Dentro del contexto global que nos toca vivir actualmente y tras largos meses de encierro por detrás, las ganas de conocer nuevos lugares están a la orden del día. En octubre del 2020, nuestro país recibió la certificación de “Destino Seguro” por el Consejo Mundial de Viajes y Turismo, al cumplir con los protocolos globales de higiene y sanitización que ayudarán a recuperar la confianza de los viajeros y turistas.
La riqueza de nuestro país en términos de turismo es bastante amplia, pero si buscamos un lugar que combine naturaleza, historia y cultura, una nueva propuesta se destaca entre las opciones disponibles.
Nueva propuesta, porque la concepción del proyecto viene del 2012, su construcción se dio entre el 2017 y 2018, y fue habilitada hace apenas un mes y semanas atrás. Un emprendimiento de más de 15.000 millones de guaraníes se erigió en el entorno del Lago Yguazú. Una mega-obra financiada Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que se ubica dentro del Programa Nacional de Turismo (Pronatur), a través de la Secretaría Nacional de Turismo (Senatur).
El Circuito Vivencial del Mundo Guaraní es una propuesta que invita a conocer los orígenes y la historia de las comunidades ancestrales de la zona, de la mano de sus protagonistas, en medio de una importante diversidad de fauna y flora. Está ubicado dentro de uno de los últimos remanentes del Bosque Atlántico del Alto Paraná, en el Área Silvestre Protegida de la Reserva Natural Yguazú, propiedad de la ANDE, en el distrito del mismo nombre en el Departamento de Alto Paraná. La obra es administrada por la Asociación de Turismo Sustentable de Yguazú, con apoyo de la municipalidad local.
¿Cómo llegar?
Tomando como punto de partida a Ciudad del Este, se toma la Ruta PY02 con destino al municipio de Yguazú. Cabe destacar que en el trayecto se pasará por el Puesto de Peaje Tape Porâ – Minga Guazú, por lo que hay que apartar unos guaraníes para tal evento. A lo largo del camino se verán varios carteles señalando la distancia hasta el punto exacto en donde girar para entrar en el nuevo asfalto que nos llevará al punto final. Como referencia a esto último, se encuentra una estación de servicio al costado derecho de la ruta.
Una vez giramos, nos adentramos por 10 km en el nuevo asfalto de la zona, y en el trayecto también veremos las señalizaciones correspondientes que nos indicará cuánto falta para llegar. El promedio de tiempo para llegar desde la capital departamental es de 45 minutos.
Una buena opción es utilizar los mapas de Google como ayuda para llegar sin mayores inconvenientes.
Luego de todo el viaje, llegaremos a un punto de acceso en donde nos recibirán unos funcionarios que, tras anotar nuestros datos y abonar la entrada, nos permitirán el paso hasta el amplio estacionamiento del lugar, cercano al área de camping.
Empieza la experiencia
En la primera parte, nos encontramos con un monolito que nos da la bienvenida junto a las normas del lugar, en donde se pide respeto a la flora y fauna del lugar, se prohíbe fumar y el ingreso de bebidas alcohólicas entre otras reglas de conducta. Luego, tendremos que caminar por un sendero interpretativo de 800 metros, con 6 estaciones temáticas distribuidas dentro del bosque subtropical, hasta llegar al centro de interpretación.
Como guías turísticos del lugar, tendremos a personas pertenecientes a la etnia Mby’a Guaraní de la Comunidad Indígena Remanso Toro y Puerto Juanita, Yguazú, quienes tras un año de capacitación para el cargo, se encargarán de la visita guiada dentro del sendero interpretativo.La idea de integrar a miembros de comunidad indígena nace con el objetivo de brindar a través del turismo un espacio que, además de visibilizar su legado, les permita generar ingresos genuinos a la par de ofrecer al turista una experiencia vivencial que les sumerja en el Mundo Guaraní.
En la ocasión, nos atendió muy amablemente Margarita Benítez Flores, quien nos acompañó en todo el recorrido de la jornada, brindando información relevante sobre el lugar inmerso en el Bosque Atlántico, hogar de numerosas especies de animales y plantas; además de explicar cada bloque informativo de cada estación.
Cada estación cuenta con un bloque informativo en español, guaraní, inglés y braille. En ese sentido, todo el complejo fue ideado con criterios de sostenibilidad e inclusividad, aspecto realmente destacado. Las temáticas de cada estación van desde la Reserva Natural de Yguazú, pasando por las bondades del Bosque Atlántico del Alto Paraná como fuente de recursos abundantes para los pueblos Guaraníes, hasta la vida silvestre que habita el lugar.
El sendero, a pesar de la cantidad increíble de árboles y plantas que lo rodean, está increíblemente despejado de hojas. Además, cada estación cuenta con un banco para descansar acompañado de un enchufe, útil para cargar nuestros teléfonos mientras descansamos.
Luego de una buena caminata, llegamos al edificio principal: un Centro de Interpretación con una completa museografía de la vida de las comunidades ancestrales y la biodiversidad. El edificio (que cuenta y cumple con todos los protocolos sanitarios) alberga además un área expositiva junto a un salón auditorio para charlas y conferencias, otro para talleres didácticos, una biblioteca especializada, una sala de exposiciones temporales, una tienda de recuerdos y un restaurante con vista panorámica.
Como dato de color, hay que mencionar que no se trata conceptualmente de un museo. Los centros de visitantes, de Interpretación, y los de patrimonio son considerados como “atracciones”, mientras que los museos “conservan objetos y artefactos para el bien público”. Una institución puede guardar archivos, pero no necesariamente han de ser objetos de museo.
El circuito vivencial cuenta con tres fases; en la primera se ofrece información sobre el universo guaraní, sus familias lingüísticas, sus orígenes, reducción, distribución actual y su vínculo con el Bosque Atlántico del Alto Paraná.
Luego se ingresa a la segunda fase, que está dedicada al patrimonio material e inmaterial guaraní, a través de una exposición de artesanías clasificadas de acuerdo a cada faceta de sus vidas (agricultura, vida religiosa, caza y utensilios domésticos), todos ellos realizados con materiales provenientes del mismo bosque.
Y en la tercera fase encontramos el espacio denominado “Las voces de los guaraníes”, en donde por medio de módulos y con información audiovisual, el visitante aprende sobre las cuatro etnias guaraníes de la Región Oriental: Ava, Mbya, Aché y Pa’i Tavyterã.
La ambientación es simplemente excelente. Desde las gigantografías, pasando por los recursos audiovisuales para la ambientación junto a la tecnología de primer nivel implementada es digna de aplausos y reconocimiento.
El recorrido culmina con una vista al emblemático Lago Yguazú, que en sus mejores días llega hasta el mirador del predio que también es un embarcadero. La experiencia natural vivida en el lugar es muy agradable, ya que los sonidos de la naturaleza se hacen presentes en todo momento, a la par de algunas mariposas, lagartos, entre otros animales que viven por allí.
Los costos de acceso para connacionales adultos son de Gs. 25.000, mayores de 65 años, Gs. 15.000, niños de 7 a 12 años, Gs. 8.000; para visitantes de países del Mercosur, adultos Gs. 50.000, mayores de 65 años, Gs. 25.000, niños de 7 a 12 años, Gs. 20.000; y para internacionales, adultos Gs. 100.000, mayores de 65 años, Gs. 70.000, niños de 7 a 12 años, Gs. 30.000.
El recorrido se realiza de jueves a domingo (¡y feriados!) de 10:00 a 16:00; los futuros visitantes pueden contactar para agendamientos al: +595 994 198 367, o al e-mail: circuitomundoguarani@gmail.com