Hoy, rodeada de sus dibujos y pinturas en planteras y tejas, María Jenny siente que cada uno de ellos se lleva un poco de la ansiedad por el tiempo en que vivimos.
A pesar de que lo considera un redescubrimiento, el arte siempre estuvo presente en su vida. “Era mi tío, don Salvador Ferreira, el que tenía la habilidad del dibujo. Creo que de ahí viene mi inclinación hacia el arte. De pequeña, solía copiar los dibujos en todos mis cuadernos”, comenta.
Aún con el gusto que le generaba la actividad, acabó por abandonarla durante un tiempo para dedicarse a otras actividades. “Alrededor de 2014 retomé el dibujo, a través de rostros en sombreado y caricaturas. Nunca me animé a pasar de los dibujos a lápiz porque nunca estudié para hacer esto”, revela la joven, que vive en Ciudad del Este con sus padres.
Sin embargo, la falta de formación en el área no es un obstáculo para seguir adelante con sus proyectos: “Me estoy dando tiempo y disfrutando de esta etapa con las pinturas en tejas y en planteras, descubriendo las mezclas de colores, los tipos de pinceles que debo utilizar, la pintura…, todo lo que a materiales se refiere”, explica.
Aunque hoy, gracias a la cuarentena, su trabajo artístico se encuentra en plena forma, no siempre fue así. María Jenny menciona en ese sentido que la principal causante de que terminara dedicando más tiempo a la pintura fue la ansiedad causada por la pandemia.
“Tuvo un impacto inmediato en mí, empezando por lo laboral. Luego llegó el estrés que implicaba quedarme en casa, ver las noticias, pensar en lo que podría pasar o no…, era demasiado”, revela.
Su primer acercamiento a la pintura en el contexto de la pandemia fue justamente buscando cómo aliviar la sobrecarga de emociones. “Mi mamá es maestra parvularia, así que busqué entre sus materiales esperando encontrar algo con lo que entretenerme. Esa mañana, comencé a mezclar colores y terminé pintando flores y hojas en el pozo”, relata.
De allí, trasladó el proceso a macetas y tejas. Tras compartir sus resultados a través de las redes sociales, sus familiares y amigos comenzaron a realizar pedidos, nacieron nuevos diseños y una nueva fuente de ingresos para la familia.
Acerca de su principal inspiración, María Jenny no duda en nombrar a la artista estadounidense Katie Berggren como referente. Sus pinturas con temática de maternidad marcan a Giménez: “Me gustaría algún día poder pintar y crear como ella”, menciona, satisfecha con algunos de sus trabajos en teja que reinterpretan las obras de Berggren.
Sobre el futuro de esta actividad, aún está por decirse, ya que ella también se desempeña como locutora de radio durante las mañanas. “Cada pieza la trabajo sola, por lo que lleva tiempo. Tengo pendientes muchos pedidos y con las cuatro tejas en promedio que puedo terminar al día, casi no doy abasto”, nos explica.
“Todo empezó para canalizar el estrés que acarreaba la pandemia y la cuarentena, pero acabó convirtiéndose en una fuente de ingreso económico para mí”, cuenta orgullosa.