Si existe algo que la industria del cine nos entrega siempre, son las historias de altibajos, un buen ejemplo es el actor Ben Affleck, quien fácilmente nos puede hablar de “claros y oscuros” en su carrera. Desde la peor película del año (Gigli – 2003) a ganar el Óscar de mejor producción del año (Fargo – 2012).
Además de tener una vida personal problemática, otro de sus obstáculos siempre fue el alcoholismo, tanto que afectó varias veces su carrera, llegando a un punto de abandonar proyectos como de actuar haciendo de Batman en el universo cinematográfico DC, donde ya había realizado dos películas en el papel.
Pero The Way Back, conocida en Latinoamérica como “Camino de regreso”, representa no solo la vuelta de Afleck, sino que aparece como un alivio en una cartelera cada vez más predecible, por más que seguimos sufriendo una pandemia.
“El camino de regreso”, nos habla de Jack, quien se encuentra atrapado en un trabajo sin sentido y justamente luchando contra el alcoholismo, un ex atleta de secundaria recibe una oportunidad de redención cuando se convierte en el entrenador de baloncesto de su alma máter, su antiguo colegio.
La Música de Rob Simonsen y la Fotografía de Eduard Grau, nos transportan directamente a una vida de barrio, con planos simples pero efectivos con arreglos suaves que nos entregan una atmósfera finalmente fuerte para las situaciones que representan.
Por su parte, el guión y la dirección de Gavin O’Connor se encargan de entregar una historia hecha muy a fuego lento, que nos muestra detalles por detalle que sucede para que nuestro protagonista haya tocado tan fondo en su vida. Una producción que recuerda muchísimo otro trabajo del mismo director, la premiada Warrior (La ultima pelea – 2011).
El reparto está integrado por Sal Velez Jr., Hayes MacArthur, Janina Gavankar, Rachael Carpani, Jay Abdo, T.K. Carter y Lukas Gage, quienes desarrollan un trabajo digno, dejando todo el destaque para Ben Affleck, que con una enorme actuación nos muestra los horrores de los vicios, transmitiendo con tal facilidad que uno puede ver su personaje en alguien común pasando realmente por esos problemas.
Finalmente uno de los pocos errores son los actores secundarios, ya que no se profundiza mucho en ellos, algo un poco raro en un drama deportivo, donde justamente lo que se quiere mostrar es la conjunción de situaciones, centrándonos mucho más en la historia de Jack.
Igualmente “El camino de regreso”, es una magnífica película que expresa el poder de la redención y hasta donde las personas pueden influir en las vidas de los demás, una opción obligatoria para los que disfrutan de los dramas deportivos como Rocky o Foxcatcher.
