InicioCulturaReseña: documental ‘Historia del Ska-punk en Paraguay’

Reseña: documental ‘Historia del Ska-punk en Paraguay’

Por Alfredo Duarte.

“Nunca hubo un fenómeno más grande en el rock nacional que el ska-punk”, comentaba un amigo en un posteo que hice en mi página personal, recordando uno de los festivales Primavenus en el año 2005. Su afirmación me impactó y me dejó pensando, no porque no esté de acuerdo, sino porque nunca lo había visto de esa forma. La foto que había subido era una toma del público de ese show: miles de chicos, la gran mayoría menores de 20 años, apretujados en la Plaza de la Democracia (Centro de Asunción), un 21 de setiembre A LA MAÑANA.

Yo mismo estuve ahí. No pensé que iba a empezar tan temprano, así que cuando llegué ya estaba por terminar. Quise meterme ahí adentro, entre la gente para poguear, pero era literalmente imposible: en ese momento ya no había un centímetro de espacio para pasar. Tiempo después, conversé con uno de los productores del concierto y me contó que estaban desesperados, porque no esperaban semejante cantidad de gente y temían que, con el pogo, el piso se viniera abajo y ocurriera una tragedia (debajo de la plaza hay un estacionamiento subterráneo). Hasta yo que no tenía nada que ver con la organización estaba asustado; la manera en la que temblaba el piso cuando los chicos/as bailaban era espantosa, y la sentía aún estando al otro lado de la calle, detrás del escenario.

Parte 1

Esta locura se repitió varias veces ese año y también el siguiente (2006). Era un auténtico fenómeno juvenil, que en esos tiempos llegó a puntos insólitos: bandas locales que algunas apenas tenían grabados demos con mediana calidad, sin apoyo de marcas ni disqueras, que tocaban en un festival y ofuscaban totalmente a grupos internacionales con trayectoria y varios discos grabados. Lo que nosotros queríamos era rompernos la madre con la parte pesada de “RBS” (‘Weeee… aaaaarreee… the ripe banana’) o escuchar el ‘Koreko.. waaaa!’ con el que Ale Lee interactuaba con el público. Si al final de la noche tocaba alguna estrella no importaba, o estábamos muy cansados después de tanto pogo, o incluso ya nos habíamos ido a casa para no perder el bus.

Muchos de estos históricos momentos y todo lo que vino antes y después es capturado en el documental, narrado en primera persona por Amadito, quién probablemente sea la mejor persona posible para hacerlo. Su banda (Square Pants) fue siempre una de las más activas dentro de la movida ska-punk, no solo tocando y grabando material, sino también organizando infinidad de conciertos.

La cantidad de registros audiovisuales rescatados es impresionante, cubriendo prácticamente todas las etapas y locales por los que pasó la escena: las plazas, Torre x Torre, el Casino de Asunción, el Ferrocarril, Richards Pub, Kop Town y las infames Seccionales. Otro recuerdo que se me quedó muy vivo fue uno del año 2006 en el club Independiente de Campo Grande: fuimos invitados con Vecindad Autopsia (grupo en el que canto) a un festival benéfico.

Parte 2

Había literalmente miles de personas, pero todos los demás aspectos del concierto eran super underground: no había vallado ni ningún tipo de separación entre el gigantesco público y las bandas, el sonido era pequeño y precario. Fue muy caótico, pero también muy divertido, y lo más increíble era pensar que lo que nosotros conseguíamos reuniendo a unas cuantas bandas amigas, recaudando donaciones y haciendo tocorre por celular, a una marca le costaría meses de planificación e inversión en publicidad, cachets, etc.

Volviendo al documental en sí, la narración de Amado es descontraída y divertida, y además de los testimonios de él mismo, hay conversaciones con Nestor Sanchez (Moon Ska Monkeys), Rodrigo Cristaldo (Ripe Banana Skins), Paulo Lezcano (baterista de Square Pants) y Will Scheiffele (Moon Ska Monkeys), quienes aportan algunas anécdotas y también analizan un poco el futuro del estilo en Paraguay.

Siendo que varias de las bandas más representativas (como Ese Ka’a, RBS y Square Pants) siguen activas y lanzando materiales constantemente, el ska-punk como estilo sigue estando presente en la escena actual, y seguro que lo seguirá estando. Más allá de que es inevitable el sentimiento de nostalgia al mirar el doc, lo importante es y sigue siendo el futuro, ese sobre el que cantaban y siguen cantando (seguimos, me incluyo) muchas de aquellas bandas en sus letras de crítica social. Al futuro, allá vamos.

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