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Raquel Bareiro y el elenco de Lampium festejan una década de magia teatral

Con un homenaje poético a “la llama que ilumina a través de un lampium”, el grupo actualizó su imagen, reflejando su creencia en el poder transformador del arte.  El nuevo logo de Lampium es, para la actriz, un símbolo poderoso de resistencia y una luz guiadora para los artistas en una ciudad que concede poco a sus creadores.

Y así, con una década a sus espaldas y una llama brillante en su escudo, Lampium sigue iluminando con su luz el oscuro camino, proveyendo la necesaria y demandada sensibilidad artística a la sociedad, guiándola a través de la oscuridad con su arte, su pasión y su resistencia.

El camino de Lampium ha sido sinuoso y lleno de desafíos. La talentosa artista esteña recordó con particular emoción la producción de “La ternura”, dirigida por Mario Vedoya, como un hito para el grupo. La experiencia, que incluyó traslados nómadas de su escenografía en el frío polar y largas horas de ensayos nocturnos, demostró la fortaleza y compromiso del equipo.

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En su década de existencia, el elenco ha jugado un papel vital en la evolución del arte teatral en la región. Han aportado propuestas innovadoras como “Café con Poesía”, y su público siempre ha respondido favorablemente a sus arriesgadas y originales producciones.

La artista compartió con nosotros una serie de momentos y reflexiones sobre la evolución de este elenco, que ha transformado y enriquecido la cultura teatral del Este de Paraguay.

El teatro en Alto Paraná ha experimentado una notable evolución durante la última década, una transformación en la que Lampium ha tenido un papel fundamental. Este movimiento, que se ha dado a pesar de los retos y la falta de políticas públicas, ha permitido que “históricamente el teatro sea un arte de resistencia, y nosotros somos eso, nosotros somos el ejemplo de este proceso”, afirma Raquel.

Al reflexionar sobre la evolución del teatro en Ciudad del Este y el Alto Paraná en la última década, comentó: “Considero que estamos por buen camino, nos adaptamos a los recursos disponibles y evolucionamos a un estilo propio para la región”.

La actriz también aludió a la resiliencia del arte teatral, enfatizando que, a pesar de los desafíos sociales y la falta de políticas públicas, el teatro ha persistido y crecido. Grupos como Lampium han resistido, y, notablemente, se ha visto el surgimiento de una nueva generación que se suma al movimiento.

Sobre este particular, Bareiro se muestra optimista: “Cuanto más jóvenes se sumen al movimiento teatral de la región será más balsámico para todos nosotros”. Y añade, “Porque de eso se trata, de que vengan otras generaciones atrás nuestras, y que nunca paren aportando su grano al teatro esteño”.

Uno de los aspectos más significativos que Raquel destaca es la percepción del público y cómo este ha acompañado el crecimiento de Lampium. Con sus propuestas innovadoras, el público ha estado respondiendo con entusiasmo a los riesgos y las innovaciones que caracterizan a este elenco.

El teatro no solo es una expresión artística, sino también una herramienta de resistencia y denuncia social. A través de las representaciones teatrales, Lampium ha logrado cuestionar las estructuras de poder existentes y poner de manifiesto situaciones de desigualdad, injusticia, discriminación y violencia.

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La obra 3 de Febrero: ¿Celebración?” fue construida y basada en libros e investigaciones realizadas sobre la época dictatorial. (Foto: Gentileza).

Pero el camino no ha estado exento de dificultades. La lucha por reconocer y valorar el arte como una expresión cultural fundamental es constante. 

Raquel menciona la necesidad de una organización sólida entre los artistas y profesionales del teatro, la fragilidad de las instituciones culturales y la falta de políticas que respalden las manifestaciones artísticas. 

“También, es importante reconocer que llevamos una doble vida, ya que no solo somos actores o actrices, sino que también desempeñamos otros roles y trabajamos en diversos sectores. Podemos enseñar teatro, impartir clases de arte y estar involucrados en áreas totalmente diferentes. Esta realidad de múltiples facetas es necesaria para sobrevivir. Por ejemplo, sólo por ser actor o actriz no tenés garantizado acceso a salud o vivienda propia. El desafío consiste en organizarse y abordar directamente los problemas que enfrentamos. Debemos sentarnos a discutir y avanzar juntos, sin que nada sea considerado demasiado difícil. Es crucial aceptar nuestras diferencias y conflictos, buscando un consenso que nos permita progresar”, declaró la artista.

Sin embargo, confía en que con el tiempo y el esfuerzo conjunto, podrán enfrentar y superar estos desafíos.

Al mirar hacia el futuro, Raquel es optimista y llena de planes para Lampium. Con la preproducción de un nuevo proyecto en camino, liderado por el destacado artista Julio Morel, el Elenco Teatral “Lampium” se prepara para una nueva etapa de innovación y creatividad. 

“Estamos emocionados por la oportunidad de presentar al público un trabajo artístico único y original”, afirma Raquel, subrayando su confianza en el éxito del proyecto gracias a nuevas colaboraciones estratégicas y el respaldo de la comunidad.

Su consejo para los jóvenes que deseen unirse a la escena teatral es claro: “No dejen que la pasión por el teatro se convierta en una fuente de frustración frente a sus familias o la sociedad”. Raquel insiste en la importancia de profesionalizarse en este campo y resalta que la recompensa, aunque a veces sea intangible, es profundamente gratificante.

Raquel Bareiro, actriz de teatro.

Al reflexionar sobre sus diez años con Lampium, Raquel Bareiro describe el grupo como su hogar, su familia y su motor en el ámbito artístico. Su experiencia en Lampium ha sido una formación integral que la ha fortalecido como artista y gestora cultural. “Esta experiencia me ha proporcionado las herramientas necesarias para llegar a otros espacios de disputa política y utilizar el arte como medio de expresión y transformación social”, mencionó la artista.

Sin duda alguna, los últimos diez años de Lampium han sido una jornada de aprendizaje, crecimiento y resistencia. A través de sus proyectos, han desafiado las normas, han hecho visible lo invisible y han ampliado los horizontes del teatro en Ciudad del Este. A pesar de los desafíos y obstáculos, Lampium sigue brillando, iluminando la oscuridad con su lámpara, y promete continuar siendo un faro de creatividad, innovación y pasión por el arte en los años por venir.

En esta celebración de su décimo aniversario, Lampium invita a todos a ser parte de su viaje, a unirse a su lucha y a compartir su amor por el teatro. La llama que arde en Lampium es un recordatorio de la poderosa capacidad del arte para resistir, desafiar y transformar. 

Felices diez años, Lampium, y que su llama nunca deje de brillar.

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