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Redes sociales y salud mental: una conversación pendiente

Recientemente se hizo viral la noticia de que varias escuelas públicas estadounidenses presentaron una demanda contra Meta (Facebook, Instagram), Snapchat, YouTube y TikTok acusándolas de “daños” a la salud mental de los jóvenes. 

Según su comunicado divulgado a la prensa, acusan a estas empresas tecnológicas de explotar “la psicología y la neurofisiología de sus usuarios para que pasen cada vez más tiempo en sus plataformas, creando una crisis de salud mental entre los jóvenes estadounidenses”.

Aseguran que quieren “responsabilizar a las empresas de redes sociales por el daño que han causado a la salud social, emocional y mental de sus estudiantes”, según la nota divulgada.

“El aumento de los suicidios, los intentos de suicidio y las visitas a salas de emergencias relacionadas con la salud mental no es una coincidencia. (…) Esta crisis ya estaba empeorando antes de la pandemia y la investigación ha identificado que las redes sociales juegan un papel importante en la aparición de problemas en la salud mental de los jóvenes”, añaden.

Esto, denuncian, “con ánimo de lucro”, porque “cuanto más tiempo pasan los usuarios en estas plataformas, más publicidad pueden vender los demandados”.

La ansiedad, depresión y estrés son enfermedades que en los últimos años han impactado a millones de personas en el mundo, al punto de que según la OMS una de cada ocho personas padece de algún trastorno de este tipo.

El uso de redes sociales y plataformas virtuales explotó en todo el mundo con el aislamiento pandémico. Un nuevo estudio asegura que abstenerse una semana de las redes sociales disminuye síntomas de ansiedad y depresión.

El estudio, realizado por investigadores de la Universidad de Bath, en Inglaterra, comparó a dos grupos. Uno que usó libremente las redes sociales y otro obligado a dejar de consumir Twitter, Instagram, Facebook y TikTok durante 9 horas semanales. Los grupos estaban conformados por 154 personas de 18 a 72 años. Se trataba de usuarios regulares de redes sociales. Recibieron cuestionarios sobre distintos aspectos de su bienestar anímico antes y después del experimento. 

Quienes disminuyeron su uso (de 7 horas a 21 minutos, por ejemplo) mostraron menores niveles de ansiedad y depresión. Además de una mayor sensación de bienestar y satisfacción con la vida, en apenas una semana.

“Las redes sociales son tan omnipresentes que la mayoría de nosotros nos desplazamos casi sin darnos cuenta por las pantallas desde que nos levantamos hasta que nos acostamos”, reflexiona el investigador Jeffrey Lambert. “Las redes sociales hoy son parte de nuestra vida y, para muchas personas, también son parte indispensable de su identidad y de cómo interactúan con los otros, pero si usted pasa horas scrolleando y siente que eso tiene un impacto negativo, valdría la pena recortar su consumo para ver si eso le ayuda a sentirse mejor”, aconsejan los investigadores británicos.

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