“Me interesaba mucho por la matemática, la física y la música. Ingeniería de sonido es lo único que combina todo eso. Siempre escuché mucha música, y no quería alejarme de eso nunca. El primer proyecto donde estuve involucrado creo que fue el tributo a John Lennon que se hizo en Kamikaze Records en 1999” cuenta Ralf Thielmann sobre como se inició en esto de grabar rock and roll.
Ralf primeramente fue asistente de Rodolfo Brugada en el legendario estudio de Kamikaze en los tardíos noventa, para luego quedar como único ingeniero y productor. Estuvo en el lugar y en el momento indicado, con la explosión de popularidad e influencia que tuvo el rock paraguayo a inicios de los 2000. Pero también supo ser el hombre indicado para darle forma al sonido de esa generación.
Algunos de sus numerosos trabajos con Kamikaze en ese periodo incluyen a “Ka’imomomacaco” (Revolber), “RBS” (Ripe Banana Skins), “Alma de Cuero” (La Secreta) y “Ataraxia” (Flou). Discos fundamentales que le dieron forma al rock nacional con el sonido directo, potente y cálido que es marca registrada de Ralf.
Hoy en día, Thielmann sigue mezclando y masterizando en su propio estudio, Green Flag Records. Sus trabajos más recientes incluyen a variadas bandas como Kita Pena, Rescate Central y Steinkrug.
¿Por qué crees que Kamikaze causó tanto revuelo y fue tan popular?
Kamikaze hizo las cosas bien. Eso en primer lugar significó poner primero a las bandas y su música. No era una fábrica de temas olvidadizos hechos a medias lo más rápido posible, y a pasar por una radio para generar guita. Ese modelo es el de ahora, y es lo contrario a como funcionaba Kamikaze. Nos tomamos el tiempo para que todo lo que salga sea lo mejor posible. Había pasión y no presión.
El éxito y la repercusión lograda, en tu opinión, ¿tuvo que ver con el sello, con el sonido, o con qué?
Willy Suchar. Él puso la música en primer lugar. Para eso compró equipos buenos para poder montar un estudio como la gente, y contrató a la gente correcta para manejar la cosa. No es fácil encontrar quienes simultáneamente manejen bien la parte técnica y artística de la música. Willy encontró a dos.
Pensar antes de gastar. Trabajar la música antes de lanzar. Si no está bueno, se hace de nuevo. Del principio, si es necesario. Kamikaze hizo bien las cosas. Eso crea un resultado favorable automáticamente. No había “así nomas”.
¿Qué cambios importantes notás que hubo en las producciones paraguayas desde que vos empezaste a ser ingeniero hasta hoy en día?
La calidad de grabaciones caseras subió bastante gracias a la tecnología. Eso siempre es bueno. Gente con talento puede acceder a herramientas más fácilmente que antes.
¿Qué creés que todavía le falta al pop y rock nacional para seguir mejorando?
La falta de ensayo antes de grabar. La falta de preproducción antes de grabar. La falta de un productor competente al grabar. Son cosas fundamentales que ayudan a que el material sea plasmado de la mejor forma posible. Todo eso es frustrante, porque grabar un material musical genera un registro que es para siempre. Por eso hay que hacerlo bien. Se desrespeta a la música si no se hace de la mejor manera posible. Eso es triste. Es casi al pedo todo el esfuerzo si no se ponen prioridades donde tienen que estar.
Un productor competente puede aportar con experiencia y objetividad. Ésta objetividad es algo que la banda no puede tener por el simple hecho de ser la banda. No están fuera de la banda. Un barco sin capitán al timón va a la deriva. Me molesta también el “así nomas” (que es tan nuestro) y el “después corregimos en la computadora”. Esas dos cosas son enemigos de una producción musical. Copiar y pegar es para documentos en Word, no para la música.
¿Cuáles fueron los 3 discos en tu carrera en los que más te gustó trabajar, y por qué?
Revolber – Ka’imonomacaco
Fue mi primera responsabilidad como oficial productor artístico de un material. Me llevé muy bien con la banda y todos estuvimos bastante satisfechos con el trabajo que hicimos. Fue una experiencia gratificante en ese sentido.
Steinkrug – Meat
Fue un quilombo. Primero perdimos a un guitarrista, fue reemplazado. Después perdimos al otro guitarrista y lo reemplacé yo, porque ya estábamos con la grabación en marcha. Me encantó tocar la viola, y crear arreglos y tocarlos yo mismo en vez de ayudar a otros realizar lo suyo como suele ser mi trabajo. Me gustó el hecho que se trabajó duro en grabar bien las partes, como para después no usar edición digital, ni afinación ni copy/paste para crear la ilusión de banda.
Los temas se paran por sí solos desde en inicio, y por ende mezclarlos fue mas divertido. No tuve que pelearme con las tomas ni crear algo que no estaba ahí.
También me gusto laburar en un disco de tributo del rock al folklore paraguayo porque mezcló nuestro folklore con el rock y eso de por si ya es divertido. Pude conocer a varios artistas (tanto de rock como de folklore) en un solo proyecto.
¿Qué disco te dejó insatisfecho y lo grabarías de nuevo?
El primer disco de Vecindad Autopsia. Porque no tuvimos suficiente tiempo. Demasiado pegó pero fue corto el tiempo. [NDR: El álbum tenía originalmente 27 temas y fue grabado en menos de 3 semanas].
¿En qué andas recientemente laburando?
Hago menos grabaciones que antes. Mucho menos. Más bien estoy en mezcla y mastering. Pocas bandas entienden la importancia de un productor artístico ajeno a la banda, y el bien que puede hacerle a su música. No trabajo más tanto en eso, porque simplemente no contratan esa parte. No hay preproducción, ni producción.
Muchos piensan que con cualquier compu en cualquier lado graban ellos mismos y listo. Eso es tiempo y dinero perdido. No entiendo por qué algunos prefieren tirar 200 mil guaraníes en vez de invertir 300 mil. Tengo las herramientas y conocimiento para arreglar o mejorar esos errores, y por eso me dedico mas a mezcla y mastering que grabaciones.
Lo último que se lanzó donde pude trabajar como productor, ingeniero de grabación, mezcla, y mastering, fue lo ultimo de Steinkrug. El EP “Arrogance”. Una patada en los huevos/ovarios es.