Participaron referentes de diversas organizaciones aglutinadas en la red “Feministas del Abya Yala”, que transmitió el “Juicio Ético a la Justicia Patriarcal”, el sábado a través de la red social Facebook. El encuentro fue moderado por Gabriela Schvartzman Muñoz, politóloga y activista social feminista.
La investigadora y militante feminista argentina, Claudia Korol, explicó el carácter del encuentro: “No es un juicio en sí a los violentos, sino a la Justicia Patriarcal en su rol de encubrimiento o de complicidad con esas violencias y con la garantía de impunidad”.
El Juicio Ético a la Justicia Patriarcal es una acción del movimiento feminista de América Latina, que busca dar mayor visibilidad a los casos de violencia contra las mujeres y niñas que se dan en los países del continente. Es un espacio de denuncia pública a las instituciones de los Estados y también de solidaridad entre los pueblos.
“La llamada Justicia ha dado una impunidad histórica a las violencias que nos hacen sufrir, por eso condenamos hoy su complicidad y negamos su ejercicio sobre nuestros cuerpos. (…) Lo declaramos culpable de haber hecho de la justicia una mercancía que puede ser comprada o vendida por quienes tienen dinero y poder”, indica la sentencia del ciclo de juicios realizado en 2017.
En esta oportunidad, el ciclo de Juicios Éticos a la Justicia Patriarcal tiene como eje la situación de las niñas en el Abya Yala (continente latinoamericano). Se realizarán una serie de audiencias abordando varios casos hasta febrero de 2021. La primera audiencia abordó el asesinato de las dos niñas en poder de la Fuerza de Tarea Conjunta y la criminalización de las luchas sociales en Paraguay.
Korol agregó que el objetivo de estas acciones es político y pedagógico: “Ojalá los sectores de esa justicia puedan entender y comprender que están siendo observados y responsabilizados por no reaccionar ante los crímenes, que en muchos casos, son crímenes de Estado”.
El doloroso testimonio de la madre y tía de las niñas asesinadas
El 2 de septiembre pasado, dos niñas de 11 años de edad, fueron asesinadas durante un operativo realizado en Yby Yau, departamento de Concepción, por la Fuerza de Tarea Conjunta con el objetivo de capturar a miembros del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP).
Durante el Juicio Ético a la Justicia Patriarcal, dio su testimonio Myriam Villalba, madre de Lilian Mariana y tía de María Carmen, las niñas asesinadas. “Estas dos niñas no murieron en un enfrentamiento con el ejército. Lilian y María tenían 42 y 43 kilos, no tenían la capacidad de portar un arma de grueso calibre como dijo el propio gobierno, con 100 proyectiles ambas”, expresó.
“Nosotras como familia estamos convencidas de que ellas fueron tomadas vivas, brutalmente torturadas y quisiera que no hayan sido violadas y que luego fueron ejecutadas. Esto que estoy diciendo se desprende perfectamente de las fotos que el propio Gobierno paraguayo de Mario Abdo Benítez publicó por todos los medios locales, de las niñas acribilladas con un uniforme impecable”, manifestó.
Denunció que el Gobierno no respetó su condición de niñas y que violaron todos sus derechos. “Estas niñas fueron tiradas o enterradas en una fosa común, en bolsas de plástico, el cuerpito totalmente desnudo, sin practicarle siquiera una autopsia. El mismo día las enterraron, sin saber siquiera de quienes se trataban, no tenían la identidad de las niñas. Quemaron todo el uniforme, justificando la pandemia cosa que es mentira, se deshicieron de todas las evidencias. El médico forense que actuó en la primera intervención dijo que se trataba de dos personas adultas, luego dijeron que tenían entre 15 y 17 años, sin saber siquiera que eran niñitas de 11 años”, afirmó en medio de un angustioso llanto.
Relató además que sólo con la mediación del Consulado Argentino en Paraguay lograron acceder a los cuerpos. “Hicieron la exhumación y no permitieron la entrada de la abogada Deisy Irala, tampoco de mi hermano que estaba en representación de la familia, ni del cónsul. Se presentó un escrito pidiendo que se filme el procedimiento y no hizo caso la jueza que intervino”, comentó.
Dijo que los cuerpitos de las niñas tenían cortes en los glúteos y en todo el cuerpo, que incluso fueron quemados y solo se hizo la exhumación para comprobar que se trataba de dos niñas, como indicaron los familiares. Finalmente, las dos niñas fueron sepultadas en San Pedro del Ycuamandiyú, donde reside parte de la familia.
El caso está en instancias internacionales
Myriam Villalba comentó que hasta la fecha, el Estado paraguayo no reconoce la condición de víctimas de su hija y sobrina, así como de la familia. “No hemos accedido ni a una copia simple de la carpeta, no ha hecho nada la Fiscalía de Derechos Humanos por la tortura y ejecución de las niñas, no hay personas procesadas, ni investigadas, lo que se hace desde las instituciones del Estado paraguayo es perseguir a la familia, queriendo criminalizar a las madres”, manifestó.
Actualmente, la Fiscalía tiene dos causas abiertas. Un expediente investiga por qué y cómo las niñas fueron a parar al campamento del EPP, en Concepción y otra causa, está en la Unidad de Derechos Humanos del Ministerio Público, para investigar las denuncias de tortura y ejecución de las menores de edad.
“Por eso se me hace muy importante este Juicio Ético, para poner en tela de juicio el comportamiento de las instituciones en Paraguay, cómo funciona el Estado cubriendo, buscando impunidad, a todas los que participaron en la tortura y ejecución de estas niñas que el Estado no reconoce que son niñas, dicen que son mujeres abatidas”, expresó la madre.
La abogada Laura Taffetani, integrante de la Gremial de Abogados y Abogadas de Argentina, informó que el Equipo Antropológico Forense de Argentina, busca examinar los cuerpos de las niñas asesinadas. Sin embargo, el Gobierno paraguayo negó el acceso del equipo tres veces.
Un crimen premeditado
En un análisis del caso, la abogada fue contundente al señalar que el asesinato de las dos niñas fue un crimen premeditado: “Porque ellos sabían que había niños en el campamento, eso hubiera puesto en funcionamiento el protocolo que existe en estos casos y esto salió de las propias declaraciones del ejército en medios de comunicación”.
También mencionó varios elementos agravantes. “Estamos hablando de una ejecución sumaria de los propios elementos que fueron surgiendo a medida que íbamos conociendo la noticia, la foto de las niñas con uniformes pulcros, supuestamente heridas de bala, lejos de haber tenido un uso previo. Lo que sucedió en forma posterior, el entierro de los cadáveres en forma inmediata, la quema de esos uniformes que es un elemento probatorio sumamente importante para cualquier pericia que viniera en forma posterior, aduciendo el tema de Covid que de ningún modo es así. El forense que determinó que eran de 17 y 18 años, cuando que claramente eran niñas y no adolescentes”, detalló.
El caso de infanticidio en poder del Ejército Paraguayo pone en conflicto la relación diplomática considerando que las niñas asesinadas tienen identidad argentina. Además, ya se formuló una denuncia contra el Estado paraguayo ante el Comité de Derechos de los Niños en Ginebra.
Actualmente, el Equipo Misionero de Derechos Humanos impulsa una campaña para que el Gobierno Argentino, otorgue refugio político a la familia de las niñas, ante la persecución y criminalización proveniente de las instituciones del Estado paraguayo.
Como parte de los testimonios del caso, también habló la abogada Sonia Von Lepel, del Equipo Jurídico de la Coordinadora por los Derechos de la Infancia y la Adolescencia (CDIA).
Denunció que el Estado paraguayo ya sabía hace 10 años, que había niños, niñas y adolescentes en campamentos del EPP. “Aun así hicieron una incursión, sin proteger y tomar las medidas para rescatar a niños, niñas y adolescentes que son víctimas”, afirmó.
Solidaridad en la lucha por la justicia
Norita Cortiñas, fundadora de la organización Madres de Plaza de Mayo, se solidarizó con la causa y familiares de las niñas asesinadas.
“Es un crimen de lesa humanidad, es un crimen horroroso, que hay que seguir hasta condenar a los responsables, como tiene que ser, primero por la gravedad y luego para que no vuelvan a ocurrir estos hechos que ofenden a la humanidad. Creo que esto fue inesperado pero además las mentiras que se dijeron son ofensivas para las familias y para todos nosotras. No podemos ignorar que traten de distorsionar los hechos que han ocurriendo. Las Madres estamos muy conmovidas y a disposición en todo lo que podamos hacer desde aquí, este crimen tan horrendo nos golpeó mucho”, expresó.
La cantante hondureña, Karla Lara, también expresó su solidaridad a través de su música. También expresaron palabras de apoyo a las víctimas y repudio al accionar del Estado: Adriana Guzmán Arroyo, referente del Feminismo comunitario antipatriarcal de Bolivia, Celina Rodríguez Molina del Frente Popular Darío Santillán Corriente Plurinacional en el Movimiento de los Pueblos, Lolita Chávez. Feminista comunitaria del Pueblo K’iché Ixim Ulew, Verónica del Cid, educadora popular de Guatemala, Alicia Amarilla de la Coordinadora de Mujeres Campesinas e Indígenas (CONAMURI), Claudia Korol, integrante del Equipo de Educación Popular Pañuelos en Rebeldía, la socióloga paraguaya Marielle Palau y Rosa Zúñiga, Secretaria general del Consejo de Educación Popular de América Latina y el Caribe.
