Limitar el uso de las pantallas
Seguro que podrías ver mejor tus mensajes en el sol subiendo el brillo de la pantalla, pero al hacerlo, estás exponiendo tus ojos a una luminosidad muy fuerte y, con ello, forzando tu vista. No es recomendable prolongar el uso de las pantallas digitales durante demasiado tiempo en condiciones normales, pero todavía menos en el sol, pues podría provocarte cansancio que vendrá luego en forma de dolores de cabeza y problemas de visión.
Anteojos para sol
Para proteger los ojos y los párpados de los dañinos rayos UV, es importante utilizar una barrera directa y nada mejor que los anteojos oscuros con filtro especial para este tipo de radiación. Los anteojos son necesarios incluso cuando los días son más nublados que soleados, como lo fueron en los últimos días, porque los rayos ultravioletas permanecen en el ambiente de igual forma. Hay que recordar que la exposición directa de los ojos a los rayos solares podría causar complicaciones irreversibles de la visión, por lo que cuidados como este son fundamentales.
Sombreros y gorros
Siguiendo la línea de los anteojos, los sombreros y gorros son un gran complemento para minimizar la exposición directa a los rayos solares. Además, protege la cabeza y el rostro, por lo que se convierte en uno de los accesorios más útiles del verano. Si vas a pasar mucho tiempo debajo del sol, la importancia de los gorros siempre tiene que ser señalada como una de las principales en el cuidado personal.
Protector solar
Es la primera sugerencia que escuchamos, pero sigue siendo la más importante para el cuidado de la piel. La aplicación del protector solar debe hacerse por lo menos media hora antes de la exposición y renovarse cada dos horas o después de entrar a la piscina o sudar. Es necesario utilizarlo incluso si estamos intentando adoptar un bronceado veraniego, pues ayuda a prevenir desde las dolorosas quemaduras solares hasta el temido el cáncer de piel. Además, es importante asegurarse que, si nos expondremos directa e intensamente al sol, la crema que elijamos tenga un factor de protección solar (FPS) de al menos 45, para garantizar su efectividad.
¿Tomar el sol?
Moderadamente. Los expertos recomiendan no hacerlo de forma continuada por más de 30 minutos. La piel es la principal protección de nuestro cuerpo y la exposición solar la vulnera de forma considerable. Si lo que estamos buscando es tomar un poco del color bronce de la estación, hay que hacerlo de forma lenta y gradual, complementando con el uso de cremas y lociones que sean específicas para este fin, pero que todavía cuenten con un buen FPS.
Mantener la hidratación
Ya sea que estemos dispuestos a tomar el sol o no, hay que mantener la hidratación. En el sol, es más probable que sudemos y perdamos líquidos importantes para nuestra piel y el organismo en general. Para evitar cualquier clase de complicación, es importante que mantengamos el nivel de hidratación, a través de la ingesta de líquidos y alimentos ricos en agua, como frutas y verduras de estación.
