Cada año, las comunidades católicas se centran en Villa 23 de Octubre para el festejo central del 8 de diciembre, en el que se suelen lucir en actos culturales y despliegue de religiosidad que atrae a miles de devotos católicos de esta región. Este año no será diferente en cuanto a la intención, pero las fiestas multitudinarias darán espacio a la celebración litúrgica como eje central, en un tiempo en el que el permanecer unidos, más allá de lo físico, se convierte en un asunto prioritario para los fieles.
Con una afluencia ejemplar, concluyó anoche la novena de Caacupé, previa para las celebraciones principales. Para esta noche están previstas dos misas: la primera las 20.00 y a segunda a las 22.00, mientras que la acostumbrada serenata iniciará a las 23.00 horas y durarán hasta pasada la medianoche, cuando se darán las campanadas para anunciar la festividad de la santa patrona del Paraguay. La actividad se llevará a cabo en la explanada de la iglesia, que ya está ambientada para recibir a una buena cantidad de fieles que mantengan a apropiada distancia.
Por supuesto, la fiesta será transmitida a través de las redes sociales de la parroquia, para aquellos que no puedan participar físicamente del encuentro.
Junto a esto, concluyó también la visita de las comunidades, que cada año participan activamente de todas las jornadas del novenario. Este año, respetando lo establecido por el Ministerio de Salud, se estableció un calendario que reguló la participación durante los días que duró la novena.
Ya para mañana está prevista la tradicional procesión de la imagen de la Virgen de Caacupé, pero este año, en caravana de automóviles, en vista a las restricciones sanitarias en cuanto a la aglomeración de personas. El 8 también se dará el karu guasu, pero esta vez con el acompañamiento de los 23 grupos de ollas populares de la comunidad de influencia de la parroquia.
Desde la organización del festejo, se instó a los fieles que deseen participar de las celebraciones, a utilizar tapabocas y mantener la distancia. Además, desalientan la presencia de niños menores de seis años y adultos mayores de 60, en un esfuerzo por evitar la propagación del virus del COVID-19, que en las últimas semanas registró un repunte de casos e internaciones en esta zona del país.
