El tercer juicio oral y público que enfrentó el productor de cannabis medicinal de Ciudad del Este, Edgar Martínez Sacoman, finalizó con una absolución. El Tribunal integrado por los jueces Serafín González, Fabio Aguilar y Vitalia Duarte, dictó sentencia de forma unánime.
Fundamentaron que no hubo hecho punible, tomando como base la Ley 6007 que crea el Programa Nacional para el estudio y la investigación médica y científica del uso medicinal de la planta de cannabis y sus derivados.
Martínez Sacoman estuvo privado de libertad durante 5 años y 9 meses, por este proceso judicial. No descarta recurrir a una demanda internacional contra el Estado paraguayo por la situación que le tocó vivir y que calificó como una persecución.
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Enfrentó dos juicios desde su detención, que se produjo en julio de 2016 durante un allanamiento en su casa. Fue condenado primero a dos años de cárcel. Luego la sentencia se anuló y en un segundo juicio en octubre del 2019, la pena se elevó a cinco años de prisión. Durante el allanamiento en su vivienda, la comitiva fiscal y de la SENAD incautaron 100 gramos de cannabis congelado y 30 ml de aceite del cáñamo.
El abogado defensor, Guillermo Ferreiro, evaluó positivamente el juicio. “Fue muy bien llevado, se presentaron todas las pruebas de ambas partes. Y se demostró que en el allanamiento fueron encontradas sustancias, yerbas de cannabis sin fin ilícito, que no era usado para el narcotráfico. Explicamos las circunstancias en que eso se poseía”, expresó.
Y agregó: “Se demostró que no hay peligro social, sino que se buscaba un paliativo para personas que pasan mucho dolor”.
El profesional del Derecho afirmó que se trata de un “fallo histórico”, que deja un precedente donde la producción de aceite de cannabis no debe ser considerado un delito y que caso se dé la producción sin licencia, debería poder disputarse el caso en el derecho administrativo.
Cuestionó el accionar del Ministerio Público y la política antidrogas en Paraguay: “Actúan primero para asegurar o querer demostrar que hacen algo contra el narcotráfico y luego para proteger el monopolio de tres o cuatro farmacéuticas que producen aceite de cannabis”.
El marco normativo y la lucha por la despenalización de la marihuana
Consultado sobre la sentencia, el fiscal Elvio Aguilera de la Unidad Especializada en la Lucha contra el Narcotráfico, afirmó que estudia la posibilidad de una apelación. “El Ministerio Público ha sostenido su hipótesis inicial de que el procesado tenía una sustancia prohibida y controlada por la Ley 1340 y su modificación. No se ha despenalizado la tenencia de sustancias sin autorización. Se necesita autorización para tener sustancias estupefacientes. Sí, la Ley 6007/17 establece un marco regulatorio para promover el estudio para el uso medicinal y terapéutico del cannabis pero se necesita autorización”, expresó.
Indicó que las autoridades de aplicación son la SENAVE y SENAD, que la ley solo permite dar licencia a 5 laboratorios para la producción e industrialización del cannabis. “El decreto reglamentario habla del incumplimiento y no permite que un particular haga el trabajo. La Ley 6007 señala que en caso de infracciones, o sea la producción sin autorización, se aplica nuevamente las sanciones previstas en la Ley 1340, o sea la punición”, explicó.
Edgar Martínez Sacoman se convirtió en una figura representativa de diversas organizaciones que luchan por la despenalización del consumo de mariguana y la producción libre de aceite de cannabis para uso medicinal. El mismo cuestiona el marco normativo vigente en Paraguay y sostiene que: “La ley 1340 es una ley del año de la dictadura y la ley 6007 que fue arquitectada, diseñada básicamente para favorecer a las grandes multinacionales, grandes laboratorios y al mismo tiempo criminalizar a su pueblo. Teniendo en cuenta que Paraguay tiene como cultura y herencia ancestral las plantas medicinales, es absurdo no poder recurrir a una planta que por ley es reconocida como medicina, pero las farmacéuticas pueden. Esa es mi lucha y eso me motiva a luchar por los que no pueden. Esta es la lucha, no es una cuestión personal, es algo que representa los derechos humanos, a nuestro pueblo”.
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