“Bzide se formó después de una evolución, de varias etapas que pasamos Silvio y yo”, cuenta Ross. Silvio Riquelme es el guitarrista de la banda y también acompañó a la vocalista en sus dos anteriores proyectos, The Fussibles y Pray For Me. “Queríamos salir un poco del esquema repetitivo y etiquetado que nosotros consideramos que hay, principalmente en el este. El cerrarse en lo que es metal, o en lo que es punk, encasillarse en un estilo. Ya con Fussibles buscábamos salir un poco de la corriente”.
Sobre las influencias del grupo, Ross explica que más que influenciarse por bandas en específico, lo que tiene Bzide es una actitud o forma de encarar las cosas que los caracteriza: “Nuestra forma de trabajar es usando varios tipos de recursos, lo que esté a nuestro alcance. Ser autodidactas, autogestionarnos y valernos de herramientas como las pistas también”. El uso de las pistas pregrabadas mezclado con guitarras distorsionadas remite fuertemente a bandas como Linkin Park o Bring me the Horizon, sin embargo, los vocales melódicos de Ross le dan un toque distintivo, que no está presente en las influencias a las que uno primeramente se remite. “Nos consolidamos como power trio (voz, guitarra y batería) y ahí encontramos la identidad de Bzide. Trabajar entre 3, ser autosuficientes y complementarnos con las pistas”.
La banda, que recientemente hizo una live session con 5 temas propios disponible en Youtube, planea lanzar un disco completo para 2021. “Ya empezamos a trabajar en eso desde el año pasado. Tenemos 8 temas prácticamente terminados. Nos queda sumar más temas y trabajar en detalles, cuestiones de relleno, de estructura, y luego ya entramos en estudio a grabar” cuenta Ross, quién también revela que la banda recurrió a un productor para tener una “visión externa” de la banda y consolidarse mejor. “El primer y más importante paso para nosotros es lanzar ese disco y ahí ver qué tal van las cosas, tocar siempre y ampliar alcance de Bzide para más allá del este”.
La vida de frontwoman de una banda de rock
“A veces me quedo incómoda autonombrándome música. Soy una vocalista a puro pulmón y vocación natural” dice Ross, quien ya lleva 11 años cantando, habiendo empezado con el indie rock de The Fussibles allá por el 2009. Sobre las peripecias de ser una mujer al frente de una banda de rock, ella afirma: “Estar al frente de una banda para mi es lo máximo, pero no es fácil. Hay roces, situaciones incómodas y factores que yo tengo que pelear un poco más como mujer, por ser minoría”.
Sin embargo, y a pesar del desafío que representa, Ross cuenta que de cierta forma está acostumbrada a este papel: “Yo soy una chica que tuvo una crianza entre hombres, toda la vida desde chiquitita siempre conviví entre varones, entonces para mi es un ambiente completamente natural. No me cuesta nada, no me complica la vida, incluso me siento más cómoda entre los muchachos que entre chicas, me cuesta darme a veces. Y de ahí fue que empecé a cantar justamente, porque tenía todos amigos varones y todos estaban en el ámbito del rock, y yo no conocía chicas en el rock. Y en los primeros toques era realmente complicado, algo como ‘¿Quién es esta? ¿Qué lo que se cree, quién piensa que es? ¿Qué lo que viene a hacer acá?’. Tuve que pelear y buscar mi lugar”.
Esta pelea por buscar un lugar, por supuesto, llevó años, kilómetros recorridos y muchas anécdotas dentro y fuera del escenario. “De todo ya pasé, creo que más con The Fussibles, porque éramos como un bicho raro que intentaba meterse en donde no se les llamó. Y peor todavía que cantaba una chica, una chica que se tiraba al piso y que le tiraba cosas a la gente que le tiraba cosa. Yo soy muy frontal también” relata Ross sobre el campo de batalla que a veces se vuelve un escenario, en especial en el underground.
“Una vez en el Anfiteatro en Ciudad del Este me tiraron una lata de cerveza en la cara. Me bañaron con cerveza en pleno concierto, y los muchachos de la banda me miraban tipo ‘¿Qué hacemos? ¿Paramos? ¿Seguimos?’, y yo agarré la lata, le tiré otra vez al tipo por la cabeza y seguimos tocando. En cada concierto había una situación extraña, incluso en el backstage había situaciones raras. Nos ponían algunas trabas porque teníamos que pagar el derecho de piso, cosas que hoy ya no pasan. Y creo que valió la pena esa etapa, tener la capacidad de superar eso”.
Guturales, voces graves y el deseo de cantar siempre
Mientras The Fussibles iba más por el indie rock y rock alternativo, el siguiente proyecto, Pray For Me, formado junto a miembros de Kuazar, estaba mucho más centrado en el metal. “Fue una fusión un poco extraña, pero ellos después de que nos vieron tocar con The Fussibles tuvieron ese interés de trabajar juntos. Tuvimos muy buena respuesta en la escena metal y la experiencia me formó muchísimo también, como persona y como música. Descubrí que podía cantar gutural, o en un rango de voz mucho más grave”.
“Mi paso por esas bandas me convirtió en lo que soy hoy, una vocalista mucho más segura, mucho más firme en cuanto a lo que quiero y con todas las ganas de ser una influencia para alguna otra persona cada vez que tocamos”, cierra diciendo Ross. “Y sigo porque realmente es mi vocación y es lo que amo. No sé si algún día voy a parar, pero cuando pare va a ser contra mi voluntad probablemente. Son tiempos muy difíciles para todos los músicos, todas las bandas están intentando seguir y no quedar atrás con esta situación de la pandemia. Esperemos que realmente todo sea para mejor en estos años. Quiero dejar el mensaje de animarle a los que son más jóvenes que nosotros, que no permitan que la música pare, que sigan surgiendo bandas, cosas nuevas, ideas nuevas”.