Brasil es el segundo país en todo el planeta que peor la está pasando con la COVID-19, ubicándose sólo por detrás de E.E.U.U. en las cifras de fallecimientos diarios. Cada día, aproximadamente 2.000 familias pierden un integrante a causa de este virus en el territorio brasileño. Es tan feo el panorama que algunos expertor ya catalogan al país como “un peligro para la salud pública global”.
Al menos así lo considera el epidemiólogo Pedro Hallal, quien ejerce su oficio en el estado de Rio Grande do Sul. “21% de todas las muertes ocurridas en el mundo el pasado 9 de marzo debido al covid-19 ocurrieron en Brasil, un país que solamente tiene el 2,7% de la población mundial. Entonces, esto es enorme”, expresó el experto.
Detrás de estos pesados números, se encuentra una variante altamente contagiosa del virus, llamada P1, que se cree que se originó en la ciudad amazónica de Manaos. Datos preliminares sugieren que esta variante podría ser hasta dos veces más transmisible que la versión original del virus. Si esto no fuera suficiente, también indican que podría evadir la inmunidad derivada de haber padecido la versión original del coronavirus: la probabilidad de reinfección se sitúa entre 25% y 60%. Por otro lado, se desconoce si esta nueva variante produce cuadros más graves de la enfermedad.
Según los expertos brasileños, si esta nueva variante se asienta en todo el territorio del país (lo que ya puede estar ocurriendo), es posible que agrave la delicada situación sanitaria del país. El ex ministro de Salud Luiz Henrique Mandetta, quien fuera destituido por el presidente Jair Bolsonaro por defender el aislamiento, alertó en una entrevista de televisión que la nueva variante puede provocar una “mega epidemia” en 60 días, si no se toman medidas.
Todo esto sigue aprisionando al sistema de salud del Brasil, país que se encuentra al borde del colapso sanitario. De hecho, el fin de semana pasado la ciudad de Foz de Iguazú pasó por un importante toque de queda a modo de dar un respiro al personal de blanco. En materia de vacunación, Brasil ha estado inoculando hasta la fecha con las dosis de Oxford/AstraZeneca y la china Sinovac, sumando 11,4 millones de dosis aplicadas, un 4% de la población.
A modo de impulsar estas cifras, ayer Brasil anunció la compra de 100 millones de dosis de la vacuna de Pfizer contra el COVID-19 y 38 millones de Johnson & Johnson. El acuerdo con la primera farmacéutica llegó tras meses de negociaciones, que obligaron al Congreso del vecino país a aprobar una ley que facilite el proceso. Los envíos comenzarán en abril, mientras que los del inmunizante de una sola dosis (J&J) se estima que lo harán en el tercer trimestre del 2021.
Variante posiblemente en el país
El director de Vigilancia de la Salud, el doctor Guillermo Sequera, informó hace unos días que aparentemente en Paraguay estaría circulando esta nueva variante del COVID -19.
“El panorama epidemiológico no es el mejor, tal vez es el peor en toda la epidemia, prácticamente tenemos casi certeza de que la variante brasileña está circulando en nuestro país, entonces va a haber un aumento en la curva. De hecho, ya lo estamos viendo, estamos saliendo de esa meseta y estamos entrando un número de casos importante”, aseguró el doctor en una entrevista en un medio radial de la capital.
Por otra parte, la Sociedad Paraguaya de Infectología alegó que debido al alto número de viajes al Brasil creen que ya existe una circulación comunitaria de la nueva variante P.1. Explicaron que la crisis sanitaria actual pudo haberse producido a causa de esta cepa.
