Al momento de la nota, el taller de Abel se encontraba con dos guitarras acústicas antiguas que estaban en proceso de restauración a un nivel extremo: la primera por problemas de humedad había degenerado la madera hasta el punto de moldearse fácilmente (cuando, en teoría, la madera debería ser tiesa), mientras que la segunda contaba con un tremendo agujero en la parte posterior por los distintos golpes de la vida. “A veces la gente no conoce los cuidados que deben tener estos instrumentos, y eso da como resultado este tipo de problemas.” comentó el técnico.
Desde que se inició en el área allá por el 2018, Abel ha recibido decenas de guitarras para su puestas a punto, mejoras varias, mantenimientos rutinarios y restauraciones en casos más graves. Al año, en promedio, unas 60 guitarras pasan por sus manos en busca de volver a su mejor estado. Esto se puede entender como que una guitarra está si o si en el taller cada semana del año. “La gran mayoría de las veces vienen solamente para un mantenimiento básico, lo cual significa un tiempo corto de trabajo, y puede ser resuelto en una mañana. Pero cuando vienen guitarras muy dañadas, el proceso puede tardar un buen par de días.” comentó respecto al flujo de trabajo en su taller; siempre resaltando que no siente la sobrecarga de trabajo porque es su pasión dedicarse a ello.
En lo que se refiere a su formación, Abel Quiroga siguió la carrera de Ciencias de la Comunicación y actualmente está a pasos de lograr su anhelada licenciatura en Música en la Escuela Superior de Bellas Artes de la Universidad Nacional del Este. Y es que es acá en donde encontró la pasión en su vida que lo llevó a especializarse en la parte técnica de instrumentos musicales, siguiendo distintos cursos de luthieres reconocidos en Latinoamérica como Jorge Ash Zeballos y Carlos Carbajal
La primera parte del proceso de aprendizaje fue con su caballito de batalla, una guitarra eléctrica modelo Stratocaster, la cual ya lleva unos cuantos años cargando melodías y, por sobre todo, experimentación y aprendizaje en el arte del mantenimiento y mejoras de las guitarras. La clave era perderle el miedo a tocar el instrumento, a manipularlo (eso sí, sabiendo bien qué se está haciendo) para llevarlo a un mejor nivel.
Como una pequeña anécdota de estos tiempos, la primera vez que recibió una guitarra ajena para un trabajo, le tocó tratar a una de muy alta gama, y con la ansiedad entendible de dicho contexto, realizó el mantenimiento correspondiente sin mayores sobresaltos. Tiempo después, se enteró que el valor de esa guitarra era estratosféricamente alto, y que (¡había sido!) debutó en el oficio con un tremendo tesoro. Superó la prueba de oro.
Desde ese entonces, se ha encontrado con infinidad de instrumentos en distintos estados. Desde pequeños detalles hasta fracturas importantes. Desde guitarras deshechas hasta verdaderos tesoros en busca de mejoras. Porque además del aspecto técnico, Abel también se encarga de asesorar qué piezas vendrían bien para mejorar el sonido de los instrumentos.
El siguiente paso que Abel pretende dar en unos años es llegar a la categoría de luthier, en donde además de reparar instrumentos musicales de cuerda, también podrá fabricar los mismos. Es un sueño que lleva desde que se adentró al mundo de la música.
Conversando sobre los consejos básicos que todo aquel que tenga una guitarra debe saber, el técnico enumeró lo siguiente:
1) Evitar exponer la guitarra a los climas extremos, con mucha humedad o muy secos. Y el cambio rápido de temperaturas.
2) Llevar siempre un trapo de algodón para limpiarla periódicamente. Después de cada ejecución, hay que limpiar las cuerdas. De vez en cuando con un poquito de alcohol. Esto ayuda a que las cuerdas se oxiden menos, mantengan su color, tono y brillo.
3) A la hora de guardar el instrumento, es recomendable hacerlo en una funda adecuada para protegerla de cualquier golpe o cambio brusco de temperatura.
4) Nunca uses productos abrasivos para la limpieza de la guitarra. La madera del instrumento es sagrada y no debe exponerse a productos que no sean aptos para ella.
5) Hay que comprobar periódicamente el estado de las cuerdas para evitar roturas inesperadas.
Para cualquier consulta, agendamiento de trabajo o un asesoramiento, se puede contactar con Abel enviando un mensaje al +595 983 121 876 o bien desde su perfil en Facebook, en donde además comparte varias imágenes de su trabajo diario.