La primera referencia conocida a los Reyes Magos se encuentra en el Evangelio según Mateo, pero se trata de una mención más o menos vaga sobre magos provenientes de Oriente que seguían una estrella hasta un establo de Belén, en donde nacería Jesús. Una vez que llegaron allí, le ofrecieron tres tesoros: oro, incienso y mirra. A pesar de ser tres los regalos que los magos llevaron al recién nacido, no fue hasta el siglo III que se asume que se trataba de tres magos y recién en el siglo IV, en Italia, se les designa los nombres de Melchor, representado como un anciano de Europa; Gaspar, de origen asiático y Baltasar, el mago africano. La idea de que eran reyes, además de magos, surge del gran valor de los obsequios presentados a Jesús en Belén.
Cada 6 de enero se celebra la festividad cristiana de la Epifanía, en la que Jesús se dio a conocer a los tres Reyes Magos, y la costumbre de entregar regalos a los niños y niñas tiene que ver con la conmemoración del encuentro de los Reyes con Jesús. A pesar de ser una celebración religiosa, también es cierto se trata de una tradición que la trasciende y de la que participan las familias paraguayas, en muchas ocasiones, independientemente a su creencia.
Desde esta semana en Ciudad del Este, vimos apostados en las calles a los vendedores de juguetes, ofreciendo los regalos de temporada. Las tiendas locales que ofrecen opciones para obsequiar a los niños y niñas se abarrotaron en muchos puntos de la ciudad, incluso a pesar de la pandemia, y muchos Reyes Magos que cumplían horario laboral se vieron obligados a realizar sus compras hasta altas horas de la noche, esperando conseguir las mejores ofertas.