InicioActualidadTaheñói: mejorando el mundo, un arbolito a la vez

Taheñói: mejorando el mundo, un arbolito a la vez

“Taheñói fue una idea que tuve en el año 2017, pero que nunca tuve la oportunidad de llevar adelante, hasta que llegó una actividad de ex becarios de la Embajada de los Estados Unidos. Organizaron una presentación de ideas que pudieran generar un cambio, y un proyecto seleccionado, que acabó siendo el mío, sería ejecutado bajo el patrocinio de ellos. La primera actividad que pudimos llevar adelante fue gracias a esta iniciativa el 5 de diciembre de 2018, en coincidencia con el Día Internacional de los Voluntarios”, relata Lucas. A partir de allí, no dejaron de trabajar.

“El trabajo es totalmente voluntario y el plantel casi siempre está compuesto por mis amigos, las siguientes generaciones de becarios de la embajada y gente que se interesa en las actividades puntuales que llevamos adelante”, nos explica.

Acerca de las acciones principales, detalla: “Nos enfocamos en la concienciación y ofrecer a las personas la oportunidad de tener un arbolito. Nuestros encuentros casi siempre tienen esa premisa. Conseguimos contar con profesionales que brindan charlas o encabezan conversatorios con los asistentes. Algunas disertaciones las llevaron a cabo profesionales del PTI (Parque Tecnológico Itaipú) y del INFONA (Instituto Nacional Forestal)”.

Lucas Ricardo, representante de la iniciativa ambientalista “Taheñói”. (Foto: Gentileza)

En cuanto al acompañamiento de instituciones públicas, Lucas comenta que ninguna les brindó recursos, aunque no porque no los hayan buscado. Incluso en una ocasión consiguieron acompañamiento de la Gobernación del Alto Paraná, pero estos cancelaron debido a una amenaza de lluvia, aunque Taheñói continuó adelante con el acontecimiento. “También existieron ocasiones en que solicitamos equipos de la misma institución, pero no tuvimos ninguna respuesta a pesar de haber tocado varias puertas. Todo lo que logramos llevar adelante hasta ahora fue debido a la autogestión”, explica.

Los encuentros levantaron un gran entusiasmo en el público esteño, que acudía principalmente atraído por la intención de llevar a casa un arbolito: “Las personas que participaron de los eventos de Taheñói no tienen una preferencia en cuanto al tipo de árbol que quiere recibir. Los plantines los conseguimos a en el vivero de Itaipú, en donde se pueden encontrar especialmente árboles frutales y especies nativas, que son los que repartimos en cada ocasión”, nos revela.

Lucas cita como mayor inspiración, los Objetivos de Desarrollo Sostenible. “Es lo que me hizo darme cuenta de que cada acción individual contribuye a la causa general. Me baso en el principio de que pequeñas acciones mías se suman a las de más personas y constituyen un cambio significativo en favor del mundo en que vivimos”, comenta.

Como ciudadano, Lucas tiene también algunos cuestionamientos acerca de cómo se trata la problemática ambiental en los espacios de decisión: “Considero que el mayor problema es que no existen políticas claras en cuanto a lo que tiene que ver con conservación del medioambiente. Hoy ni siquiera conocemos cuáles son los límites de nuestros parques nacionales, lo que redunda en que personas inescrupulosas terminen ocupando sus alrededores y apropiándose de la tierra. El gobierno no realiza controles serios en las zonas, que es el primer error si queremos conservarlos, porque da vía libre a entes privados, principalmente a los que se dedican al agronegocio y la ganadería, para explotar indiscriminadamente los recursos que tenemos aún disponibles”, concluye.

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