Cuando Ludwig Van dejó este mundo en el año 1827 tras una vida dedicada a la música, nadie en su más sano juicio pensaría que más de dos siglos después su obra continuaría de la mano de una inteligencia artificial. Pues bien, pasó.
Considerado uno de los compositores más importantes de la historia de la música, y con un legado que ha influido de forma decisiva en la evolución posterior de este arte, Beethoven estrenó su icónica novena sinfonía apenas cinco años antes de su deceso. Fue un rotundo éxito, de las obras más trascendentales, importantes y populares de la música y el arte (a tal punto de ser el himno de la Unión Europea).
Tras esto, y en la etapa final de su vida, el músico destinó todas sus energías a la composición de cuartetos de cuerdas, a la par de esbozar sus ideas para su próximo trabajo que no llegó a culminar, pues a sus 56 años se ponía punto final a su existencia, consecuencia de una enfermedad prolongada. Tan sólo quedaron retazos y bocetos musicales a la par de la incertidumbre de lo que podría haber sido aquel trabajo.
Evidentemente en casi dos siglos de tiempo hubo intentos para recrear cómo hubiera sido aquel trabajo completo. Musicólogos, historiadores, y demás entendidos dieron sus interpretaciones, pero con resultados mixtos. Pero la tecnología ha avanzado lo suficiente como para que se consiga lo que se estrenó este sábado en Suiza.
El trabajo sufrió un año de retraso, ya que iba a revelarse conmemorando el 250° aniversario del nacimiento del artista, pero los aplazamientos relacionados a la pandemia por el coronavirus fueron inevitables. Al final, las restricciones afectaron al considerable equipo de expertos informáticos, compositores, musicólogos y demás personas envueltas en este proyecto.
Y es que intentar recrear lo que ocurriría en la mente del genio no sólo parece sino que es una tarea titánica. Más aún considerando los pocos manuscritos dejados por el artista, los cuales fueron los cimientos más importantes para la realización de este trabajo.
Matthias Röder, director del Karajan Institut de Salzburgo y quien estuvo al frente del equipo responsable, definió su trabajo como un ejercicio de “reconstrucción mental y psicológica”, además de musical. “Hay que imaginarse el momento en que se encontraba Beethoven al plasmar esas ideas en un papel, al tomar sus apuntes. Hay que pensar que Beethoven tomaba anotaciones en el momento en que tenía nuevas ideas. A veces eran palabras escritas, otras veces, notas musicales”, explicó Röder en un comunicado.
De manera simplificada, la otra parte del trabajo consistió en aplicar técnicas de aprendizaje musical al ordenador, para generar en este modelos de creación musical similares al talento del genio.
La inteligencia artificial se alimentó de bocetos y observaciones anotadas por el músico, así como de partituras de sus contemporáneos., A partir de este material, el director del proyecto y su equipo hicieron suposiciones: “¿Cómo habría desarrollado ciertas cosas?”
Pero el trabajo rindió sus frutos. En noviembre de 2019, el equipo se reunió en la Casa Museo de Beethoven, donde nació y se crió el compositor. Esta reunión fue la prueba de fuego para determinar si la IA podría completar este proyecto. Se imprimieron partituras musicales que habían sido desarrolladas por la inteligencia artificial, construidos a partir de los bocetos de la décima de Beethoven.
Un pianista lo interpretó en una pequeña sala de conciertos del museo ante un grupo de periodistas, estudiosos de la música y expertos en Beethoven. El equipo de trabajo desafió a la audiencia a determinar dónde acababan las frases de Beethoven y dónde comenzaba la extrapolación de la IA. Sorpresa: no pudieron.
Unos días después, una de estas partituras generadas por IA fue interpretada por un cuarteto de cuerdas en una conferencia de prensa, y solo aquellos que conocían íntimamente los bocetos de Beethoven para la décima sinfonía podían determinar cuándo empezaban las partes generadas por IA. Con este antecedente, el equipo supo que iban por buen camino.
Finalmente, ante la consulta de qué porcentaje corresponde al trabajo de Beethoven y al de la IA, el director del proyecto respondió que la IA trabaja como un input los bocetos que Beethoven escribió y después lo continúa.
“Entonces en nuestra versión de la Décima Sinfonía vas a tener momentos que son completamente de Beethoven y otros que son completamente la IA en el estilo de Beethoven. Diría que el 5% es original de Beethoven y el resto es de la IA. Hay bocetos que solo tenían líneas melódicas y la IA creó también las armonías y las melodías que acompañan, en ese caso diría que es 3% de Beethoven y 97% de la IA” manifestó Röder.