Alcaraz expuso, durante la conferencia, que existen factores de riesgo para malnutrición o desnutrición de la gestante y citó la edad como una de las incidencias más grandes en ese sentido. “El bajo peso está más relacionado con las madres adolescentes, mientras que la obesidad está más relacionado con las madres adultas”, mencionó, citando datos del Insituto Nacional de Alimentación y Nutrición. “El embarazo adolescente (…) predispone a la prematurez porque sumamos dos riesgos: la embarazada está en etapa de crecimiento y también depende de ella el desarrollo del feto, o sea que son dos procesos que tienen lugar en el cuerpo de la gestante”, puntualiza.
Acerca del peso “ideal” que tiene que ganar la gestante a lo largo del embarazo, explica con claridad que el promedio está entre los 5 a 7 kilos, que deriva de componentes como la sangre, el tejido graso que adapta el cuerpo de la mujer para el parto y la lactancia, la placenta, el útero y el peso del niño en formación. El aumento de medidas que sea fruto directo del embarazo, por tanto, desaparecería luego de dar a luz.
“Si atendemos a una embarazada desde el primer día, controlamos mucho los 3 primeros meses, en los que la mujer no tiene por qué subir de peso. En esta etapa, sin embargo, también trabajamos con la suplementación alimentar. Muchas incluso pierden peso en el primer trimestre, debido a los mareos y las náuseas, que son propios del nuevo embarazo. Cada mujer es totalmente diferente y cada embarazo, incluso en la misma mujer, es totalmente diferente”, indicó Alcaraz.
En cuanto a la influencia de los trastornos de nutrición en la lactancia, la nutricionista especifica que: “Es importante el estilo de vida, la nutrición y el descanso. Cuando existe malnutrición, el embarazo llega a término y la mujer tiene dificultades para la lactancia. Si es alguien con buena nutrición, no va a tener problemas. Cuando es una mujer con malnutrición o desnutrición, se hace un tratamiento diferente, con ese centro”, reveló.
“El objetivo de concienciar es que las embarazadas que me están escuchando o las mujeres que se quieran embarazar, puedan tener los conocimientos básicos para que estén adecuadamente nutridas y puedan prevenir la prematurez provocada por deficiencias nutricionales”, comentó.
¿Tereré? Ocasionalmente y con yerba lavada
Sobre lo que hay que evitar durante el embarazo, la profesional no cita alimentos en específico: “Insistimos siempre en evitar el alcohol y el tabaquismo, que no son exactamente comidas, sino hábitos. También hay muchos mitos sobre la yerba mate, entonces hay que cuidar mucho el consumo del tereré y de todo lo que tenga yerba. Muchos remedios que se le ponen al tereré tienen contraindicaciones para las embarazadas. No hay estudios para saber hasta cuántos gramos de qué remedio pueden tomar. La embarazada puede tomar ocasionalmente tereré y mate, pero sugerimos que sea con yerba lavada y controlando las hierbas medicinales, para evitar que los compuestos afecten al embarazo”.
Se refirió además a la diabetes gestacional, que suele ser motivo de nacimientos prematuros: “Si ya está con intolerancia (a la glucosa), a una mujer con diabetes getacional le cambiamos la alimentación como primera medida. Si con eso no podemos controlar la glucosa, ponemos insulina. Buscamos que los niveles sean normales, porque si no afecta al niño, y por eso usamos la insulina, no hay que demonizarla. Buscamos, más que nada, la reeducación de la embarazada, porque con una gestante diabética, el niño tiene más predisposición a nacer con un peso más grande y muchas quedan con diabetes tipo 2. La diabetes gestacional es una alerta de que ya hay un desorden latente, así que ya es una alerta de que tenés que modificar tu alimentación de por vida”.
Finalmente, lanza un mensaje a todas las mujeres gestantes: “Cuida tu cuerpo, es el único lugar que tienes para vivir. Cada uno es dueño de sus decisiones alimenticias. Debemos cuidarnos por nuestros hijos, por nuestros familiares, para que nos disfruten sanas. Estas son las recomendaciones generales para embarazadas para una nutrición adecuada, para que podamos evitar, en lo posible, más partos prematuros”..