InicioReseñaOasis Knebworth 1996: Una banda en su auge ante 250 mil personas

Oasis Knebworth 1996: Una banda en su auge ante 250 mil personas

Los conciertos en Knebworth Park eran sinónimo de nombres con larga trayectoria y superproducidos: Pink Floyd, Queen, Led Zeppelin… Hasta que en 1996 llegó un grupo de jóvenes músicos a cambiar la historia. Oasis tenía solo 2 años de haber lanzado su disco debut, practicaba un rock and roll de lo más simple y sus integrantes apenas si se movían sobre el escenario. Sin embargo, el éxito arrollador de sus dos primeros discos los convirtió en algo imposible de ignorar.

El 2,7% de la población del Reino Unido de entonces (2 millones y medio de personas) intentó comprar tickets para los conciertos, realizados el 10 y 11 de agosto. Solo 250 mil personas lo lograron en total, lo cual indica la posibilidad de 20 noches sold out. Sin embargo, por decisión de Noel Gallagher, la banda hizo solo 2 shows.

Los fans toman la posta

Desde el primer momento, los fans toman la posta del relato del documental dirigido por Jake Scott, contando su experiencia individual al enterarse y prepararse para el show, así como la odisea para conseguir los tickets en una época pre-internet: había que quedarse clavado al teléfono esperando que se habilite la línea, o bien formar cola frente a los lugares de expendio.

De la misma forma, se suman los testimonios sobre la ida al local y del concierto en sí; uno relata su viaje en tren llevando tan solo una bolsa de plástico con drogas, algún bocadillo y unas latas de cerveza, otro cuenta que el día del toque recibió la noticia de que su novia estaba embarazada, y una fan relata que Knebworth fue uno de sus últimos momentos felices con su hermano, quien sería diagnosticado de cáncer poco después. Pequeños fragmentos individuales que se apilan para sumergirle a uno no solo dentro del show, sino en el mundo y la experiencia de los fans en sí.

Todo esto delata la especial relación de Oasis con sus oyentes, reforzada principalmente por las raíces de la banda en la clase trabajadora, y también por el escaso tiempo que había tomado su meteórico ascenso. Cuando el quinteto subió al gigantesco escenario de Knebworth, habían pasado solamente dos años desde su primer disco, época en la cual aún tocaban en bares, y el público los seguía viendo de la misma forma. No había 20 años de megalomanía y estrellato separándolos de su público, como sucedía con los Rolling Stones o The Who.

¿No tocamos ‘Rock N’ Roll Star’?

“Estábamos muy ensamblados. Nunca dábamos un mal show” dice Noel Gallagher sobre como se desenvolvía la banda en escena por aquel entonces. El guitarrista agrega que el ensayo constante les permitía tocar de forma casi automática, con lo cual podía despreocuparse y disfrutar mucho más el show, “como un fan más”.

El setlist, por otra parte, no se ahorra casi ningún hit, con la extraña excepción de ‘Rock N’ Roll Star’, sobre lo cual Noel admitió insólitamente que se olvidaron de incluirla. “Estaba mirando el setlist y me quedé como… ‘¿No tocamos ‘Rock N’ Roll Star?’’. Y me dicen ‘¿Quién hubiera elegido esa?’, y yo dije ‘Oh, yo la habría elegido…’. (…) No puedo entender el proceso mental que hubo detrás de eso. Y tampoco puedo explicar por qué hicimos 2 temas de Be Here Now, que no saldría hasta un año después. No sé. ¡Estoy muy enojado conmigo mismo!” afirmó el guitarrista posteriormente en un programa radial.

Sin embargo, todo lo demás está ahí: ‘Slide Away’, ‘Supersonic’, ‘Cigarretes & Alcohol’, ‘Don’t Look Back In Anger’, ‘Champagne Supernova’ y por supuesto ‘Wonderwall’. También hay espacio en el extenso setlist para varias sorpresas, como ‘Acquiesce’ y los mencionados dos temas que vendrían recién un año después a ser parte de Be Here Now, ‘My Big Mouth’ y ‘It’s Gettin’ Better Man’.

Los ganadores de la guerra del britpop

El gran triunfo del ‘Oasis Knebworth 1996’ es lograr unir lo mejor de ambos mundos: es informativo y a la vez da generosas porciones de música, dejando la sensación de que uno realmente asistió y disfrutó el concierto entero. Una vez que la música arranca, prácticamente no se detiene, no obstante, a la par sigue aportando testimonios y comentarios de la banda y del público.

En cuanto a Oasis, la magnitud del evento en Knebworth es algo que la banda no volvería a repetir, así tampoco la gran repercusión de sus dos primeros álbumes, que se volvieron una catarata de hits. Un año después, llegaría ‘Be Here Now’, un álbum duramente criticado y con un turbulento proceso creativo. A la vez, sus rivales de Blur habían lanzado su disco homónimo desviándose de su estilo original, con lo cual quedó marcado el declinio del britpop. Sin embargo, los de Manchester salieron como claros ganadores de esta batalla. Dos álbumes clásicos bajo el brazo y una legión de fans fieles, que los llevaron a un lugar en donde se codeaban con los Stones, Pink Floyd y Led Zeppelin. Noel, con su clásica arrogancia británica, lo resume en una canción: “Éramos una banda decente antes de escribir ‘Live Forever’, pero era música indie. El día después de que escribí ‘Li

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