Julio Morel (28) es un apasionado del arte. “Me mueve el arte, la vida, desde muy pequeño mi realidad es el arte, estoy envuelto de arte desde el colegio, bailé por todas partes, desde la comisaría, la iglesia, el patio de la escuela, bailé en tantos lugares hasta llegar a teatros importantes del mundo”, comenta con entusiasmo.
Nació en Ciudad del Este y salió del país a los 15 años de edad, en busca de una mejor formación en danza. “Fue una oportunidad que se presentó, una maestra brasileña (Mariza Estrella) vino al país y me dio una beca para estudiar en la Compañía Joven de Ballet de Río de Janeiro y luego en una escuela, Centro de Dança Rio. Eran mis dos formaciones, me pasaba todo el día entrenando”, recuerda.
Vivió 4 años en Brasil, luego fue a Estados Unidos y se formó en San Francisco Ballet School. Después integró el Ballet de Monterrey, en México durante 5 años y en los últimos años, estuvo en Alemania. “Quería ser creador y por eso fui a Europa, trabajé con grandes coreógrafos durante 2 años y al trabajar con esta gente se despertó en mí esta necesidad de crear y volver. Creo que tengo el talento para crear, necesito desarrollarlo. Fui a Europa con miedo, falta de confianza, pero la experiencia me dio gran confianza, me dio ganas de venir. Dejé un salario, un teatro, pero soy una persona que vive de esa manera, voy con mi corazón, necesitaba reiniciarme y volver”, expresa.
El regreso y volver a empezar con “Zapatos bizarros”
Luego de años bailando y formándose en el exterior, Julio Morel vuelve a Paraguay, específicamente a Ciudad del Este. “Tengo una conexión con esta ciudad, porque aquí empezó mi pasión. Este proyecto siento que es como mi tesis, hice muchas producciones en el exterior y quiero ofrecer al público paraguayo la posibilidad de vivir una experiencia diferente y para mí también como artista. Me estoy desarrollando también como creativo, coreógrafo, es una gran pasión que me mueve mucho. Soy bailarín profesional, creo que quiero ser artista. No me quiero quedar solo en la danza sino explorar varias expresiones artísticas con las que pueda encontrarme en la vida, el arte es una herramienta y un medio para encontrarme”, cuenta con emoción.
Y agrega: “El arte se volvió mi todo, soy muy apasionado, muy intenso en el escenario, que es mi casa, mi lugar seguro, un lugar donde puedo decir muchas cosas, que muchas veces no puedo decir en palabras. Vengo al nuevo teatro de mi ciudad y me pongo muy nervioso”.
La obra “Zapatos bizarros” será inédita y tiene un proceso creativo único. Tanto la coreografía como la música fueron creadas desde cero, según comenta Julio Morel, quien trabaja junto al Dj Gabriel Ozorio en este proyecto.
¿Cómo surgió el nombre? Julio responde: “Zapatos bizarros porque siempre me sentí bizarro, que a veces suena como despectivo pero en realidad significa valiente. Y ahora lo quiero celebrar con el público y que se identifique la gente. Es una montaña rusa de emociones, transitaremos muchos zapatos y estoy súper emocionado con la obra, con el proyecto, con lo que estamos generando, espero que la gente pueda compartir y decir sí se puede”.
“Somos artistas, somos de Ciudad del Este, estamos acá y tenemos generar una comunidad de artistas que nos beneficie a todos, sobre todo a los jóvenes que necesitamos arte, sensibilidad, entender al otro, ser más tolerantes”, enfatiza.
La obra “Zapatos bizarros” tendrá una única función el 25 de febrero en el Centro Cultural “Agustín Pío Barrios Mangoré”, con entrada única a 100.000 Gs. y dos entradas por 160.000 Gs. (con descuento promocional para los primeros en adquirir las entradas). Las entradas se pueden comprar contactando al (0994) 241- 471 o al (0992) 433-593.
“Mi familia crece conmigo”
Julio Morel es un bailarín que defiende sus convicciones, incluso ante su familia que –según comenta- va comprendiendo y acompañando paulatinamente sus sueños. “Mi familia crece conmigo. Al principio no fue fácil, había cierta ignorancia hacia lo que yo estaba realizando, fue nuevo, había mucho miedo sobre qué iba a pasar conmigo, qué iba a hacer de grande. Mostraba actitudes de artista desde pequeño, se entiende que en Paraguay cuesta soñar con ser artista, pero es posible, es muy real y alcanzable. Estamos llenos de talento, de a poco mis padres fueron entendiendo, con cada viaje, cada logro, fueron dimensionando mi profesión”, comenta.
Contó que sus familiares fueron aceptando y que actualmente siente el apoyo. “Se fueron abriendo y fueron aprendiendo con mi camino. Todo eso me enseñó al ver el Paraguay sin oportunidades, sin educación, la falta de oportunidad para el arte, para el público, para el artista, no solo el artista siente falta, también el público. De a poco ellos se convierten en mi público”, cuenta.
Julio Morel se declara “un alma libre”: “Puedo ir un poco más allá de las reglas, me gusta cuestionar y preguntar cosas, sobre todo en el escenario. Puede ser chocante, se van adaptando y van entendiendo. No van a poder controlar mi parte curiosa, de querer preguntar y cuestionar. No sé qué hacer si no es esto que estoy haciendo”.
“No sirve de nada tener capacitaciones, si no hay espacios laborales”
Finalizando la entrevista, abordamos la profesionalización del arte y sobre los espacios laborales en Paraguay. En ese sentido, el bailarín Julio Morel comenta: “Renuncié a un trabajo en Alemania, vine con todas las ganas de hacer un proyecto acá y la gente no entiende, me dicen que estoy loco. También estoy empezando a conectar acá, con la gente y con el proyecto”.
Fundó una productora llamada “Volver a empezar”, en alusión a los reinicios de la vida. Resaltó la importancia de que existan oportunidades de capacitación para los profesionales del arte, pero recalcó: “No sirve solo tener capacitaciones, si no hay espacios laborales”.
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