
Con este panorama por delante, es fundamental el compromiso de la comunidad y de los gobiernos locales y departamentales para controlar el índice de infestación del vector. Con esto se evita la proliferación de mosquitos y se logrará una temporada veraniega más tranquila.
El doctor Gustavo Chamorro, director del SENEPA, recordó que no hay casos positivos de dengue desde hace dos meses, pero que, ante el panorama actual, con un solo confirmado podría empezar un brote de la enfermedad.
Mencionó que con la consulta médica, cuando hay un caso sospechoso, el centro asistencial notifica a Vigilancia de la Salud, y ésta a su vez, al SENEPA, para que se inicie el proceso de intervención comunitaria en la búsqueda y eliminación de criaderos.
Además, la institución hace un proceso de educación en las escuelas y barrios. «Siempre estamos recurriendo a las escuelas, en las comunidades y los barrios, con nuestro personal, trabajamos de la mano con los municipios, sólo que es difícil abarcar todo el país por los recursos humanos limitados que tenemos», remarcó.
En conjunto con la Dirección General de Vigilancia de la Salud, aseguraron que un brote de dengue y de COVID-19 en simultáneo afectará de manera considerable a la persona que la padezca y al sistema sanitario del país, por lo que se apela a la conciencia ciudadana en la eliminación de criaderos.
Desde Salud hacen hincapié en la importancia de eliminar los criaderos de mosquitos tras cada lluvia, recorriendo los patios y vaciando recipientes, de modo a evitar la proliferación del vector.
«Estamos haciendo un trabajo en distintas áreas. Con el dengue es buscar el compromiso ciudadano de poder identificar y eliminar los criaderos que hace que podamos controlar el ín lodice de infestación del vector para que disminuya la proliferación y que tengamos una temporada veraniega más tranquila», manifestaron desde la cartera sanitaria.