La noticia de la renuncia de Federico González a la dirección paraguaya de Itaipú Binacional fue comunicada este martes, por el jefe del Gabinete Civil de la Presidencia de la República, Hernán Huttemann. El mismo explicó que la dimisión se debió a la falta de la mayoría necesaria en el Congreso Nacional, para confirmarlo al frente de la hidroeléctrica.
Entonces, Manuel María Cáceres, quien se desempeñaba como embajador paraguayo en Estados Unidos fue nombrado por el presidente de la República, Mario Abdo Benítez para ocupar la dirección de Itaipú. En ese sentido, el jefe del Gabinete Civil expresó que es una figura que tendría mayor consenso en el Parlamento.
La designación de González tuvo un rechazo mayoritario no solo en el Senado, sino también a nivel sociedad civil que a través de diversas organizaciones expresaron su repudio. El ex canciller estuvo involucrado en el “acta secreta”, que casi le costó el cargo a Abdo Benítez, en su primera crisis política en el 2019.
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Fue González quien presionó de parte del presidente de la República, Mario Abdo Benítez, al ex titular de la Administración Nacional de Electricidad (ANDE), Pedro Ferreira, para que firme el contrato entre la ANDE e Itaipú que operativizaba el acta bilateral firmado con el Brasil y que suponía una deuda de más de USD 250 millones para la estatal.
El escándalo causó un intento de juicio político a Mario Abdo, quien finalmente fue salvado por Horario Cartes. González era consejero de Abdo Benítez al momento de la firma del acta secreta. Luego fue asesor en Asuntos Internacionales y después ocupó el cargo de ministro de Relaciones Exteriores, de donde salió para interinar Itaipú. Ahora volverá a ocupar un puesto como asesor del Ejecutivo.
Un signo de debilidad del Gobierno de Mario Abdo
La politóloga Cecilia Vuyk, referente de la Campaña por la Soberanía Energética “Itaipú ñane mba’e”, consultada sobre el cambio en la binacional, expresó que este hecho refleja la debilidad del Gobierno del presidente Mario Abdo Benítez y es un intento desesperado de salvar su proyecto entreguista.
“El cambio de caras en la Dirección paraguaya de Itaipú muestra la fuerza de las movilizaciones #QueSeVayanTodos, la cual termina tumbando a una ficha más de este debilitado gobierno de Mario Abdo que no logra siquiera un mínimo consenso en el Senado para ratificar su propuesta de director”, indicó.
Y agregó: “Ello empero no es más que un intento desesperado de salvarse, ante la exigencia ciudadana de su renuncia y del vicepresidente; y de intentar salvar su proyecto de entrega y negociado en Itaipú, el cual sigue avanzando bajo la mesa, siendo la Dirección paraguaya de Itaipú -y el Consejo de Administración- un espacio clave para ello”.
Comentó que el gobierno de Mario Abdo intenta adelantar las negociaciones de Itaipú con el gobierno brasileño de Jair Bolsonaro, también debilitado y saliente. “La reciente reunión del canciller la semana pasada con Bolsonaro en Brasil, oficializó esto que veníamos denunciando. La agenda oculta de entrega de nuestra soberanía -que venimos denunciando con fuerza- está saliendo a la luz. Pero la ciudadanía está atenta y alerta, y no permitirá otra entrega. Las movilizaciones de todas estas semanas son claras muestras de ello”, afirmó Vuyk.
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Para la Campaña ciudadana por la soberanía energética en Paraguay: “el objetivo de estos gobiernos debilitados es intentar quedarse con el negocio de la comercialización privada de la energía en manos de empresas amigas, como el caso Léros; y, asimismo, con el negocio de nuevas deudas e incluso la emisión de bonos desde Itaipú; a la par de seguir garantizando recursos para oxigenar la crisis de los grupos de poder, y estructura prebendaria y corrupta”.
Sostienen que “este gobierno no cuenta con la autoridad moral ni política para negociar” y que “la oportunidad histórica del 2023 no puede quedar en manos de unos pocos”.
Entonces, la propuesta de la articulación política y social es: “Anular el Tratado de Itaipú y con ello encaminar una nueva negociación sobre bases igualitarias y soberanas, para que la energía, el territorio y los fondos sirvan al desarrollo nacional”. Finalmente, afirman que “con voluntad política ello es posible y el pueblo en las calles demostró tener esa voluntad. La ciudadanía unida y movilizada es la garantía de nuestra soberanía”.
