Y un día volvieron los conciertos, las tocadas, los eventos… Un día volvió a sonar la música en vivo. Si bien a lo largo del año pudimos presenciar directos “en vivo” en las redes sociales de nuestros artistas, como intento de adaptarse a los duros momentos de encierro por la crisis mundial que todos conocemos, esa sensación de ir a disfrutar de un momento de distensión con la pareja o con los amigos mientras escuchamos a los artistas en vivo no se puede comparar con nada.
Claro que para que esta realidad sea posible, se debe cumplir con los protocolos sanitarios, ya no tan solo por nuestra seguridad, sino para que los negocios que se vieron en la cuerda floja estos últimos meses puedan seguir trabajando en esta nueva normalidad. Lo cual se cumplió en la noche del sábado: Lavado obligatorio de manos + control de temperatura + uso obligatorio de barbijos para ingresar al bar que nos reunió en esta noche: Main Bar Rooftop, ubicado sobre la supercarretera a la altura de la Calle 5, en el barrio San José.
Con una buena afluencia de personas presentes para el show, el equipo de luces y audio puestos a punto, y todo listo para empezar, llegaron los artistas de la noche: el grupo esteño Hush, que con un lustro de antigüedad por detrás ya son conocidos por el excelente trabajo que realizando homenajeando a los brasileños Mamonas Assassinas. ¿Cómo se entiende esto? Simple: Es ser testigos de ver a Pedro Picapiedra, el Zorro, un presidiario con indumentaria a rayas y la remera del Chapulín Colorado junto a Batman y Robín. Instrumentos en mano. Parafraseando la introducción del grupo: “Con ustedes ahora: Los Mamonaaaas…” y empieza a sonar La Vem o Alemâo para disfrute del público.
Luego del aplauso inicial, pasaron a tocar Bois Don’t Cry y 1406, canciones conocidas por mezclar el rock con las clásicas humoradas en las letras. Algunos deslices por parte de los pedestales generaron unos momentos jocosos entre la banda y el público, que a la vez fueron a la par de la sintonía del concierto.
No podían faltar los clásicos Robocop Gay, Jumento Celestino, Uma Arlinda Mulher, Pelados em Santos y Mundo Animal. Naturalmente, el público presente pasó un buen rato ante la escucha de estas interpretaciones. A pesar de contar con poco espacio para la libertad de movimiento de los artistas, lo aprovecharon bastante bien escénicamente, yendo de un lado para otro en cada canción, posando en vivo para los estados en redes sociales de la audiencia, y brindando al fín un espectáculo digno del grupo originado en Guarulhos, Brasil.
Tras un momento de verdadera maestría musical en Débil Metal, se vino algo especial en el show. Mathias Hijazi, un ex integrante y amigo del grupo Hush se unió por una canción para volver a tocar con ellos después de mucho tiempo la batería, según informaron al público. ¿La canción? Suck my Kiss, de los Red Hot Chili Peppers. Y es en este punto del concierto en donde una inesperada eventualidad, por azar del destino, ocurre.
Todo iba bien, sonando como uno esperaría, pero a la mitad del tema un elemento de la batería, más exactamente el pedal del bombo se llega a romper y queda inservible. “Demasiado rock ‘n roll” dirían algunos, o quizás solo fue la mala suerte de este maldito año. El concierto se detiene inesperadamente. Se escuchan aplausos y se ven miradas ansiosas.
¿Cómo continuar sin un elemento fundamental? Pues bien, se dice que en momentos de crisis es en donde se revela el ingenio humano. Y más o menos haciendo honor a esto último, la banda ahora con dos bateristas tocando a la vez el mismo instrumento (uno los tambores principales y otro ocupándose del bombo) llevan al cierre particular del concierto. Con esta escena surrealista pero a la vez hilarante, ingeniosa, y lo que realmente importa, funcional suena el himno de la noche: Vira vira.
Estalla el público. Y a pesar de la dificultad narrada, suenan bien. Lo suficiente para que la audiencia pida “oootra, oootra, oootra…”. Y a fuerza de corazón y de dos bateros llega Chopis Centis para el último tema. Aplausos, agradecimientos por el espacio, por la actitud del público y por el aguante del segundo batería. En una especie de bis a capella entre el público y los artistas se cierra la noche artística con Sabâo Cra-Cra. Terminaba así este particular evento.
Volver a trabajar luego de meses de cuarentena
La crisis sanitaria nos afectó a todos. Miles de personas perdieron sus puestos de trabajo, dejaron de percibir ingresos entre otras circunstancias igual de fatales. A los artistas locales, especialmente a los que están empezando, les ha tocado reinventarse debido a la situación de confinamiento. Aprovechando las plataformas digitales, con transmisiones en vivo en mayor medida, buscaron seguir a flote. Los restaurantes, bares y promotores a la vez se han visto fuertemente golpeados por la situación actual.
No sólo al no poder tener un sostenimiento económico, sino al ver que en un futuro la situación no iba a ser igual y no iban a tener el mismo impacto que tenían antes del confinamiento, además de que muchos de estos lugares por el estado de hibernación, corrían el riesgo de cerrar. Todo era un caos. Pero parece que hay luz al final del túnel.
Luego de meses de encierro, se puede notar en los ojos de los artistas la emoción de poder volver a realizar lo que uno ama, generando ingresos de por medio. En entrevista con el medio, la banda Hush expresó su reconforte de volver a las andadas.
“Fue un poco duro. Estuvimos inactivos mucho tiempo, tuvimos dificultades y además pasamos por momentos personales muy malos. Volver a tocar después de 8 meses se siente como volver a respirar. Se siente bien. Actualmente vemos que el área vuelve a reactivarse de a poquito. Claro, no hay mucho efectivo como antes, pero creo que mejoraría si se siguen cumpliendo las medidas sanitarias y los locales continúan trabajando. Hay que activar la economía. Hay muchísimos músicos que viven de la música y esta pandemia vino fatal. Esperemos que vaya mejorando.” mencionó Kevin Lugo, cantante de la agrupación, aún con su atuendo de Picapiedra.
Por su parte, el guitarrista Fabrizio Pereira, acotó lo siguiente: “Esto se siente como quitarse un grandísimo peso de encima. Uno entiende las medidas tomadas en un inicio respecto al encierro por el cuidado de la salud, pero luego ver cómo algunos políticos y gente con poder no respetaba eso como que bajonea y daba rabia. Ahora los músicos podemos tocar al fín. Nos sacaron el pan de cada día, la actividad nocturna es clave para el sustento de los músicos. Para aquellos que quedaron muy afectados por la pandemia fue muy grave todo. Alla por julio apoyamos las manifestaciones para poder conseguir el subsidio para los músicos, para los que viven de la música. Esperemos que este virus maldito desaparezca y podamos volver a despegar. Poder volver a estar en órbita.”
Marcelo Ríos, guitarra líder del grupo, fue más conciso: “Este año fue catastrófico para el mundo del arte. Esperemos que para el próximo año nos recuperemos entre todos por el bien del arte.”
Luego de casi 25 años, Mamonas sigue sonando
A mediados de la década de 1990, una agrupación musical brasileña cambió las reglas del juego en lo que se refiere a performance y al modo de hacer rock con un toque de comedia. Mamonas Assassinas “dejó su huella en la cultura” según supo expresar en palabras el músico Fabrizio Pereira en la nota. En eso se resumiría el impacto del grupo desaparecido trágicamente en 1996. Aún así, y por clamor popular, los tributos a la agrupación brasileña siguen aumentando el mito. “Es una locura. Estuvieron con nosotros solo un año, sacaron solo un disco de estudio y llegaron a realizar cosas que ningún otro artista podría generar. Pasó tanto tiempo de su final y aún a día de hoy se sigue pidiendo este tipo de tributos. Eso es algo único.” finalizó Lugo respecto a la banda homenajeada en la noche.
HUSH es un grupo musical de Ciudad del Este, formado por Kevin Lugo, Fabrizio Pereira, Marcelo Ríos, Alejandro Machuca y Lucas Martinez.
