Los principales portales de noticias de todo el mundo, sin importar los idiomas, se han hecho eco de lo siguiente: El conocido como “reloj del juicio final”, también llamado el reloj del apocalipsis o del fin del mundo, se movió a 90 segundos antes del final del día.
Es la primera vez en tres años que se decide cambiar la hora del reloj, después de colocarlo a 100 segundos de la medianoche en 2020, donde había permanecido hasta ahora.
Antes de explicar qué significa esto, es momento de explicar el origen de tan famoso reloj.
Según recoge NatGeo, el Reloj del Fin del Mundo nació de la desilusión de Albert Einstein: Después de que sus descubrimientos se utilizaran como armas de destrucción masiva en la década de los 40, el científico alemán decidió redimir sus esfuerzos de investigación con el Reloj del Apocalipsis: el marcador oficial del fin de los tiempos.
La base estaba en tensiones políticas, condiciones climáticas y amenazas nucleares. Por lo tanto, el Reloj del Apocalipsis avanza cada año hacia la medianoche. Y será en ese momento, según mencionan los científicos que mueven las manecillas, ya no habrá vuelta atrás.
Cabe destacar que desde la Guerra Fría (periodo post Segunda Guerra Mundial en donde las tensiones entre Occidente y Oriente estaban in crescendo), muchas personas creen que el reloj ha perdido su significado apocalíptico. Los movimientos de la manecilla pueden parecer más ambiguos, pero el movimiento, adelante o atrás, sigue reflejando la percepción del peligro de sucesos catastróficos.
¿Qué significan esos 90 segundos previos?
Ahora bien, según la marcación más reciente del reloj, la humanidad sólo tiene 90 segundos para evitar el colapso de la civilización.
Esta medición no es considerada arbitraria, por más que los escépticos piensen lo contrario. Se trata de un consenso que dictamina el Boletín de los Científicos Atómicos. Este círculo de científicos se estableció en 1947, a raíz de las explosiones nucleares de Hiroshima y Nagasaki.
Entre los factores que influyen en el avance de las manecillas, desde un inicio se tomaron en cuenta el uso de armas nucleares, así como los conflictos bélicos entre las potencias que resguardan esa tecnología de destrucción masiva.
Las manecillas se mueven más cerca o más lejos de la medianoche en función de la lectura que hacen los científicos de las amenazas existenciales en los meses anteriores.
De esta forma, el reloj ha ido variando su hora a lo largo de los años, acercándose o alejándose de la medianoche según los dictados de la política mundial. Se ha estado a 17 minutos en 1991 tras la firma de los tratados de reducción de armamento entre la Unión Soviética y Estados Unidos. En el otro extremo, se ha llegado a los dos minutos para medianoche en 1953 tras las pruebas nucleares llevadas a cabo por las mismas potencias. Y hoy, en 2023, el reloj ha avanzado aún más.
El anuncio de este año estuvo disponible en ucraniano y ruso, además de inglés, debido a la guerra que se desarrolla entre Rusia y Ucrania desde febrero de 2022. La junta declaró que el conflicto ha planteado preguntas profundas sobre cómo interactúan las naciones, así como un decaimiento de la conducta internacional.
“Nos gustaría muchísimo retrasar el reloj, pero tenemos que responder a lo que está sucediendo en el mundo. Si uno se fija en lo que está sucediendo en Ucrania, los desastres climáticos… es muy difícil decir que las cosas están mejorando”, explicó el físico Daniel Holz, copresidente de la junta que cada año decide la posición de las manecillas.