“Soy la primera mujer indígena poeta y escritora del Paraguay. Pertenezco al pueblo Ava Guaraní, pero tengo sangre Aché. También ejerzo la docencia desde hace 23 años. Así que soy mamá, abuela, docente, lideresa… tengo muchos roles como mujer”, cuenta con orgullo.
“Fue una alegría recibir la noticia de que iba a participar (del festival). Es difícil para mí no poder viajar (a Rosario), compartir con nuestros hermanos escritores y poetas, pero sí me alegro mucho de marcar presencia, aunque sea solo de forma virtual. Me hace sentir muy bien como mujer, y mucho más como mujer indígena, ser parte de un evento tan importante.”, manifiesta.
“Me siento muy emocionada y ansiosa, porque es la primera vez que voy a participar con mis compañeros escritores usando este sistema (refiriéndose al sistema virtual), porque como sabemos, ahora con el COVID solo podemos hacer conferencias”, puntualiza.
Duarte será presentada en el FIPR el próximo 19 de noviembre y cuenta que su trabajo gustó mucho, a pesar de las carencias en lo que a recursos se refiere. “Ya envié un video de 10 a 12 minutos que hice en mi comunidad. Me pidieron un video de 15 minutos, pero tuve que decirles que no, porque no cuento con los elementos para hacer una grabación de esa extensión. Para mi presentación, leí un poema e interpreté un canto, el “Kotyu”, que es del pueblo Ava”, detalla.
Alba vive con su familia en la comunidad indígena Fortuna de la ciudad de Curuguaty (departamento de Canindeyú), a donde se trasladó nuevamente ante el inicio de la cuarentena sanitaria.“Estuve trabajando en el Ministerio de Educación y Ciencias, en Asunción, en la Dirección General de Educación Indígena, como jefa del Departamento de Comunicación y Gestión. Hasta ahora, por el problema de COVID, no pude ir más a cumplir con tareas presenciales, pero lo hago desde mi casa, a través de la plataforma del MEC”, relata.
Aun así, el trabajo dentro de su comunidad no se detuvo. “Siempre hago de todo cuando trabajo con la gente. En la comunidad tenemos nuestra organización de Kuña Guaraní Aty, con las abuelas y con las jóvenes. Además, me gusta mucho trabajar con jóvenes, en distintos ámbitos”, explica.
Alba Eiragi Duarte cuenta con vasta experiencia a la hora de representar la cultura y los valores de su origen étnico ante el resto del mundo. “He viajado a varios países, participé en festivales internacionales de poesía y de canto, porque también canto y también formo parte de un grupo de danza Ava Guaraní, que son mujeres guaraní”, comparte. Se trata además de la primera mujer indígena miembro de la Sociedad de Escritores del Paraguay.
En cuanto a su trabajo, Alba cuenta ya con tres libros publicados y espera sacar otro muy pronto. “Estoy viviendo todavía la pérdida de mi amado esposo, que falleció hace nueve meses, pero sigo escribiendo. Desde hace más de un año estoy juntando mis pensamientos”, comenta.
Pone además, en palabras el proceso para la creación artística: “Los poetas escribimos espontáneamente, no cuando queremos hacerlo solamente, sino cuando sentimos que viene la inspiración. Estos pensamientos se vienen, como dicen nuestros abuelos, tejiendo, y después nosotros los ponemos por escrito”. En cuanto a la temática, es rotunda: “Estoy escribiendo de la vida de mi pueblo, de mi vida. Materiales sobre el territorio, sobre la selva, sobre el agua y mucho más. Así que para el año 2021 espero poder sacar nuevamente un libro”.
Para los jóvenes que, como ella, aman las letras y quieren seguir esa vocación, tiene dos consejos principales: “Primero y principal, tienen que leer mucho, porque si uno no lee, no puede escribir. A través de la lectura, de la comprensión, uno entiende cómo escribir, cómo componer sus líneas”, explaya. Señala además ideas para encontrar la codiciada inspiración: “A todos los jóvenes que aman a su pueblo, a su gente: conversen con los abuelos, que son los que cuentan las historias sagradas. Nuestros abuelos nunca mienten, que nunca inventan sus relatos, entonces por eso hablo de una historia sagrada”.
Demuestra, además, una fe y esperanza infinita hacia los más jóvenes. “Siempre digo que que creo que un niño o una niña puede ser un poeta, un escritor, ndaha’éi la kakuaáva, la tuichávante, sino mitâ ikatu avei, porque oguereko pe arandu, arandu teete ha pe sentimiento, ha upe sentimientogui osê ñandéve jahai hagua pe kuatia ári”, concluye.