La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación(FAO) estableció el 16 de octubre como el Día Mundial de la Alimentación con el objetivo de promover la disminución del hambre en el mundo, propósito que busca también la Agenda 2030 con su meta de hambre cero y por otro lado es bueno educar sobre el problema alimenticio mundial, la desnutrición y la pobreza.
Este año, la FAO propuso el lema: “Nuestras acciones son nuestro futuro” y con este mensaje busca concientizar a la sostenibilidad con nuestras acciones, reduciendo el desperdicio de alimentos, practicando la nutrición sana y equilibrada.
En este marco, el órgano encargado en Paraguay, el Instituto Nacional de Alimentación y Nutrición (INAN), dependiente del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social propuso celebrar la fecha abordando temas relacionados. Una serie de conferencias virtuales se realizaron el lunes 11 de octubre, con el apoyo de otras entidades nacionales e internacionales.
Las conferencias quedaron disponibles en el canal de Youtube de las Naciones Unidas Paraguay.
Mujeres, con mayor riesgo de padecer trastornos alimenticios
En lo que va del año y basándonos en una investigación de la cual participaron 375 personas, se pudo observar que las mujeres tienen 2,4 más de chances de padecer problemas de desorden alimenticio en comparación con los hombres. El Dr. Julio Torales quien es uno de los autores de dicho estudio comentó: “Hay una predisposición biológica del sexo femenino a tener percepciones negativas sobre el cuerpo, sumado a la presión cultural que tienen, en donde la sociedad les impone la necesidad de ser delgadas para tener éxito, cosa que a los hombres no les exige. La sociedad es muy discriminativa en ese sentido porque impone a la mujer un modelo de delgadez que debe seguir”.
Otra conducta que presenta mucho riesgo es el uso de laxante, la investigación también enfatiza que existe 6,8 veces más riesgos de tener un trastorno alimentario en comparación con las que no utilizan. El abuso del laxante también puede causar desequilibrio hidroelectrolítico y deshidratación.
Sobre los trastornos de alimentación la anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa son trastornos caracterizados por la internalización del ideal de delgadez y conducta extremas de control de peso; incluso hay personas con bulimia nerviosa que no tienen bajo peso y están inmersas en un ciclo de atracones y purgas y/o ejercicios compulsivos.
Otro de los puntos que preocupa actualmente es la nutrición y cuando se ven datos de prevalencia de sobrepeso entre niños menores de cinco años, y el problema más grave está en la población adulta mayor de 18 años que tiene niveles de obesidad del 20,3% eso significa que uno de cada cinco de los paraguayos se encuentra en situación de obesidad cuya tendencia se manifiesta creciente.
Si bien la obesidad es una enfermedad multicausal, en la que intervienen factores genéticos, culturales, sociales y ambientales, existe evidencia de que factores modificables, como los relacionados con el estilo de vida de una persona, representan más del 50% de los factores desencadenantes de esta enfermedad.
Claro es que cada uno de los problemas citados tienen un método y tratamiento adecuado para lo cual es imprescindible tratarlo con un especialista del área.
La importancia de una buena alimentación es menester ya que la misma refuerza el sistema inmunológico, muy a pesar del aumento en la canasta básica y las subas que se presentaron en este periodo en los costo de producción así como los productos derivados del petróleo por el transporte; parece difícil la idea de tener una buena alimentación pero no obstante existen políticas e inversiones orientadas a reducir el costo de los alimentos nutritivos la misma busca el aumento de la producción agrícola ya que más del 60% de los alimentos son producidos mediante la agricultura campesina y en ellos hay que fomentar para que produzcan más frutas, verduras y hortalizas.
El representante de la FAO en Paraguay, Jorge Meza, afirmó que todos participamos del sistema alimentario de una manera consciente o inconsciente y a la vez todos somos responsables de lo que se produce en el campo y si de aquello consumimos o desperdiciamos.