Las zarigüeyas prestan el servicio de control de plagas. Son animales omnívoros que se alimentan de roedores, de invertebrados como insectos, garrapatas, alacranes, así como de serpientes y lagartijas. También hacen parte de la cadena alimenticia, entonces son el alimento de felinos silvestres y de aves rapaces.
Pero su aporte a la naturaleza no termina ahí. Como también se alimentan de frutas, ayudan a dispersar las semillas de las fruta silvestres en los bosques, entonces aportan al crecimiento de estos.
Al respecto, la Dirección de Protección y Conservación de la Biodiversidad a cargo del Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible apela a la consciencia de las personas para evitar el daño a la integridad de la especie “Didelphis albiventris”, llamada habitualmente comadreja o mykure, animal encontrado comúnmente en las áreas urbanas y rurales del país.
Su distribución geográfica abarca desde el noreste del Brasil hasta el sur de la Patagonia argentina, incluyendo la superficie de nuestro país, su hábitat natural.
La mayor de las amenazas para este animal es la destrucción de su hábitat, por eso es tan común encontrarlas en zonas pobladas por seres humanos. Como consecuencia están expuestas a atropellamiento en las carreteras y ataques por animales domésticos.
Estos animales son marsupiales, así como los canguros y koalas de Australia. Es decir, poseen una bolsa en el área del vientre, donde aloja a sus crías, lo cual requiere de un cuidado especial al capturarlos o manipularlos. Son de tamaño mediano, similar al de un gato doméstico; sus orejas son redondas y grandes, y poseen una larga y gruesa cola desnuda, una de las causas por las cuales se los confunde con ratas y otros roedores.
Los ojos son pequeños y oscuros, adaptados más a la visión nocturna que diurna. La cabeza y las orejas son de color blanco y la nariz rosa.
Su papel en el medio ambiente
Son de los marsupiales más antiguos que han llegado hasta nuestros días, y lo han hecho sin sufrir grandes variaciones anatómicas, por lo que pueden considerarse como fósiles vivientes.
Esta especie no constituye ningún peligro para las personas ni mascotas, es erróneamente temida como potencial proveedora de rabia; la temperatura corporal de la comadreja mora (al igual que la de otros marsupiales) es demasiada baja (alrededor de 32 °C) para el cultivo de la enfermedad, convirtiéndola en resistente.
Además, este marsupial presenta un alto nivel de linfocitos en el cuerpo, lo que hace que tenga muy buenas defensas contra los diversos antígenos. Además, es inmune a la leptospirosis.
¿Qué hacer si encontramos crías de zarigüeyas?
Se insta a la ciudadanía a evitar dañarlos. Para denuncias en caso de toparse con este marsupial o de alguno que desee reincorporarlo a un lugar más seguro, la Dirección General de Protección y Conservación de la Biodiversidad pide contactarse con ellos vía Facebook en la página del MADES.
Es importante recordar que en Paraguay está vigente la ley 96/92 Animales Silvestres y las medidas de protección que poseen. La normativa establece que “si alguna persona encuentra un animal silvestre, tiene el deber de avisar a la Secretaría del Ambiente, para que estos dispongan su protección y posterior traslado a un hábitat donde no represente peligro para los seres humanos o el ganado, y para que tampoco se deba dar muerte al animal”.
También hay especialistas que dedican su tiempo para el cuidado de estos animales. Un gran ejemplo de ello es Loiken Knöpfelmacher, que cuida a las zarigüeyas que quedan desamparadas y comparte su experiencia a través de su cuenta en Instagram @doctoramykure.
Se puede contactar con ella por medio de esa red social o a través del (0981) 888 088.