InicioCulturaAmanda Leith: arte y arquitectura para construir nuestra cultura

Amanda Leith: arte y arquitectura para construir nuestra cultura

En una extensa pero amena charla, arrancamos con una premisa popular en lo que respecta al estudio del arte y la técnica de concebir, diseñar y construir edificaciones que funcionen como hábitat para el ser humano, ya sean viviendas, lugares de trabajo o de recreación: la arquitectura.  La idea de que porque a uno le guste dibujar o sea entendido en el arte, es más apto para seguir “fácilmente” la carrera citada. No es tanto así. Amanda lo tiene bien claro: Es fruto del trabajo y la dedicación.

“Después de todos estos años en la carrera te puedo decir que no va por ahí la cuestión. Te doy un ejemplo: cuento con dos compañeros y amigos íntimos, los mejores en el campo para mí, que entraron sin muchos conceptos, sin conocimientos del arte, desde cero prácticamente, y sin embargo hoy en día vuelan en el área. Ellos fueron desarrollando de a poco sus propios estilos, sus gustos y,  de hecho, ya ejecutaron proyectos. La parte artística es un extra (no menos importante) pero no es definitorio”

Pero, en su historia, el arte sí tuvo una influencia importante, hasta el punto de lo terapéutico. Uno de los regalos de infancia que marcaron su vida fue el maletín de pinceles para empezar a dibujar. En un principio solo en los cuadernos, pero poco a poco con el desarrollo de ese gusto fue necesitando más espacio. Y ahí llegaron los murales.

Mandalas como recurso terapéutico

Mandala es una estructura de diseños concéntricos que representan la composición fractal o repetitiva del universo y de la naturaleza. El nombre tiene origen sánscrito y significa ‘círculo’; representa la unidad, la armonía y la infinitud del universo mediante el equilibrio de los elementos visuales. En las culturas orientales, de donde se tienen los primeros registros de diseño y uso de los mandalas, estos tienen como objetivo el cese del pensamiento y de la mente, aspirando alcanzar un estado meditativo.

Estos diseños y dibujos fueron estudiados a fondo durante la mitad del siglo XX en el terreno de la psicología. Para una buena parte de estos estudios, estas representaciones eran una exteriorización del inconsciente colectivo, la expresión de la totalidad del ser, y por lo tanto, podrían utilizarse como recurso terapéutico para trabajar aquellos aspectos emocionales que se encontraban reprimidos o no reconocidos

Volviendo a nuestra entrevistada, el arte de los murales con estos diseños fueron el cable a tierra para tanto estrés de la vida académica. A su vez, encontró en él una oportunidad para desarrollar su talento. En sus trabajos personales, llegó a trabajar en muchos salones, patios de comida, oficinas, y otros sin fín de lugares, ya no tan solo con los mandalas, sino con distintos diseños ya sea a pedido de los empleadores o bien diseños propios. Para muestra un botón: su colaboración con los ñandutíes del Anfiteatro del Lago de la República.

Lo que para muchos es uno de los principales puntos de visita obligada de la ciudad formó parte de un trabajo en conjunto de muchas personas allá en el 2019. La fuerza de voluntad, las ganas de ayudar para mejorar un poquito nuestras zonas representativas. En una semana de tiempo se logró terminar aquella obra de arte, fruto de la idea de Carina Cabrera. Cuando se presentó el resultado, rememoró su colaboración con ella en sus redes: “Quién iba a decir que hace unos años nos conocimos con nuestros cuadernos de dibujos llenos de ideas; y hoy en día formamos parte de un cambio… Agradecida con todos los voluntarios del proyecto.”

Hoy considera que es uno de sus trabajos más importantes, y espera que pronto pueda volver a trabajar en ella, con los retoques y arreglos necesarios tras los meses pasados desde su concepción. Dentro de este marco, la artista plantea que una buena idea sería hermosear algunos puntos del microcentro de la ciudad, para aprovecharlos como posibles puntos turísticos siempre dentro del terreno artístico, aunque eso iría de la mano primero de arreglar y dejar a punto los lugares para posteriormente intervenir con las pinturas. Citó como un ejemplo a la antigua escalinata de Loma San Jerónimo de la capital, en donde llegan canadienses, británicos, coreanos, alemanes, franceses, etc. para visitar ese punto turístico.

Arquitruismo

Desde Arquitruismo se definen como una Organización de la Sociedad Civil que realiza actividades para el mejoramiento de calidad de vida de las entidades sociales y urbanas, mediante la composición, construcción y ambientación; y está conformado principalmente por Estudiantes de la Carrera de Arquitectura de la Universidad Privada del Este. 

Entre sus trabajos más destacados están los murales del Hospital Distrital de Hernandarias, el Hogar de niños Las Tías de Presidente Franco y el Centro de Salud de Juan Leon Mallorquín. Antes del inicio de la pandemia, presentaron el proyecto para colaborar con el Cuartel de Bomberos de Don Bosco. A su vez, llegaron a dar talleres de capacitaciones, como lo fue el taller llamado “Primeros Pasos para una Organización de la Sociedad Civil”, en el Observatorio Social del Alto Paraná.

“La idea surgió luego de reuniones con los colegas y amigos, en donde queríamos explotar todo el potencial que teníamos, ayudando desde nuestra área. Este año queremos crecer un poco más, estando al día con los documentos legales (de personería jurídica), además de tener algún proyecto propio, en donde podamos construir una estructura para la parte social (véase un comedor o una vivienda), sin depender tanto de otros entes. La inestabilidad política complica un poco el asunto de la colaboración en estos trabajos, pero al final siempre se rescata que la comunidad se apoya entre sí ante las indecisiones de la clase política”, destaca Leith, quien también resalta el trabajo de distintas organizaciones como Techo, Apostar por la vida, Asociación Manos Solidarias, entre otras.

Todo este trabajo de las nuevas generaciones le genera esperanza. Porque este cambio generacional que vivimos se ve reflejado en que el conformismo de un tiempo pasado se está quedando atrás; los jóvenes no es que se adaptan a lo que hay, sino que buscan mejorar, innovar, ellos buscan siempre un poco más. Desde su óptica, con el trabajo en conjunto entre todos, el respeto hacia las leyes, y en un todo haciendo bien las cosas podemos mejorar cada día un poco más a nuestra ciudad.

A.L. Drawing

Como uno de muchos emprendimientos que nacieron en la pandemia, nace A.L. Drawing, una idea que data desde el 2014 pero que nunca tuvo tiempo para aparecer por los compromisos académicos, pero que hoy en día es una realidad. Desde dibujos personalizados, marcapáginas, álbumes personalizados y, por supuesto, mandalas. Con una sonrisa imposible de ocultar, comenta orgullosa que por este emprendimiento logró conseguir dos escritorios soñados por ella, los insumos para sus trabajos y una impresora. Todo fruto de su arte. Pero el sueño no termina allí, ya que en un futuro piensa abrir su propio taller que irá de la mano con sus trabajos en arquitectura.

Su trabajo puede verse en la red social Instagram

Ante la consulta si tiene algún mensaje para algún joven artista que tiene dudas por su trabajo, responde junto a la clave para el progreso del arte en el Este del país. Todo está en la motivación. “Si encontrás un estilo, no te conformes con ello. Perseverá, seguí mejorando tu técnica. Siempre se puede ir un poco más para adelante. Tampoco desistan de sus hobbies y de las actividades que gustan hacer. Hoy con las redes sociales se pueden lograr muchísimas cosas, es un espacio que hay que aprovechar. Muestren su trabajo, que siempre habrá público para todo, ya sea en la música o en las artes visuales. A los docentes, motiven a sus alumnos, no dejen que se conformen, no sean conformistas. Sean un puente para la creatividad. Ayuden a forjar la cultura que falta. Nosotros lo podemos hacer. Vale la pena.”

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