La educación de cada estudiante se integra de varias acciones, ceremonias y hasta tradiciones de nuestra cultura. Representan la obtención de logros y objetivos que apuntan a un futuro que formará a los nuevos ciudadanos de nuestra sociedad, por lo cual una conclusión de este proceso en confinamiento representa todo un marco en la historia de la Promo 020, grupo de jóvenes que terminan la secundaria en este año de pandemia.
Con relación a la vuelta a las clases, la directora del Colegio Área 3, Elizabeth Torres, dijo que no vale la pena. “No vale la pena arriesgar la vida de los estudiantes, principalmente en los colegios públicos, donde hablamos de hasta 70 chicos por clases, a todo esto agregale que el Ministerio recomendó realizar principalmente actividades recreativas en este periodo”, expresó.
Por su parte Ana Ramos, licenciada en pedagogía, especializada en Neuropedagogía de la Educación y directora del Instituto de Inteligencia, comentó en una entrevista que los estudiantes de la promo 020 pueden pasar por efectos positivos y negativos, teniendo en cuenta que se encuentran en una fase donde dejan la vida de adolescentes para adentrarse a la de los adultos.
¿Cuáles son las diferencias que tienen todas las promos secundarias con esta del 2020?
Ramos responde: “Principalmente la seguridad que tuvieron las demás promociones en cuanto a la estabilidad del sistema educativo en el cual se desarrollaron, mientras que la promoción 2020 tuvo que aprender dentro de la incertidumbre generalizada de un nuevo sistema educativo, que se ve forzado a ir tomando decisiones sobre la marcha”.
En cuanto a los efectos que los jóvenes pueden sufrir en este proceso diferente a todos los años, la especialista afirma que pueden ser positivos y negativos.
“Según el modo como se haya tomado la nueva normalidad. Por ejemplo, algunos podrán ver su autoestima afectada por no haber logrado las metas académicas que se habían propuesto, y otros podrán elevar su autoestima al considerar que lograron enfrentar una pandemia mundial sin abandonar sus estudios y dando siempre lo mejor de sí”, explica.
Ahora varios estudiantes vuelven a tener clases, pero el año escolar prácticamente ya terminó. ¿Servirá de algo?
La pedagoga entiende que “son encuentros necesarios para culminar algunos aspectos que no se lograron a la distancia, como actividades prácticas que se deben completar para cumplir con los requisitos del programa del MEC”.
¿Cómo estos jóvenes iniciarán la vida universitaria terminando el colegio de esta manera?
Ramos responde: “Con incertidumbres, ciertamente, pero más resilientes. Algunos con la expectativa de que las exigencias serán menores. Y otros, ya más adaptados a la nueva metodología (a distancia, por medios virtuales) ya conscientes de que el proceso de aprendizaje ahora implica un mayor compromiso y fuerza de voluntad del alumnado”.
Finalmente, varias instituciones educativas no regresaron a las clases presenciales del tercer año de la Media, porque no tienen condiciones para el cumplimiento del protocolo sanitario. Otras se pusieron en regla y recibieron a sus estudiantes, como el Colegio del Área 4 en su turno noche, donde funciona educación secundaria para adultos y cuentan con 35 estudiantes divididos en clases con 7 integrantes.