La gripe es un visitante no deseado que puede llamar a nuestra puerta en cualquier momento, y a menudo llega cuando menos lo esperamos. Pero existe un escudo poderoso que puede protegernos de esta amenaza invisible: la vacuna antigripal. En un mundo que sigue lidiando con la COVID-19, a veces olvidamos que hay otros virus, como la gripe, que también representan un riesgo para nuestra salud.
Las vacunas antigripales han demostrado ser un medio efectivo y seguro para prevenir la gripe y sus complicaciones potencialmente graves. La inmunización reduce la carga de la enfermedad en el sistema de salud y protege a las comunidades al frenar la propagación del virus. Sin embargo, a pesar de los beneficios claros de la vacuna antigripal, hay quienes todavÃa dudan o descartan su importancia.
Es fundamental entender que las vacunas antigripales no son solo para protegernos a nosotros mismos, sino también para proteger a quienes nos rodean. Al vacunarnos, disminuimos la posibilidad de propagar el virus a otros, especialmente a aquellos que pueden ser más susceptibles a las complicaciones de la gripe.
La vacuna antigripal se actualiza cada año para luchar contra las cepas del virus de la gripe que se esperan sean más comunes durante la próxima temporada. Por lo tanto, es esencial recibir la vacuna antigripal anualmente para estar protegido contra las últimas cepas del virus.
En el marco de la “Campaña Invierno 2023”, el Programa Ampliado de Inmunizaciones (PAI) del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social ha anunciado que tienen como objetivo proporcionar a la población acceso a vacunas contra diversas enfermedades que suelen circular durante los meses de bajas temperaturas.
Una de las vacunas destacadas en esta campaña es la vacuna cuadrivalente contra la influenza, que estará disponible para todas las personas a partir de los seis meses de edad en adelante.
La vacunación es gratuita y está dirigida principalmente a los grupos de riesgo, que incluyen a niños de 6 a 35 meses, trabajadores de la salud, mujeres embarazadas, puérperas, convivientes de recién nacidos prematuros, personas de 3 a 59 años con factores de riesgo, y personas de 60 años en adelante.
Estudios recientes han demostrado que la vacunación reduce el riesgo de infección en un 40% a 60% en la población en general, siempre y cuando los virus en circulación coincidan con los virus utilizados en las vacunas contra la influenza.
Además, se ha comprobado que la vacunación disminuye la gravedad de la enfermedad en aquellos que se vacunan, aunque existe la posibilidad de que puedan enfermarse. En el caso de los niños, la vacunación evita en un 74% a 84% el ingreso a Unidades de Cuidados Intensivos.
Es crucial que continuemos promoviendo la importancia de la vacunación antigripal para garantizar la salud y el bienestar de todos. La inmunización no solo es un acto de autocuidado, sino también un acto de solidaridad.
