Sin importar las distancias, paraguayos de todas partes del país acuden en esta fecha hasta la ciudad de Caacupé para “pagar sus promesas”.
Un creyente cuenta que su familia sigue esta tradición desde hace décadas. “Según lo que me cuenta mi tía, hace más de 70 años que estamos siguiendo esta tradición. Yo desde que tengo prácticamente un año que estoy viniendo. Ahora tengo 29. No paré. Solamente el año pasado, por el tema de la pandemia, no pudimos venir”, supo afirmar.
Durante el año pasado se vivió algo icónico en esta festividad, pues no hubo peregrinos debido a las restricciones de la pandemia del coronavirus. Más allá de eso, la historia cuenta que solo en cuatro ocasiones se suspendieron las visitas al templo sagrado. Los motivos fueron la peste bubónica y la revolución de 1911.
El historiador Fabián Chamorro narró en sus redes sociales parte de la historia tras la veneración popular. “Aunque Caacupé obtuvo carácter nacional después de la Guerra del Chaco, la Virgen ya era venerada en la zona desde el siglo XIX”, comenzó contando mientras añadía un recorte de un periódico de 1906.
“Hay muchas mentiras en torno a nuestra historia. La gente piensa que lo del indio José es una historia verdadera. Es una leyenda”, aclaró el historiador en referencia a la clásica narración del orígen de la imagen de la virgen.
Dicha historia cuenta que hacia el año 1.600 un indígena cristiano de nombre José, tras deambular por las selvas del Valle Ytú en busca de alimentos y madera, se topó con otros nativos hostiles que lo comenzaron a perseguir.
Tras esconderse por un árbol, prometió que si se salvaba, tallaría con la madera de aquel “árbol protector”, una imagen de la virgen.
En la segunda parte de la leyenda, que sucede años después, la gran inundación que creó el lago de Ypacaraý amenazaba con destruir los poblados cercanos. Los frailes franciscanos, acompañados de los habitantes de la región, organizaron rogativas pidiendo la tranquilidad de las aguas.
El padre Luis de Bolaños bendijo las aguas y, como cada año, éstas retrocedieron hasta sus límites actuales. Pero en esta ocasión apareció flotando la imagen de la Virgen, que los misioneros dijeron que era la de la misión de Tobatí, la misma que el indio desconocido tallara años atrás. Desde entonces el pueblo la llamó la Virgen de los Milagros.
Chamorro explicó que la festividad de la Virgen de Caacupé quedó impregnada en el pueblo especialmente durante la Guerra del Chaco, cuando las familias pedían por los soldados para que volvieran con vida. Debido a su popularidad, esta imagen de la Virgen María está consagrada como la Patrona y Señora Protectora de la República del Paraguay.
La Basílica, lugar de peregrinación
El Santuario de la Virgen de Caacupé es una basílica católica en Paraguay que fue inaugurada el 8 de diciembre de 1765 y se convirtió en un lugar de peregrinación para los creyentes locales. Fue ascendida al rango de Basílica menor el 11 de julio de 2015 durante la visita del Papa Francisco al Paraguay.
En la Guerra contra la Triple Alianza fue lugar de recogimiento y de hospital; durante la guerra con Bolivia (1932-35) fue considerado como el Altar de la Patria.
Anteriormente descansaba un templo histórico que fue demolido para dar paso a la actual basílica de Caacupé. La piedra inicial fue colocada el 15 de abril de 1945. Desde allí comenzó la construcción del templo actual que guarda la imagen de la Virgen de los Milagros de Caacupé desde 1980.