El exdiputado Carlos Portillo, conocido tanto por su cuestionable sapiencia como por su actual participación en un programa de baile en TV, ha sido sobreseído definitivamente en un polémico caso de tráfico de influencias, a pesar de la existencia de pruebas claras y públicas. La decisión judicial, basada en una cuestionada prescripción del caso, ha generado indignación y pone de manifiesto las profundas fallas y la corrupción en el sistema judicial y político de Paraguay. Mientras tanto, Portillo continúa cobrando un elevado salario como asesor municipal en Ciudad del Este, a pesar de las denuncias de planillerismo y su influencia en la administración local.
El exdiputado por Alto Paraná, Carlos Portillo (PLRA), ha sido sobreseído definitivamente en el polémico caso de tráfico de influencias, en el que se le acusaba de solicitar dinero a cambio de influir en resoluciones judiciales.
La jueza de Garantías N° 5, Cynthia Garcete, decretó el sobreseimiento definitivo de Portillo y la coacusada Lucía Ramona Escobar, aceptando un incidente de prescripción presentado por la defensa.
El fallo de la jueza Garcete declaró la extinción penal de la causa, argumentando que la prescripción material y el doble del plazo de prescripción se habían cumplido. Según su interpretación, el caso prescribió en septiembre de 2023, ya que el Código Penal establece una pena privativa de libertad de hasta tres años para el delito imputado.
Esta decisión fue vehementemente cuestionada por la fiscala Luz Guerrero, quien sostuvo que la pena debería ser de cinco años, lo que mantendría la causa activa.
El exdiputado ahora se destaca como bailarín en un programa de bailes en televisión, además de ser asesor de la Municipalidad de Ciudad del Este donde cobra mensualmente G. 12.000.000.
Portillo había sido imputado por tráfico de influencias debido a que, presuntamente, pidió USD 3.000 a una contadora para conseguir una resolución favorable en la Cámara de Apelaciones de Ciudad del Este, donde la profesional enfrentaba un proceso penal.
La acusación se fundamentó en una serie de audios que revelaban la supuesta intromisión política de Portillo en casos judiciales entre agosto de 2017 y agosto de 2018. Estos audios, ampliamente difundidos, evidenciaban un claro abuso de poder y tráfico de influencias.
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Carlos Portillo es una figura controvertida, conocida tanto en el ámbito político como en el cultural por los memes y burlas por sus teóricos “siete títulos académicos” que se contrastaba con su escasa sapiencia.
Carlos Portilo pasó a la cultura popular del país como un sinónimo de escasa inteligencia. Los interminables memes con el pasar de los años lo atestiguan.
No obstante y con semejante currículum detrás, Portillo actualmente se desempeña como asesor de la Municipalidad de Ciudad del Este, además de participar en un programa de baile de la televisión farandulera. Esta dualidad de roles ha sido vista por muchos como un símbolo de la corrupción y el desdén por la ética en la política paraguaya.
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Recientemente Portillo aspiraba a ser nombrado al frente del Consulado de Puerto Iguazú, una designación que nunca se concretó. Se especuló que su nombramiento sería un favor político, pero nunca se justificó adecuadamente y finalmente no se realizó. Este fracaso en sus aspiraciones diplomáticas no ha mermado su influencia local, donde continúa desempeñándose como asesor municipal.
El 19 de marzo se anunció la supuesta “renuncia” de Portillo, pero sorprendentemente sigue figurando en la nómina de funcionarios de la Municipalidad, percibiendo G. 12 millones al mes como asesor contratado.
En la planilla oficial de la Municipalidad, actualizada hasta mayo de 2024, Portillo aparece como asesor con contrato desde el 3 de julio de 2023, con un “nivel de estudios a confirmar” y un horario laboral de 07:00 a 13:00 de lunes a viernes. Sin embargo, los propios funcionarios municipales afirman que nunca lo ven en la institución, sugiriendo un evidente caso de planillerismo.
Desde su supuesta renuncia en marzo, Portillo ha cobrado G. 36 millones sin cumplir con sus obligaciones laborales, lo que pone de manifiesto una vez más la falta de control y transparencia en la administración municipal.
La influencia de la familia Portillo en la administración municipal es notable. María Portillo, hermana de Carlos, se desempeña como concejal municipal de Ciudad del Este, percibiendo más de G. 24 millones mensuales. Su influencia ha permitido que, según reportes periodísticos, varios familiares obtengan puestos en la comuna sin cumplir horarios, como Marina Portillo Verón, auxiliar con salario de G. 5 millones, y Milsa Lina Portillo Verón, en producción de vivero, con un sueldo de G. 2.916.000.
En 2021, Carlos Portillo perdió su investidura tras la aparición de nuevos audios que evidenciaban presiones y solicitudes de “mayor juego” para lograr nombramientos. Este hecho sumó otro escándalo a la ya larga lista de controversias que rodean a Portillo, y resaltó aún más las prácticas corruptas y clientelistas que permean la política local.
La decisión judicial que sobresee a Carlos Portillo, a pesar de las pruebas claras y públicas de su implicación en el tráfico de influencias, añade otra mancha al ya desprestigiado sistema judicial paraguayo.
Mientras tanto, Portillo sigue en su rol de asesor municipal, con una carga laboral cuestionada y una reputación que continúa siendo objeto de burlas en internet. Este caso refleja las fallas del sistema judicial y la corrupción endémica que afecta a las instituciones paraguayas, y que sigue siendo tolerada y perpetuada por aquellos en el poder.