Nacido el 17 de julio de 1932, Quino utilizó su arte y humor para expresar las preocupaciones, reflexiones y críticas sociales a través del personaje de Mafalda, una niña de clase media argentina de seis años.
Por medio de su lápiz, Quino nos permitió ver el mundo con una perspectiva fresca y a la vez crítica, en una época en la que Latinoamérica y el mundo experimentaban cambios sociales y políticos drásticos.
A lo largo de las décadas, Mafalda se ha convertido en una verdadera embajadora cultural de América Latina. La pequeña y aguda crítica social se ha traducido a más de 30 idiomas y sigue siendo una herramienta poderosa para abordar temas tan universales como la política, la economía, la justicia social y los derechos humanos.
Pero Mafalda no solo destacó por su crítica mordaz al mundo adulto y a las estructuras de poder. Quino también utilizó a sus otros personajes —Manolito, Felipe, Susanita, Libertad, Miguelito y Guille— para explorar diversas perspectivas y actitudes hacia la vida. De esta forma, cada personaje encarna un arquetipo social y, a la vez, una complejidad humana que nos invita a la reflexión.
Al explorar las dinámicas de estos personajes en su pequeño microcosmos, Quino logró capturar y reflejar la diversidad y la complejidad de la sociedad latinoamericana, y la humanidad en general.
Como dato curioso: Para inicios de esta década, Mafalda ya se tradujo a 27 idiomas; sin embargo, el guaraní se constituyó como el primer idioma originario de América en el que se tradujo la famosa historieta.
Aunque Quino nos dejó físicamente en 2020, su obra sigue viva, y la relevancia de Mafalda parece inmutable, quizás ahora más que nunca. En estos tiempos de incertidumbre, donde la inestabilidad política y las desigualdades sociales continúan siendo temas críticos, la voz de Mafalda resuena con la misma fuerza y claridad.
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En este aniversario de su nacimiento, rendimos homenaje a Quino, su talento y su legado. Agradecemos su valioso aporte a la cultura, que nos dejó la eterna lección de mirar al mundo con ojos críticos, pero sin perder la ternura y la esperanza.
En todo el continente latinoamericano, y en cada rincón del mundo donde resuenan las palabras de Mafalda, celebramos el nacimiento de su creador, Quino, el hombre que dio voz a millones y enseñó a generaciones a cuestionar, reír y reflexionar.