El religioso dijo que el intervalo debe ser aprovechado para una lectura de la biblia.“Es una oportunidad para dedicar tiempo a la palabra de Dios e intensificar si siempre se hizo, dando especial énfasis a la pasión,muerte y resurrección de Jesus, siempre si es posible con la familia”, expresó.
En la ocasión Quiñonez recordó que el núcleo familiar surge nuevamente como base de la experiencia católica. “La familia tiene que ser un punto de encuentro y acompañamiento en el viaje de Jesús”, declaró.
Además el religioso aclaró que ausentarse en las actividades tradicionales no representa ningún pecado, ya que se hace con el objetivo de cuidarnos entre todos en tiempos de pandemia, “La no participación en los rituales no representa un pecado, pecado sería faltar por pereza y no para cuidar a su prójimo como se supone que es en esta situación”, comentó.
El sacerdote convidó a todos los creyentes a participar de las celebraciones a través de las nuevas plataformas de comunicación. “La iglesia invita a participar desde los medios sanos, como la radio, las redes sociales y hasta por televisión, eso no va a faltar, los tiempos actuales nos permiten encontrarnos en comunidad de Dios de otra forma y eso hay que integrar en nuestras vidas”, aseguró.
“La iglesia católica se acopla a los cuidados sugeridos por los entes sanitarios y aconsejamos que la mejor forma de afrontar la pandemia es por medio de los espacios que ofrece nuestra institución siempre cumpliendo el protocolo sanitario a través de diálogos con el representante espiritual de cada comunidad”, añadió.
Por último el hombre de Dios aconsejó a todos los católicos a realizar una reflexión en familia como miembros de una comunidad que debe convivir de la mejor forma posible. “No debemos olvidar que lo espiritual también se puede expresar en familia, haciendo una evaluación de cómo nos comportamos como individuos creyentes e integrantes de una sociedad”, concluyó.
Las nuevas restricciones aplicadas en esta oportunidad imponen una presencia de no más de 20 personas por celebración religiosa, todo realizado con agendamiento previo y con prohibición de presencia de personas de la tercera edad.
