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Lucina Ruíz, su victoria contra el cáncer de mama y la importancia del cuidado

Esta es la historia de Lucina Ruíz, una mujer de Ciudad del Este, que con apoyo de su familia, perseverancia y una detección temprana, logró vencer al cáncer de mama. En este 19 de octubre, Día Mundial de Lucha contra el Cáncer de Mama, ella comparte su experiencia por primera vez y anima a las personas a un control mamario anual.

Lucina Ruíz es madre, docente y abogada. Junto a sus tres hijos (dos mujeres y un varón) enfrentó la dura batalla contra el cáncer de mama y logró vencer.

Con el Octubre Rosa se despliegan campañas para promover los controles mamarios con fines preventivos. Ella confirma que este cuidado puede salvar la vida.

“Con base a mi experiencia, puedo recomendar como de fundamental importancia la realización de los exámenes clínicos, la mamografía, y la ecografía mamaria cada año, o conforme recomendación del médico cabecera”, expresa.

Ella cuenta que se realizaba los controles cada año pero por causa de la pandemia no puedo hacerse los estudios, ya que el acceso a los hospitales era restricto. Cuando volvió a controlarse, en junio de 2021, el resultado de la mamografía alertó a su ginecóloga sobre una irregularidad.

Lucina Ruíz junto a sus tres hijos, celebrando su vida.

“Imnediatamente me pidió más estudios, seguido de la biopsia, cuyo resultado dio positivo a un carcinoma ductal, es decir que el cáncer se origina en las células que recubren internamente los conductos de la leche, y conforme me explicó la mastologa es el mas común, también ya no era en un estadio muy inicial, ya tenía más de dos centímetros y era de grado 2”, comenta.

Ella dice que al comentar los pormenores de su situación busca dar un mensaje clave: “la detección temprana salva la vida”.

“Yo tenía la idea de que tener cáncer es una muerte preanunciada, y solía incluso decir ¿cual sería la diferencia en la detección sea temprana o no? Sin embargo, luego de esta experiencia, supe que cuando se detecta en su fase inicial, la expectativa de sanación es muy alta, los tratamientos son menos nocivos, invasivos y agresivos para la salud”, agrega.

Explica que cuando el tamaño del tumor es menor a dos centímetros no hay riesgos de diseminarse en otras áreas. Por eso, es muy importante el diagnóstico temprano, especialmente para las mujeres que tienen casos como antecedentes familiares con cáncer. Por otro lado, no necesariamente los antecedentes son parámetros de riesgos, en su caso no registra familiares que hayan tenido cáncer ni hombres ni mujeres.

Una carrera contra el reloj

“A partir del diagnóstico, comienza la carrera contra reloj. Las personas con quien consulté, en mi caso la mastóloga, también mi ginecóloga, ambas me dicen, que no hay tiempo que perder, un día es muchísimo para este tipo de patología. Me dieron para realizar todos los estudios preliminares para iniciar el tratamiento propiamente, y ahí viene la desesperación”, recuerda.

Afirma que la mayoría de los estudios tienen costos muy altos y la única alternativa, en su caso como asegurada de IPS, fue ir directamente a la central de Asunción, ya que no encontró esa posibilidad en el interior del país.

“Fui directamente allá y resultó que los estudios especialmente los que requieren imágenes con contrastes, se realizan únicamente a partir de una agenda previa y siempre dan turno para dentro de dos meses o más. ¿Cual fue mi lucha?El dilema psicológico de que no hay que perder tiempo, se debe iniciar imnediatamente el tratamiento por un lado y por otro que no se puede iniciar ningún tratamiento sin tener a mano los resultados de todos los estudios que solicitan. Si pudiera pagar todo sería más fácil, pero yo no podía y tenía que adecuarme al sistema”, relata.

Una vez que logró realizar todos los estudios, a más de dos meses de su diagnóstico inicial, la mastologa verificó los resultados y la derivó junto al oncólogo. “Él solamente miró todos los estudios, imprimió una hoja donde consta todos los medicamentos que se me tiene que administrar, sin decirme absolutamente nada. Entonces le pregunté cual es mi situación, sus recomendaciones respecto al tratamiento y me contestó que está todo en la hoja y que hable con la enfermera. Mi expectativa sobre los médicos en cuanto a la comunicación, es que debe ser abierta y sincera, que explique el diagnóstico, las opciones de tratamientos y el pronóstico de manera comprensible. En realidad tuve que realizar investigaciones por mi propia cuenta, que no es lo recomendable, también solicité ayuda a las que ya han pasado por un tratamiento y superaron el proceso”, cuenta.

Calidez e igualdad en la atención oncológica

Lucina Ruíz señala a partir de su experiencia que que el sistema de salud requiere un abordar la lucha contra el cáncer desde distintos aspectos, desde la educación y concienciación, incorporar en el sistema de salud publica un mecanismo efectivo de detección temprana, garantizar que todas las mujeres tengan acceso a atención médica de calidad que incluyan esos estudios básicos y holísticos para la detección.

“En los hospitales públicos del interior se requiere un enfoque abarcativo que involucre a más de los médicos especialistas como mastólogos, cirujanos, oncólogos, radioterapeutas y otros especialistas para garantizar un tratamiento integral, también los equipos tecnológicos para realizar los estudios complejos, porque todos tienen el derecho a acceder en igualdad de condiciones y no tener que trasladarse a la capital con toda la implicancia, negativa como la sicologica, económica, moral y emocional”, expresa.

En cuanto a la calidez en la atención médica, comenta que pudo notar ciertas desigualdades.

“Cuando voy vestida con ropa laboral si tengo consultas posteriores al horario de oficina, generalmente uso vestimenta formal, elegante (me ha ocurrido en varias ocasiones y con distintos médicos) la atención es más cálida, me dedican más tiempo, se ocupan de explicar con mayor detenimiento y mucha paciencia.
Cuando voy a consultar con vestimenta normal, de día a día, suelo notar una atención más cortante y menos esforzada”, comenta.

Y cierra diciendo que con este ejemplo busca significar que esa diferenciación es poco ética y atenta contra el bienestar general.

Lucina Ruíz compartió su experiencia en entrevista con El Urbano, con la intención de contribuir a la sensibilización sobre esta problemática de salud pública. El cáncer de mama es el más prevalente en mujeres paraguayas, seguido del cáncer de útero.

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