Berta Rojas anuncia el estreno de “Pytû Mimbi” (Brillo en la oscuridad), composición musical realizada a partir de 10 piezas elaboradas por jóvenes músicos que participaron del encuentro musical online Jeporeka. Será el sábado 26 de septiembre a las 19.30 h vía Facebook, canal de Youtube de @Jeporeka y redes sociales de la Americas Society, una asociación cultural que apoyará la exhibición de la obra hasta su estreno presencial en Nueva York, EEUU.
Bajo el slogan “Jarekómavagui ikatúva jarekópe” (Del presente al futuro), Jeporeka se desarrolló de manera virtual durante varias semanas con 11 músicos seleccionados de 65 postulantes: Javier Acosta (30), Fátima Abramo (35), Asunción Cantero (33), Juan Pablo González (32), José Cabrera (28), Gonzalo Cattivelli (26), Alex Cubilla (23), Esteban Godoy (31), Liz Martínez (29), Eduardo Martínez (29) y Franco Pinazzo (23).
Los jóvenes artistas participaron de encuentros individuales y grupales de composición junto a los maestros argentinos Popi Spatocco y Carlos Aguirre, bajo la dirección artística del compatriota “Pinchi” Cardozo Ocampo. El desafío: componer a distancia reflexiones musicales que reflejen los sentimientos de este tiempo de pandemia, sus desafíos y esperanzas.
“Pytû Mimbi”, 10 piezas únicas de cada músico
I Admonición de Fátima Abramo y Asunción Cantero, sintetiza el miedo y la incertidumbre por amor. “El impacto o precedente que me gustaría dejar es la fortaleza que debemos sacar de cualquier situación que se nos presente en la vida; desde la extrema alegría hasta la más profunda tristeza, para alcanzar nuestros sueños”, indica Fátima.
II Claroscuro de Esteban Godoy, es una reflexión sobre la indecisión que provoca la duda, un estado donde debemos meditar antes de tomar una decisión. “Siento mucha alegría, porque cuando hay recursos y personas preparadas que te guíen, el resultado es fantástico. Jeporeka nos permitió trabajar con personas de primer nivel”.
III Kambuchi pyahu de Eduardo Martínez representa el alma que se hace barro para tomar una nueva forma, la transformación de la esencia. “Los artistas siempre fuimos los encargados de retratar las realidades históricas, y en este caso en particular nos tocó la hermosa tarea de ser portavoces de un sentimiento en común y encargados de llevarlo a una estética en la que la búsqueda de la belleza juega un papel muy importante a la hora de generar sensaciones y sentimientos genuinos en los oyentes”, reflexiona Eduardo.
IV Sintonía, de Liz Martínez, es una pieza que expresa la necesidad de llegar al otro en los momentos difíciles, un intento de transmitir lo importante de la empatía para la humanidad. Liz espera que la obra aumente las oportunidades para los músicos y compositores: “En un mundo desigual, espero ayudar a crear conciencia sobre la necesidad de diversificar los espacios académicos, artísticos, culturales, incluyendo las prácticas musicales que se encuentran fuera de lo canónico. Quisiera dar mi granito de arena para generar espacios culturales más plurales, diversos e inclusivos”.
V Valentía de Alex Cubilla, refleja el despecho necesario para triunfar, la emoción que nos empuja hacia el objetivo que debemos alcanzar. “La música llega a ser un viaje en el tiempo, años que quedaron como huellas por aquella melodía o canción que sigue estando presente, y aunque haya pasado el tiempo y sigue sonando igual, podemos utilizarla cuando queramos, y al menos por un instante volveremos a recuperar esa sensación que queremos revivir nuevamente. Es el impacto que uno quiere generar con su música”, señala Alex, quien espera que Jeporeka deje una huella indeleble para las futuras generaciones.
VI Kunu’û renda de José Cabrera, sintetiza las vivencias y la ilusión que implica verse de nuevo en el terruño, esa tierra lejana a la que se busca volver. Aunque su obra parte de la nostalgia, José confía en el poder revitalizante que la música puede darle a la vida: “Saber que más allá de todo, podemos seguir con la esperanza de que es posible hacer bien las cosas. Que lo único necesario para hacer patria es un poco de cariño y esfuerzo. Eso es algo que espero nadie me quite, que vi en todos los involucrados en el proyecto, y espero quede plasmado en el resultado que estaremos presentando muy pronto para toda la gente”.
VII Retorno de Javier Acosta, nos habla de una vuelta a nuestra esencia, a lo que nos hace verdaderamente humanos; a conectarnos con lo fundamental. Para Javier, ser parte del proyecto: “Significa ser portador de un mensaje de esperanza y sobre todo una visión de futuro, que en tiempos como este pareciera ser que es muy difícil ver una luz al final del túnel. El arte siempre fue y será una manifestación del tiempo que a uno le toca vivir. Pytū mimbi es una muestra de este tiempo para la posteridad”.
VIII Amparo de Gonzalo Cattivelli, refleja con esta pieza la tristeza convertida en refugio para los cercanos, el abrigo de la solidaridad. “Deseo que lo que salga de mi interior a través de la música, lleve un mensaje a aquella persona que la necesita, y encuentre paz en tanta tormenta”.
IX Girar de Franco Pinazzo busca sintetizar las enseñanzas que quedarse quieto puede darnos, ya que podemos mirar alrededor, apreciar el tiempo y el aprendizaje. “Jeporeka otorga la posibilidad de contar distintas versiones de una misma historia. Contar desde mi visión todo este parón mundial complementa la visión de todos los compañeros. Las personas van a entender que absolutamente todas las situaciones son necesarias para buscar un equilibrio en nuestras vidas”.
X Andar de Juan Pablo González, busca con su obra, la unión de diferentes culturas musicales y su caminar juntos en armonía. “Me gustaría que se pudiera notar que, en nuestro país, existe una generación de jóvenes compositores que pueden proponer obras de calidad e interés cultural al nivel más alto”. Tras los encuentros de composición, los artistas pasaron de la teoría a la práctica para hacer realidad todo lo desarrollado: grabaron sus obras bajo la producción musical de Sergio Cuquejo y la colaboración de más de 25 músicos destacados. La realización audiovisual estuvo a cargo de Jeisson Rodríguez, de Aura Audiovisual como director de cámara y fotografía, y en edición y postproducción Noelia Armele.
“Donde la incertidumbre es compañera cotidiana, encontraron el espacio para crear”
“La cultura es la herramienta por la cual las sociedades imaginan su futuro y cómo llegar a el. Jeporeka es la fiel muestra de esto, un proyecto con el cual 11 jóvenes compositores paraguayos en un momento de la historia humana, donde la incertidumbre es compañera cotidiana, encontraron el espacio para crear, rescatar y transformar realidades”, afirmó Alex Niz directora de Fundación Itaú.
Para Francisco Palau, gerente de marketing del Grupo Toyotoshi señaló que para Toyota “formar parte de este proyecto sin lugar a dudas fue importante, ya que compartimos y reforzamos valores como el amor por nuestra cultura y nuestra gente, y por consiguiente a nuestro país. Tener este tipo de plataformas para demostrar esto es siempre necesario y valorado”. Por su parte, la maestra Berta Rojas, habla de las expectativas que la obra despierta: “Estoy muy emocionada de ver nacer estas obras. Muchas de ellas seguramente van a permanecer en el repertorio de Paraguay, algunas se van a tocar incluso en las radios de Paraguay, estoy segura”, expresa.