El Ministerio de la Niñez y la Adolescencia, a través de una nueva resolución del 4 de febrero de 2020, exige a los hogares de niños, que se conviertan en hogares residenciales de modo que los niños, niñas y adolescentes que viven allí puedan tener un cuidado más personalizado y tengan lo más parecido a una familia.
Sin embargo, la realidad de la mayoría de los hogares es que viven de apoyos económicos voluntarios, donaciones y algún que otro esporádico aporte de instituciones del Estado. Este es el caso del Hogar Las Tías que funciona en Presidente Franco. Albergan entre 30 a 45 niños, niñas y adolescentes que fueron víctima de algún tipo de maltrato o violencia, en la mayoría de los casos por personas de su propia familia. El 90% de ellos llegó al hogar debido a un abuso sexual en el entorno familiar.
“Tuvimos muchas reuniones, socializamos, 2 a 3 meses nos reunimos, expusimos nuestro caso. En Las tías no tenemos condiciones de trabajar con 6 niños como exige el MINNA. No tengo posibilidad ni condiciones como ellos quieren implementar”, explicó Cristina Brítez, una de las fundadoras del hogar.
Comentó que también otros hogares de Ciudad del Este, enfrentan la misma dificultad. Agregó que el Ministerio exige que los hogares transformen sus espacios en pequeñas casas o departamentos para 6 niños, que deben ser acompañados por una mamá referente o una guardadora. “No tenemos condiciones económicas para eso. La casa nos fue donada, los funcionarios son pagados con aportes de los tíos, hacemos actividades constantemente para poder paliar nuestras necesidades. Nosotros de ninguna manera podemos echar nuestra casa y hacer lo que ellos plantean”, comentó.
Pese a las dificultades, ante las exigencias del MINNA, lo que les queda es adaptarse o cerrar el hogar. Para Cristina y las tías, clausurar el hogar no es una opción, por lo que resolvieron pedir ayudar para hacer las reformas necesarias.
“Nuestra casa está dividida en dormitorios, podríamos adecuar esos dormitorios como un departamento. Tres dormitorios con baño adentro y ahora tendré que armar dos dormitorios más. Tenemos posibilidad de dividir los cuidadores por la cantidad de niños. Porque es adecuarnos o cerrar”, comentó.
Cristina Brítez hizo un llamado a través de su perfil de Facebook a quienes puedan colaborar con las reformas del hogar. Ya recibió respuesta de varias personas solidarias, entre ellas de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Privada del Este. “Necesitamos un arquitecto que nos ayude a remodelar los dormitorios, juegos de baño, pintura, cemento”, explicó.
Se creó un grupo de whatsapp para reunir voluntarios y gestionar las necesidades. “No queremos cerrar nuestro hogar, queremos seguir trabajando. No queremos desacatar pero no tenemos condiciones”, afirmó Cristina Brítez.
Las personas que tengan posibilidad de ayudar, pueden contactar con Cristina Brítez al (0983) 505-850.
