tecnócrata empujado a un discurso populista.
En suma, la falta de autonomía es el principal problema que plantea la candidatura de Peña, junto a otro condimento igual o más grave: la asociación de Horacio Cartes con distintas operaciones ilegales y hechos de corrupción. Las acusaciones de Estados Unidos contra Cartes y la zozobra posterior podrían ser sólo un preámbulo de los problemas diplomáticos que se presentarían en caso de una victoria de Santi Peña. Una candidatura cuya gobernabilidad se ve amenazada aún antes de llegar el poder.
Efraín Alegre (Concertación Nacional)
En lo que es su tercera candidatura al hilo a la Presidencia de la República, Efraín Alegre llega a esta elección probablemente mejor posicionado que nunca. La Concertación Nacional trae una mezcla ideológica poco antes vista en Paraguay; el solo ver a partidos tan distantes ideológicamente como el P-MAS y Patria Querida en el mismo caldo genera bastante sorpresa, a la par de confusión y dudas.
Sin embargo, la postura de su candidato en definitiva no es tan ambigua: Alegre es de los candidatos decididamente más conservadores que ha lanzado la oposición en la era democrática. Son tiempos de fake news,y el sector más conservador parece obsesionado con teorías conspiranoicas asociadas a la militancia LGBT o a invasiones de tierras, buscando (con poco o ningún asidero) acercar a Efraín con algunos de estos sectores. En realidad Alegre ha defendido reiteradamente valores tradicionalistas, y también se ha mostrado cercano al empresariado, haciendo énfasis en la defensa de la propiedad privada.
Los cuestionamientos más fuertes nacen justamente de éste discurso y de cómo se alinearía con los deseos de cambio de diferentes sectores de la sociedad paraguaya. El “combatir derecha con más derecha” resulta el principal “pero” de muchos votantes para con Efraín Alegre, siendo al mismo tiempo la alternativa más potable en cuanto a caudal de votos y posibilidad de victoria contra la ANR.
Payo Cubas (Cruzada Nacional)
Llegamos al candidato esteño, coincidentemente el más polémico de la lista. ¿El Bolsonaro de Paraguay? ¿El GG Allin de la política nacional (no googlear este nombre si sos sensible)? ¿Quién es realmente Paraguayo Cubas? Aunque no lo crean, hace no demasiado tiempo atrás, “Payo” era un abogado y político “normal”. Tuvo un interesante periodo como diputado nacional por el Alto Paraná en 1993-1998 y luego se candidató a Gobernador del departamento, en unas muy sonadas elecciones en las que “Payo” habría sido el ganador, pero finalmente se adjudicó la victoria a Jotvino Urunaga bajo numerosas acusaciones de fraude. Cabe preguntarse, ¿hasta qué punto hubiera cambiado la historia de “Payo” si hubiera sido gobernador?
Tras un tiempo alejado de la política, su punto de inflexión (según Cubas mismo relata) fueron problemas profesionales relacionados a su profesión de abogado, que lo dejaron en problemas económicamente. A partir de ahí, surge un “Payo” totalmente distinto: con una actitud agresiva, desbocada y extremadamente vehemente, hizo inmediatamente eco en la prensa ganándose tanto defensores como detractores.
Yendo a lo estrictamente político, “Payo” ha tenido propuestas interesantes, como por ejemplo, las relacionadas a la ecología (“Deforestación Cero”), en un panorama político paraguayo en el que las cuestiones ecológicas son casi un tabú ante el tremendo poder del lobby empresarial. Otras, sin embargo, parecen más maniobras populistas con intención de tener prensa antes que proyectos con intenciones reales de concretarse.
Al ser el candidato independiente más fuerte, Cubas ha quedado como un sándwich en medio de las 2 partidos con más arrastre, sufriendo acusaciones incluso de ser un satélite cartista buscando restar votos a la oposición. No existe evidencia de tales acusaciones, aunque si de que el propio partido colorado esté buscando sacarle provecho a la popularidad de “Payo”. Medios cartistas le han dado mucha publicidad y lo colocan como el segundo mejor posicionado detrás de Santi Peña, hecho bastante improbable: desde el retorno de la democracia, nunca un candidato sin apoyo los partidos tradicionales ha logrado colocarse en tal posición.
Euclides Acevedo (MNR)
El político con más larga carrera entre todos los aquí mencionados, Acevedo se inició ejerciendo distintos cargos en el Partido Revolucionario Febrerista, es decir, posee raíces tirando más hacia la izquierda. Luego pasó al Encuentro Nacional, partido del que llegó a ser presidente, y hoy día es el Movimiento Nueva República el que apoya su candidatura.
En esta lista de los 5 mejor posicionados, Acevedo fue el único que mostró cierta apertura hacia cuestiones como el matrimonio igualitario (“es un problema legislativo, tenés que ser pelotudo para ser homofóbico hoy día”, afirmó) y el aborto como derecho reproductivo (“la mujer es dueña de su cuerpo”).
Ha sido interesante también su énfasis en la complejidad de ciertos problemas sociales como la adicción a las drogas y la inseguridad, aunque algunas de las soluciones propuestas tienden finalmente al autoritarismo. Esto refleja el cambio la evolución de Acevedo como político a lo largo de los años: de un ferviente defensor de los valores democráticos a una figura con ciertos tintes autoritarios.
José Luis Chilavert (PJ)
Una figura harto conocida, y al mismo tiempo, una completa incógnita, así es José Luis Chilavert, candidato por el Partido de la Juventud. El tres veces mejor arquero del mundo se apoya en su fama como deportista y también como figura mediática para construir su caudal de votos. Sin embargo, más allá de algunos posicionamientos puntuales, el “Chila” no ha dejado todavía muy en claro sus propuestas.
En Twitter, plataforma que siempre ha utilizado mucho y en la cual cada tanto salta con alguna polémica, ha hecho énfasis en ser un candidato “limpio”, que no está metido en hechos de corrupción y que tampoco se debe a ningún partido o estructura política. También ha dejado en claro su postura en contra de lo que muchos llaman la “agenda de genero”, posicionándose a favor de “la familia y la soberanía paraguaya”, en referencia a supuestas intromisiones extranjeras en cuestiones ideológicas.
Su candidatura es muy representativa de una elección llena de figuras mediáticas y que han sabido hacer uso de las redes sociales para llegar a su público, aunque en muchos casos la polémica los lleve a ocuparse de temas triviales o a pasar mucho tiempo antagonizando con otras figuras políticas.
