La multi-instrumentista y compositora, Betania Hernández, quien escribió el prefacio del disco dice así: “Con gran alegría, le doy la bienvenida a este disco lleno de sonoridades que recorren caminos bordados de melodías y ritmos del sur, un sur que se expande por los senderos de lo universal, mezcla de sabores tradicionales y modernos. Aquí, Orlando nos pasea por su imaginario sonoro, llevándonos desde las raíces de la música tradicional paraguaya, hasta jugar con nuevas formas y aires de la música popular”.
Y agrega: “Más que un trabajo de música instrumental, creo que este álbum es una bitácora, si se escucha con atención podemos sentir e imaginar paisajes, siendo la guitarra nuestro medio de transporte. Paseándonos por diferentes matices, desde un vals que perfectamente podría ser tocado en una guitarreada en Lima, hasta una mezcla entre polka y chacarera. Y quizás mezcla, sea la mejor palabra para describir lo que están a punto de escuchar. Lleno de imaginación, Orlando reinventa la tradición y nos sumerge en su recorrido por la música”.
El guitarrista y su historia
Orlando Martínez tiene 31 años. Es músico, guitarrista, compositor, productor, arreglista, técnico en sonido, natural de la ciudad de Caaguazú, residente en la triple frontera entre Foz de Iguazú y Ciudad del Este, este año culminando la carrera de creación musical en la Universidad Federal de la Integración Latino-americana.
Actualmente se encuentra produciendo varios proyectos musicales, en especial su disco “Amisturapá” de 10 músicas propias, todas instrumentales. El proyecto “Amisturapá” fue producido por su proyecto personal OM Estudio Portátil y está apoyado por el Fondo Nacional de las Culturas y las Artes, el cual será publicado este diciembre del 2020.
¿Cómo empezó a tocar la guitarra? Orlando guarda un recuerdo de cuando tenía 5 años. “Un día compartiendo en familia, en la casa de mi tío Rafael, le pregunté qué era aquel bulto que estaba encima de su ropero. Él lo bajó de inmediato, lo sacó de la funda cuidadosamente, y lo rasgueó por unos instantes. Se trataba de una guitarra de marca Mangoré, tapa de pino y el mango de color madera clara. Yo nunca había visto una guitarra”, cuenta.
Dice que el instrumento le cautivó. “Se desató en mi pecho una emoción que no había sentido hasta entonces al escuchar el sonido de las cuerdas, encendió mi curiosidad y ganas de descubrir aquel mundo misterioso de melodías y ritmos”, relata.
Pero no supo más nada de la guitarra hasta el verano en que cumplió 13 años, en una tradicional rueda de tereré en la Plaza de la Libertad de Caaguazú, donde su familia tenía una cantina.
“Comenté que mi primo Hugo Abelardo y mi amigo Alcides Ortiz andaban aprendiendo guitarra en la Municipalidad con el profesor Panchi Duarte, y yo también deseaba aprender. Mi gran dilema era no poseer el instrumento”, cuenta.
Pero su tío Rafael fue clave en su historia de formación musical. “Mi tío Rafael me dijo: ‘Yo te voy a prestar mi guitarra para que practiques, pero hay un problema, le falta una cuerda’. Así volvió a mis manos aquella inolvidable guitarra que a mis 5 años me dejó con los ojos resplandecientes, y así abrí las puertas del arte convertido en ritmo”, relata.
Por ese motivo, la dedicatoria va para su tío Rafael: “Este disco lo dedico con enorme respeto y cariño a mi tío Rafa, y a mis cuatros abuelos, sobre todo a mi querido abuelo Filomeno, cuya partida nos ha dejado marcados este año”.
El disco y un nombre peculiar
La palabra es una mezcla de varios idiomas y el nombre tiene una anécdota, según cuenta Orlando: “En jopará solemos decir ‘amezclapá’. La primera vez que viajé a Japón con el arpista Koki Cabañas para ofrecer un concierto en Lake Akan-Hokkaido, equivocadamente dije ‘Amisturapá’. En aquel entonces llevaba 3 años de residencia en la ciudad de Tatuí, São Paulo, Brasil, y el portugués solía manifestarse a veces. Esa palabra quedó resonando en mi cabeza para hoy convertirse en el nombre de mi disco autoral. Esta mezcla, estas emociones, vivencias y amistades entrañables, son el vivo reflejo de mis experiencias musicales y de vida”.
El disco tiene 10 temas propios, compuestos por Orlando Martínez e interpretados por él con la colaboración de 37 músicos, quienes se sumaron desde varios puntos de Sudamérica ,así como de España y Portugal.
Sergio Peiró se encargó de la mezcla y mastering, Andrés Testagrossa dibujó la tapa del disco y el diseño también contó con la participación de Alan Martínez.
“Amisturapá” se presenta oficialmente al público este 21 de diciembre a las 19:30 en el anfiteatro del Lago de la República de Ciudad del Este. El material estará en venta y tendrá un costo 30.000 guaraníes, 20 reales o 5 dólares.
