Basado en el libro de investigación periodística escrito por el comunicador Andrés Colmán Gutierrez en colaboración con Desirée Esquivel y Narciso Meza, el audiovisual elabora un riguroso trabajo tras los pasos del doctor nazi en territorio guaraní en su huída de Europa tras la caída del Tercer Reich en 1945.
Joseph Mengele, médico y oficial alemán de las SS durante la Segunda Guerra Mundial, pasó a la historia por los motivos más bajos que un ser humano podría imaginar. Sus actos en el campo de concentración y exterminio en Auschwitz, donde realizaba experimentos inmorales con los prisioneros lo llevó a ganarse su conocido mote de “El Angel de la Muerte”.
Con la inminente llegada de las tropas soviéticas y temiendo que la soga de la horca sea su destino final, Mengele logró huir de Alemania tras una sucesión de hechos desafortunados con algunos documentos y registros desordenados. Ayudado por una red de miembros antiguos de las SS, el doctor logró llegar hasta Sudamérica a principios de la década de 1950. Tanto el documental “De Auschwitz a Hohenau” como el libro previo recoge de manera brillante el andar del nefasto médico por Paraguay en esos años.
En entrevista con El Urbano, la periodista, fotógrafa y creadora audiovisual detrás del documental, Desirée Esquivel, contó cuáles fueron los aspectos más desafiantes a la hora de realizar este trabajo.
A grandes rasgos, ¿Cómo definís este documental “De Auschwitz a Hohenau”?
Defino este documental como una reconstrucción de la memoria y de nuestra historia, Traemos un poco a la actualidad, más de 50 años después, esta parte de la historia que estaba como “oculta”, como silenciada por mucha gente. Repsamos los años entre 1951 – 1961, que es más o menos el tiempo en el que iba y venía a nuestro país el conocido Ángel de la Muerte, de los cuales dos años más o menos estuvo viviendo en Paraguay.
Este documental viene un poco a reconstruir eso, además de aportar datos que no se tenían mucho en cuenta en la historia de de otros países, que hablaban de Mengele pero esporádicamente o de pinceladas nomas mencionan a Paraguay. Este material, que justamente complementa al libro escrito por el periodista Andrés Colmán Gutiérrez, viene a llenar ese “agujero negro” que teníamos en la historia más de 50 años después. Es también reivindicar de cierto modo la memoria, y recordar lo que se hizo en esa época, en plena dictadura del general Alfredo Stroessner.
¿Cómo fue el proceso para empezar a trabajar en este documental?
Para responder esta pregunta tendríamos que ir un poquito atrás en el tiempo, cuando Andrés Colmán empezó a hacer varias publicaciones en el 2014 sobre esta historia, que como dije parecía oculta, silenciada por mucho tiempo, hasta parecía como una leyenda y no había muchos datos, documentos y testimonios al respecto. Una historia que se encontró por accidente en un viaje que hacen a Itapúa en el 2014. Consiguió los detalles como el excelente periodista de investigación que es él. Despuès
Un año después, como ya nos conocíamos en el ámbito periodístico por nuestros trabajos y demás, él me comenta sobre su proyecto, como algo muy lejano, de publicar un libro de investigación periodística sobre Mengele en Paraguay. Entonces le digo que sería genial que le acompañe con una cámara y grabé todo el proceso. En un principio eso lo vimos más para potenciarlo en las redes sociales, o sea, el documental en sí no fue pensado inicialmente como un proyecto complementario del libro, sino más bien era como para subirlo en vídeos cortos para promocionar entrevistas que hiciéramos, y subirlo a Facebook, Twitter y promocionar el libro.
El documental es súper artesanal. Lo hicimos con cero presupuesto. Yo me fui con mi cámara Canon, un trípode, un micrófono que compramos en Galería Estrella y ya. Con eso nos fuimos, sin reflector, sin rebotador, sin un equipo de alta producción. Con mis conceptos básicos de grabación, y toda la onda posible.
Esto no hubiera sido posible sin el trabajo de amigos como Analía López, que me hizo el diseño de mi de la portada del documental. Nat Vera Scuderi, que hizo un milagro editando el documental por lo complejo de algunas tomas. Estoy orgullosísima de ellas, que me sostuvieron y me apoyaron muchísimo para terminar el trabajo. La música nos regaló Rolando Chaparro, que es amigo de Andrés. En un evento que nos cruzamos allá por principios de 2018, cuando ya teníamos la idea del documental, nos dimos cuenta que faltaba ese componente de la música y justo nos cruzamos con él, y nos ayudó sin problemas. Sin ese apoyo, sin ese soporte, nosotros no íbamos a poder sacar el documental porque fue así, con cero presupuesto.
Nosotros lanzamos el documental en mayo 2018 con el libro de Andrés. Casi 400 personas estuvieron en el lanzamiento del libro y la proyección del documental. Fue increíble, lo hicimos en el salón auditorio de la Universidad Autónoma de Asunción. Había gente sentada en el suelo y parada, o sea, fue una locura. No creímos que fuera tanto el impacto porque era un tema que ya se había publicado en el 2014. Años después, la gente de Kily se comunica con nosotros para poder subir el material en la plataforma de streaming.
¿Cuál fue la parte más complicada a la hora de realizar este trabajo?
Para mí fue súper desafiante. Como mujer, principalmente, hacer estos audiovisuales, encontrarme con estas historias. Captarlo con la cámara… Porque si bien yo sola no lo hubiese podido hacerlo, igual fue súper desafiante tanto profesionalmente como de manera personal. Es súper valioso el trabajo, porque en ningún otro material, al menos sobre Mengele en Paraguay, no lo vas a encontrar. Hay entrevistas que conseguimos de primera mano, y no lo vas a ver en otro canal, o no lo vas a encontrar en ningún otro espacio. Entonces, haber conseguido eso es para mí súper importante.
Creo que esto es como un ejemplo para muchas compañeras que están dentro del rubro, que hacen un trabajo increíble por potenciar el área del audiovisual, y me siento confiada de que esto va a crecer, que esto va a ir explotando más. Solamente se trata de dar oportunidades, de generar espacios en donde se nos permita desarrollarnos y que se nos permita poner nuestro talento. Eso fue lo que me ocurrió a mí en este en este trabajo, porque me vengo a sumar dos años después de que se vienen haciendo estas publicaciones, que lo hace Andrés Colmán en Última Hora.
Entonces yo me vengo a sumar, aporto lo mío, y es un complemento perfecto. Creo que esas alianzas, esos trabajos en conjunto, son sumamente importantes. Y que es posible hacer productos audiovisuales.
De toda la historia recopilada, ¿qué fue lo que más te llamó la atención en el paso del doctor nazi en nuestro país?
Creo que derribar un poco esa leyenda de que Mengele, al salir de Alemania se refugió por acá. Decían de él que seguía haciendo experimentos, que en Brasil experimentaba con gemelos porque era super conocido por su trabajo en eso. Pero no. Había sido no. Igual al escuchar los testimonios en el documental y de otra gente que después íbamos compilando decían que no hacía eso. No se exponía.
De hecho, se mantenía refugiado por parte del Gobierno de ese momento (de Alfredo Stroessner). Por cuestiones comerciales de parte de la familia Mengele, porque ellos vendían en ese momento tractores que iban entrando al país vendiendo esa maquinaria. Después, a través de un navegador de un famoso aviador héroe Alemania, que conoce a Stroessner, porque su papá es de Baviera (o sea alemán). El le hace como los nexos para justamente poder refugiarse.
Eso no me llamaría tanto la atención como el hecho de que se autorizó para darle la nacionalidad paraguaya. Mengele recibe la nacionalidad paraguaya con su nombre transformado (en vez de Josef, quedó como José, José Mengele). Igual y en los lugares donde él se ocultaba iba cambiando de nombre, pero digamos que es eso, el hecho de encontrarme que no era cierto eso de que él seguía haciendo experimentos fuera de Alemania. Porque todo el mundo decía que si lo hacía, y me enteré que no. Creo que eso y lo de la nacionalidad paraguaya, por amiguismo y por toda la red corrupta de ese momento que lo pudo proteger.
¿En dónde crees que radica la importancia de revisitar este tipo de sucesos históricos?
Justamente, para acordarnos que Paraguay oculto a un médico nazi. Que Paraguay le tuvo oculto. Y que somos parte de esa historia del nazismo. Mucho de la simbología de Stroessner (los desfiles y las banderas, y todo ese simbolismo que se demostraba) son huellas dejadas del nazismo. Porque si te fijas en la época de Hitler, era así. Lo de portar el uniforme y hacer sus desfiles grandilocuentes es una cosa del nazismo que mucho se vio en Paraguay y de hecho se sigue viendo.
Es parte de nuestra historia actual también, que se construyó desde esa época, desde el nazismo y pre nazismo, porque acá ya mucho antes de que el nazismo naciera, ya había un proyecto de ello con Bernhard Förstery su esposa Elisabeth Förster-Nietzsche (fundadores de Nueva Germania, en el departamento de San Pedro).
No hay que olvidarse de eso, es súper importante no repetirlo. Si uno conoce bien su historia, su pasado, obviamente no va a cometer el mismo error para más adelante.
“De Auschwitz a Hohenau” ya está disponible en la plataforma Kili Video. Para acceder al audiovisual, el usuario deberá registrarse de forma gratuita a través de la página web. Se podrá alquilar por cuatro días, una vez realizado el pago. El pago se puede efectuar utilizando la página vía tarjeta de débito, crédito y billeteras digitales, o acercándose a una boca de pago de PagoPar.
Atrocidades del Ángel de la Muerte
En la búsqueda por elevar a la raza aria, Mengele desarrolló un sinfín de experimentos crueles en hombres, mujeres y niños. Su extrema fascinación por los gemelos, a quienes estudió en demasía para demostrar su tesis de la supremacía de la herencia genética sobre el entorno (en un intento por reforzar la premisa del nazismo que defendía la superioridad de la raza aria), lo llevó a escribir un negro capítulo en la historia de la ciencia por sus actos.
Mengele seleccionaba a los “suertudos”, quienes iban a parar directamente a la cámara de gas. Los que no corrían con esa suerte, pasaban a ser ratas de laboratorio para el monstruoso equipo de científicos nazis que el doctor lideraba.
A día de hoy, es difícil precisar el número total de víctimas que él mismo mató a través de inyecciones letales, experimentos mortales, golpes o disparos, por no citar sus “órdenes de desinfección” de los campos, que llevó a cientos de seres humanos a la cámara de gas.