La costumbre de representar el nacimiento de Jesús, celebrado en nuestro calendario los días 25 de diciembre de cada año, se remontan al siglo XII, cuando San Francisco de Asís, durante una predicación, se sintió inspirado a recrear el establo de Belén y la escena del nacimiento. Rápidamente, la idea se propagó por toda Europa y dio origen a la tradición.
En Paraguay, la mayoría de las casas albergan pesebres con figuras hechas de barro, gracias a la gran tradición artesana del país. Los pesebres más apegados a la costumbre histórica están instalados dentro de uno de los cuartos principales de la casa, con el ka’avove’i ubicado en forma de bóveda. Sobre el suelo, cubierto de pasto, se coloca a José y María, que estarán ubicados en el punto central del pesebre. A ellos se sumarán el ángel y el gallo, que anunciarán la llegada del niño.
Es frecuente que se ubiquen también figuras de los Tres Reyes Magos y sus camellos, así como de un pastor con sus ovejas y distintos animales que comparten el establo con la escena principal.
El Niño, el punto principal de la celebración, suele ser representado desnudo o cubierto con una tela pequeña, dependiendo del artesano. La imagen del Niño no se colocará en el pesebre sino hasta la medianoche del 25 de diciembre, que es cuando se celebra la Navidad.
Además de la representación de la escena, existen costumbres muy nuestras: chipas, huevos pintados y frutas de estación suelen estar colgadas del techo y las paredes de ka’avove’i o ubicados estratégicamente dentro de la imagen principal. Aunque la tradición utilizaba velas para iluminar el pesebre, en la actualidad se dio paso a la iluminación artificial, a través de los foquitos de Navidad.
La costumbre que más se podría echar en falta vendrá el próximo 25 de diciembre, cuando por la pandemia se torna difícil visitar los pesebres de los vecinos. Normalmente, durante la visita, se lleva adelante la oración (porque antes que costumbre decorativa, el pesebre es una manifestación religiosa) y se invita el clericó.
Si a pesar de las advertencias, decides que te gustaría visitar los pesebres de tu barrio, no olvides tomar las precauciones sanitarias para evitar la propagación del COVID-19: usa tapabocas en todo momento, mantén la distancia con las personas que no son parte de tu núcleo familiar y cuida la higiene de las manos. Nunca se sabe cuándo podríamos estar expuestos a un foco de contagio, por lo que seguir las recomendaciones del Ministerio de Salud es siempre la mejor opción ante la duda.