A las 7 de la mañana, luego de la primera misa, partieron de la parroquia las dos camionetas que transportaban las figuras de la Virgen de Caacupé, como figuras centrales de la actividad. La caravana principal la abría un grupo de ciclistas, seguidos por la camioneta decorada de amarillo y blanco, coronada por la imagen de la Virgen de Caacupé, junto a la cual se trasladaba el cura párroco Tranquilo Manfroi, quien, igual que las demás personas que participaron del desfile, utilizaba un tapabocas, siguiendo las recomendaciones del Ministerio de Salud. La procesión la continuaban multitud de automóviles y motocicletas e incluso algunos pocos devotos que realizaban el recorrido a pie.
La actividad tuvo lugar a lo largo de las calles de la ciudad que, como cada año, estaban prolijamente decoradas por los vecinos con globos, palmas y banderines. Los pobladores de los barrios salían de sus casas a observar la caravana y muchos incluso acompañaban con sus propias imágenes de la Virgen de Caacupé, a la espera de ser rociadas con agua bendita por el párroco.
Al retornar a la parroquia, punto de encuentro final, tuvo lugar la misa central de la jornada, para la cual estuvieron dispuestos bancos y toldos a lo largo de la explanada, para permitir el distanciamiento físico de los fieles participantes, tanto dentro del templo como fuera de este, durante la celebración religiosa. A pesar de las prohibiciones, se registró una gran afluencia.
La siguiente gran actividad tuvo lugar al mediodía, cuando se realizó el tradicional karu guasu, esta vez con el formato que se adoptó durante la pandemia: las ollas populares.
La fiesta en homenaje a la Virgen de Caacupé en Ciudad del Este, se convirtió este año en una de las más concurridas a nivel país, debido a las estrictas medidas que se impusieron en Caacupé, capital espiritual del país, para prevenir la propagación del COVID-19.
Sin embargo, Ciudad del Este no está exenta de las prohibiciones impuestas por el Gobierno Nacional. Tras el decreto promulgado apenas esta semana, desde el lunes se llevan adelante redadas para controlar el cumplimiento del Decreto presidencial N° 4.445, en el que se limita la venta de bebidas alcohólicas hasta las 22.00 horas.