El 02 de Mayo fue el Día Internacional contra el Bullying o acoso escolar, una fecha establecida con el objetivo de concienciar sobre el riesgo de esta forma de violencia en los niños y jóvenes a nivel mundial, así como buscar los mecanismos para evitar este mal, que se ha convertido en un terrible peligro para la población infantil y juvenil.
“Vi la publicación antibullying del colegio, porque le seguía en redes sociales y me llenó de impotencia, porque es mucha hipocresía. El colegio nunca fue en contra del bullying. Solo en ese momento de mirar la publicación, pude recordar como unos 10 casos de bullying que no les importó. Me enojó mucho”, comentó D.O., quien estudió 11 años en la mencionada institución educativa hasta el 2019.
Actualmente, tiene 19 años y migró a Estados Unidos para estudiar artes. La publicación del colegio le conectó con experiencias dolorosas de su vida estudiantil. En entrevista con El Urbano, contó el maltrato que sufrió por parte de la entonces directora de la institución, quien le dijo que no tenía la suficiente capacidad intelectual como para cursar un bachillerato técnico.
“La directora me dijo que me debía conformar con lo que tengo, que soy muy ambiciosa, que siento que el mundo me debe, que me debo contentar con lo que tengo, que no me ve capaz de aguantar un bachillerato técnico, que solo estoy capacitada para ciencias sociales. Siempre me costaron las matemáticas, tengo dislexia diagnosticada. Por esa dificultad que tengo de aprender, por eso ya me tacharon que no tenía posibilidad de tener nada más. Fue un momento muy devastador para mí, le tenía mucho cariño y cuando me dijo eso, me rompió el alma. Desde ahí supe que no podía estar más en ese colegio”, recordó.
Pero su historia no termina allí. “En octavo grado, me corté el pelo muy cortito. Y mis compañeros tomaron eso como que yo era lesbiana. La expresión de género no está relacionada con la orientación sexual, pero eso no se entendió en ese momento. Todo el colegio, la sección A y B, empezaron a decir que era lesbiana”, contó.
Y con esa etiqueta empezó el bullying: “Hoy estoy en la comunidad LGTB. Soy bisexual, pero siempre tuve miedo de contarlo después del trauma que tuve en el colegio. Eso se salió de control, hasta mi mejor amigo empezó a hablar de mí. Todos hablaban, me decían que estaba haciendo cosas perversas, sufrí acusaciones de acoso sexual, cuando sólo era una nena. Tenía 13 años, no estaba desarrollada. No solo mis compañeros, también los más grandes me decían: ¿vos sos la lesbiana, ¿verdad? Y no sabía qué responder”.
Y la discriminación también se extendió a la comunidad de padres: “En la reunión para organizar el San Juan, me contaron que los padres y madres decían que no querían que me acerque a sus hijas, asumían que yo quería tener algo con ellas. No sabía más qué hacer, todo el colegio me estaba alienando, tenía esta etiqueta, es una violencia sacar a una persona así del closet. En ese entonces, era muy pequeña, me afectaba todo a mi alrededor”.
La hostilidad en el espacio escolar, le llevó a tener ideas suicidas. “Era mi segunda casa. Ahí le confesé a mi mamá, llorando que me quería matar, que estaba abrumada. Entonces, mi mamá no sabía qué hacer, estaba shockeada, no sabía cómo lidiar porque todo escapó de su control. Ahí fue que me llamaron a la oficina de la psicóloga”.
Y siguió contando: “Llegué a hablar con ella, le conté cosas de mi vida, le tenía mucho respeto. Le conté todo lo que estaba pasando y su primera reacción fue decirme que debía dejar la adicción a la pornografía, porque era lo que me estaba llevando a tener tendencias homosexuales. Que es mi culpa por una adicción a la pornografía. ¡Yo tenía 13 años!”.
La intervención de la psicóloga estuvo lejos de las recomendaciones del protocolo antibullying del Ministerio de Educación y Ciencias. “Al día siguiente de la nada, en clase de ética vino la psicóloga y dijo -sin avisarme- le dijo a la clase: ‘vamos a parar este acoso, ella no es lesbiana, paren’. Nadie tomó en serio, todos se rieron. Y ahí dije: ‘¿qué tiene que sea lesbiana o algún compañero sea gay?’ A nadie le importó fuera de mi grupo de amigas. Fue a comienzos de mi año lectivo en octavo grado”, recordó.
De una historia personal a una protesta colectiva
La joven cargada de impotencia, al ver la publicación contra el bullying de una institución educativa que no supo protegerla de la violencia, invitó a través de su historia de Instagram a que le compartan experiencias.
Recibió unos 30 testimonios de egresados del mismo colegio, estudiantes actuales, dos exdocentes y padres preocupados por el bienestar de sus hijos que estudian en esa institución. Compartió las historias en su cuenta de instagram respetando el anonimato de sus fuentes. Más de 2 mil personas visualizaron sus publicaciones, que luego fueron compartidas en otras redes sociales.
“Esto se volvió más grande de lo que me pasó a mí, esto se volvió en una protesta contra un colegio, que tiene una historia de represión a la gente. Hay muchas historias de que los profesores se pueden salir con la suya, que si decís algo, te van a amenazar”, comentó.
A ella le llegaron testimonios de bullying y discriminación por orientación sexual, discapacidad o neurodivergencia. Lo más grave de las denuncias, es que según los testimonios, el acoso sexual empieza por los propios directivos y docentes de la institución.
Denuncias de acoso sexual contra el director del colegio
Lo que empezó con historias de bullying, se fue agravando cuando surgieron relatos que involucran al director del colegio, Obdulio García Silva, en situaciones de acoso sexual a estudiantes. García también es presidente de la Asociación de Instituciones Educativas de Gestión Privada (AIEPAP), uno de los principales gremios que se oponen a una educación con enfoque de género, derechos e interculturalidad.
“Llegaron confesiones de chicas que se sintieron acosadas. Él manoseaba a las chicas, daba besos, eso en ningún aspecto es apropiado para un director de una escuela. Llamarlas a la oficina, para que vayan solas. Tengo amigas y personas cercanas que vivieron eso. Él tenía su oficina en la planta baja y ellas veían en qué escalera subir para no encontrarse con él”, comentó D.O.
Y agregó: “Él hacía todo en frente de otros alumnos, de otros docentes, llegué a ver varias veces. Estaba normalizando esto, para que nadie diga nada. Decían: ‘Obdulio luego es cariñoso’”.
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La respuesta del colegio
Ante la viralización de los testimonios en redes sociales, el colegio emitió un comunicado institucional negando todas las situaciones denunciadas.
La joven que abrió la caja de pandora con una pregunta en Instagram se sorprendió con la cantidad de mensajes que recibió y al ver que continúa la inacción ante la problemática del acoso escolar en la institución, decidió mantener expuestas todas las publicaciones.
“El colegio habla de prestigio, con 52 años de historia, un colegio privado de excelencia, es la reputación que siempre tuvo. Las cosas malas se sabían, pero nadie tenía el valor de contar. Yo al comienzo, hace 3 días, tenía solo un sentimiento de impotencia y enojo. Me dio miedo compartir eso, pero dije: ‘no me voy a callar más, estudié 11 años de mi vida en ese colegio, siempre tuve miedo, ¿qué me van a hacer ahora estando en otro continente? (…) No sabía el calibre al que iba llegar”, expresó.
Y agregó: “Desde chicos nos inculcaron el miedo, le hicieron creer a mucha gente que no tienen la capacidad intelectual para llegar lejos. Es impresionante cómo se nos adoctrinó, cómo nos convencieron a muchas personas que no somos capaces de hablar y defendernos. Con todo lo que me llegó, la impotencia creció. (…) Hay mucho clasismo, elitismo, capacitismo, homofobia, xenofobia con los estudiantes de intercambio. Si no eras de la norma, perfectamente hecho, ya ibas en estas casillas donde te discriminaban”.
¿Qué hacer en casos de acoso escolar?
El Ministerio de Educación y Ciencias aprobó el Protocolo de Atención en Instituciones Educativas para Casos de Violencia entre Pares y Acoso Escolar, a través de la Resolución Nro. 8.353 del 02 de mayo de 2012.
El Protocolo de Atención para los casos de violencia y acoso escolar tiene como objetivo orientar sobre los mecanismos de sensibilización, prevención, protección e intervención que se tomen desde la institución educativa, partiendo del principio de que todo procedimiento que se implemente y en el que se encuentren involucrados niños, niñas y adolescentes debe ser rápido, eficaz y confidencial.
El protocolo está disponible en la página web del Ministerio de Educación y Ciencias.
¿Cómo controla el MEC la aplicación de este protocolo en las instituciones educativas?