Hace 107 años, allá por el 1915 en Asunción nacía Arsenio Pastor Erico Martínez. Además de “El Saltarín Rojo” se lo llamaba El Paraguayo de Oro, el Hombre de Mimbre, el Duende Rojo, el Diablo Saltarín, el Trampolín de América, Mistergol, El Artista del Fútbol… entre otros innumerables apodos. Todo se lo ganó debido a su talento y virtuosismo para jugar al fútbol.
No por nada es considerado por la FIFA como el mejor jugador paraguayo de todos los tiempos, y uno de los mejores futbolistas sudamericanos del siglo XX.
Por su cumpleaños, lo recordamos con cinco grandes historias en torno a su figura, inspiración para muchos futbolistas a lo largo de la historia y ni qué decir para los deportistas nacionales. El mejor del mundo fue paraguayo, como dijo alguna vez el emblema del Real Madrid, Alfredo Di Stéfano.
Jugó lesionado gran parte de su carrera
Durante sus años de fútbol aprovechó de su físico privilegiado además de su agilidad y elasticidad. Estas características le permitieron hacer todo tipo de acrobacias dentro del campo de juego, según señalan los artículos de la época.
Sin embargo, sufrió duramente por una lesión de meniscos. El periodista Jorge Barraza relata en uno de sus libros que Erico jugó “casi el 70% de su carrera disminuido” por dicha lesión, y añadió que en esa época ese mal podía arruinar la carrera de un futbolista.
Por suerte, no fue suficiente para detener a Erico.
Inventó al escorpión
La popular acrobacia del escorpión, popularizada a nivel mundial gracias al arquero René Higuita, no es algo nuevo. Décadas atrás, el 12 de agosto de 1934 para ser más específicos, Arsenio Erico ya realizó semejante acrobacia. En su caso fue para convertir un golazo contra Boca Juniors. En aquella época se conoció como “el balancín”.
Oscar Dinova, escritor argentino, describió la jugada: “En el minuto 68, Antonio Sastre desborda por la derecha, llega hasta el corner y lanza un violento centro a media altura hacia el área de Boca. Un esmirriado delantero llegado ese año de Paraguay se lanza en palomita para conectar el balón pero se pasa de largo, entonces levanta sus tacos al aire e impactando de lleno la pelota, la deposita en el fondo del arco xeneize ante una atribulada tribuna visitante que no puede creer ese malabarismo circense que les ha empatado el partido”.
Posteriormente en Madrid, el argentino Alfredo Di Stéfano cumplía uno de sus sueños más preciados, convertir un gol haciendo el escorpión. Cuando le preguntaron cómo había inventado la destreza, la leyenda del Real Madrid aclaró que la suya era una copia, que el original había sido guaraní.
Era la pesadilla de los arqueros
Erico fue y es recordado como uno de los mejores futbolistas que han pasado por el fútbol argentino y latinoamericano. En 2004 fue nombrado como el octavo mejor jugador sudamericano del siglo XX y el 49° a nivel mundial.
En 1937 realizó la friolera cifra de 47 goles, repitió en 1938 como goleador del torneo con 43, y en 1939 marcó 40 tantos. No había quien pudiera con Erico. Su exitosa trayectoria se cerró con 331 goles, de los cuales 295 fueron en Independiente.
A la fecha, es el futbolista que más goles hizo en la historia del fútbol argentino con 295 gritos en 325 partidos. Sus números son una locura:
• Máximo goleador de la historia del fútbol argentino: 295 tantos en 325 partidos.
• Máximo goleador en un torneo de Primera División profesional: 48 goles en 1937.
• Mayor promedio de goles convertidos por el goleador de un campeonato de Primera División profesional: 1,43 en 1938 cuando hizo 43 en 30 juegos.
• Jugador que más veces superó los 40 goles en un torneo: 48 en 1937, 43 en 1938 y 41 en 1939.
• Más goles convertidos por un jugador como visitante en un Primera División profesional: Marcó 6 goles en la goleada de Independiente por 7 a 1 ante Quilmes en 1937.
(Fuente: balonlatino.net)
Los 43 goles
Siguiendo con la línea del puesto anterior, durante la temporada de 1938 se dio un hecho muy curioso. En la época, existía una marca de cigarrillos llamada «43», y por aquel año ofrecía un importante premio económico al jugador que convirtiera dicha cantidad de goles (43) en la campaña.
Pero el detalle es que debían ser 43 goles, ni uno más, de lo contrario no habría premio. ¿Qué hizo Erico? Llegó al gol 43 en el primer tiempo de la última jornada de ese torneo ante Lanús, anotó 2 tantos, y con eso alcanzó la cifra mencionada.
En la segunda mitad Erico continuó haciendo de las suyas, siendo imparable para la defensa rival, pero no pateaba al arco, sino que asistía a sus compañeros para que convirtieran, ya que, recordemos, “no podía anotar mas de 43 goles”.
Ese día Independiente finaliza ganando 8 a 2, y no solo quedaría esta anécdota del gran goleador, sino que además en esa jornada Independiente se consagra por primera vez como campeón de la Liga Argentina en la era profesional. En ese torneo, el equipo de Erico marcó un récord brillante, conquistando 115 goles en 32 partidos, es decir, un promedio de 4,90 por partido.
Rechazó nacionalizarse argentino
Siendo el máximo goleador en la historia del fútbol argentino, y uno de los máximos ídolos de la historia de un club tan importante para la Argentina como lo es Independiente, las ideas de nacionalizarlo argentino aparecieron rápidamente por la época. Sería la carta segura de gol para el seleccionado argentino en los mundiales.
Fue tentado con la nacionalización para disputar el Mundial de Italia 1934, pero el mismo Erico no quiso saber nada con dejar de representar a Paraguay.
Tras la negativa, fue tajante: “antes que nada, soy paraguayo”, dijo demostrando de esa manera su gran patriotismo.
Posteriormente, la albiceleste le ofreció 200,000 pesos para que jugara la Copa del Mundo de Francia 1938. Aunque con ese dinero en aquella época podría haber comprado aproximadamente 40 automóviles último modelo, la respuesta de Erico, nuevamente, fue un no.