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¿Por qué 108?

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¿Por qué 108?

¿Te preguntaste alguna vez por qué casi no hay casas o placas de vehículos con numeración 108? El crimen de Bernardo Aranda, ocurrido en la madrugada del 1 de septiembre de 1959 en Asunción, guarda mucha relación con eso.

Bernardo era un locutor muy popular de aquella época. Cultivaba el rock and roll en su espacio en radio Comuneros. Era muy querido por su audiencia por la buena onda que transmitía en tiempos duros de una dictadura que daba sus primeros pasos.

El 1 de septiembre


En su casa de Barrio Obrero hubo una explosión, seguida de un incendio, y él acabó muerto adentro, devorado por el fuego. Su cuerpo apareció completamente carbonizado, estaba maniatado. Primero se especuló con que fue suicidio, luego se habló de que fue un asesinato de tinte pasional por una relación homosexual. Habían rociado su residencia con la propia nafta de su moto Vespa.

El caso nunca fue esclarecido y el gobierno detuvo a decenas de sospechosos. ¿A cuántos hombres arrestaron las autoridades del gobierno? Sí, a 108. A todos ellos se los presentaba como “amorales” por su inclinación sexual. El número se convirtió en símbolo de discriminación. Una campaña impulsada por Stroessner con ayuda de algunos medios encargados de señalarlos.

La prensa amiga del régimen colaboró con este cometido, promoviendo la persecución contra los homosexuales, utilizando términos burlones y hasta publicando caricaturas con relación al hecho, ridiculizando a las personas gays.“108 personas de dudosa conducta moral están siendo interrogadas”, decía el título del diario El País, que informaba así a sus lectores sobre el curso de las pesquisas policiales. Fue la primera vez que apareció el número 108 vinculado a la homosexualidad y desde entonces la maquinaria de odio no paró. “Tensión entre amorales”, puede leerse en otro encabezado del periódico.

Publicación en el diario El País. 12 de septiembre de 1959.

El gobierno publicó la lista de los 108 detenidos vinculados al “crimen de tinte pasional entre homosexuales”, como lo repetía una y otra vez. Fue una cacería y la persecución fue sistemática. Muchos de ellos, tras salir de las comisarías, donde fueron sometidos a torturas y violaciones, terminaron por abandonar el país.

El 108 fue literalmente borrado. Se convirtió en un número prohibido para la sociedad, en un estigma, por culpa de un régimen totalitario que utilizó el crimen de Bernardo y las posteriores detenciones para comenzar a sembrar el terror.

Hoy el número 108 es reivindicado por la comunidad gay para promover su lucha contra todo tipo de discriminaciones. A 61 años del crimen de Bernardo, el sector continúa batallando por los derechos LGTB.

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