En el amanecer de una nueva era democrática, Ciudad del Este celebra un aniversario más desde aquellos días revolucionarios de 1989, cuando se adoptó su nombre actual, elegido por sus ciudadanos en un acto de reafirmación de su identidad y esperanza en el futuro. Esta fecha nos invita a reflexionar sobre el legado y la transformación de una ciudad que, desde sus inicios en 1957, ha sido testigo y protagonista de cambios significativos en el Paraguay y en la región. Con la ayuda del entendido en historia paraguaya, Sergio “Puche” Sánchez, revisitamos la historia de este viaje al Este del país.
Fundada originalmente como “Puerto Flor de Lis” y más tarde conocida como “Puerto Presidente Stroessner”, la ciudad ha sido escenario de importantes capítulos de la historia paraguaya.
Su evolución de un territorio cubierto por inhóspitas selvas a una metrópoli vibrante es un testimonio de la resiliencia y el empeño de sus habitantes.
La construcción de infraestructuras clave como el Puente Internacional de la Amistad, y las hidroeléctricas de Acaray e Itaipu, ha sido fundamental para su desarrollo económico y urbano, marcando el inicio de una era de prosperidad sin precedentes.
Durante la década de 1990, Ciudad del Este alcanzó su mayor apogeo, movilizando cifras económicas que duplicaban el PIB paraguayo de la época. Este boom económico extendió sus beneficios a toda la zona metropolitana, consolidando a la ciudad como un centro neurálgico de comercio y desarrollo en la región.
En la década de los 90, Ciudad del Este ya era un importante centro comercial, ubicándose entre las ciudades con mayor actividad económica en el mundo.
La “Marcha hacia el Este”, impulsada tras la caída de Juan Domingo Perón en Argentina, fue un proyecto visionario del gobierno paraguayo para conectar al país con el Atlántico a través de Brasil.
Este empeño resultó en la construcción de una carretera de casi 200 kilómetros en condiciones adversas, un esfuerzo monumental que culminaría con la fundación de Ciudad del Este.
La ciudad no solo simboliza la ambición de un país por asegurar su lugar en el comercio internacional sino también su capacidad para superar obstáculos naturales y geopolíticos.
“Así, el 3 de febrero de 1957, fue fundada la ciudad portuaria “Puerto Flor de Lis” por su ideólogo y ejecutor, Edgar Ynsfrán Doldán (el primer intendente de CDE), quien también fue uno de los más importantes jefes político-militares que ejecutó el golpe contra Stroessner. La ciudad, que llegaría a ser la segunda más importante de Paraguay, luego llevaría el nombre de “Puerto Presidente Stroessner” en homenaje al dictador Alfredo Stroessner, hasta el golpe del 3 de febrero de 1989. Hoy en día, ostenta el nombre de “Ciudad del Este” como un recordatorio de la fundación de la primera ciudad al este del país”, cuenta Puche.
CURIOSIDADES
La historia del Puente de la Amistad guarda curiosidades interesantes. Se puede contar que su construcción estuvo marcada por tragedias y tensiones militares, además de que en su momento fue el puente de arco más largo del mundo y fue inaugurado en dos ocasiones por los mandatarios de ambos países.
El Lago de la República, creado para satisfacer la necesidad de agua potable y financiado colectivamente por municipios de todo el país, son ejemplos de cómo la ingeniería y la solidaridad han jugado roles cruciales en el desarrollo de Ciudad del Este.
El ex aeropuerto Alejo García, que alberga hoy la biblioteca municipal, y la Catedral de San Blas, cuya construcción fue promovida por el entonces ministro del interior Edgar Ynsfrán, son hitos que reflejan la evolución de la ciudad desde sus inicios hasta convertirse en la segunda ciudad más importante de Paraguay.
La primera misa en realizarse en la ciudad fue en homenaje al patrono san Blas, la misa se realizó frente a la torre de control del hoy ex aeropuerto y actual biblioteca municipal.
Ciudad del Este, con su rica historia y su dinamismo actual, sigue siendo un símbolo de progreso y de la constante búsqueda de un futuro mejor.
En este aniversario, recordamos no solo el cambio de nombre que marcó un nuevo comienzo sino también la resiliencia, el esfuerzo y la visión de futuro que han definido a esta ciudad desde su fundación.
Celebramos a Ciudad del Este no solo por lo que ha sido sino por lo que continúa siendo: un testimonio vivo del espíritu emprendedor y la tenacidad de su gente.
