A pesar de que son actividades a gran escala las que más influyen en el cambio climático, te dejamos una lista de acciones sugeridas por la ONU que podés tomar de inmediato para disminuir tu huella de carbono y colaborar en la lucha contra el cambio climático.
Duchas más cortas
En lugar de ponernos a reflexionar sobre toda la vida mientras tomamos una ducha, el medioambiente agradece que vayamos directo al grano y terminemos en un máximo de cinco minutos, tiempo suficiente para que la mayoría de las personas puedan acabar de higienizarse. Esto colabora también con la cuenta del agua al final del mes y a la larga crea un impacto significativo en diversos aspectos.
Disminuir el uso de bolsas plásticas
Utilizar nuestras propias bolsas, de tela u otro material reutilizable, en el supermercado, en la feria o en la despensa es una buena forma de disminuir el uso de bolsas de plástico para transportar mercaderías. Así colaboramos a reducir desechos que tardan muchos años en descomponerse y que representan un riesgo de contaminación.
Limitar el uso de vehículos con tubos de escape
Caminar si la distancia es corta, transportarse en bicicleta o utilizar el servicio de transporte público (a pesar de su estado) son también medidas que podemos tomar para disminuir la emisión de gases nocivos en el aire.
Apagar las luces de la casa
Apagando las luces cuando no se utilicen, no solo ahorramos energía eléctrica y colaboramos con el uso racional de los recursos, sino que lograremos reducir las cifras de nuestra factura de ANDE. Si también recordamos desenchufar los electrodomésticos otros y dispositivos eléctricos que no estén en uso, tenemos este beneficio y el agregado de que prolongaremos el tiempo de vida útil de nuestros equipos. Ganar es ganar.
Consumir productos locales
Al consumir productos fabricados dentro de nuestra ciudad/país, nos saltamos la cadena logística de distribución de las mercaderías, una que empleó muchos materiales contaminantes para llegar a los mercados de nuestra ciudad desde otro punto lejano del globo.
Recicla y reutiliza
Es la recomendación clásica y más efectiva. Preferir los productos reutilizables en lugar de los desechables, que suponen un mayor riesgo de contaminación. También es importante crear nuevos productos útiles en el hogar a partir de “basura” que en otras circunstancias iría a engrosar la lista de contaminantes del agua y del suelo.
El cambio climático no solo pone en peligro el ecosistema en que vivimos, sino que también provoca crisis económicas derivadas de los desastres naturales, como huracanes e inundaciones, que aumentan considerablemente a medida que avanza el calentamiento global. Esta crisis se ve acentuada por la actual inestabilidad económica que trajo consigo el COVID-19 y es algo de lo que se seguirá hablando en la pospandemia.
En nuestro país, algunas de las principales fuentes de contaminación involucran a los negocios de la agricultura, ganadería y la industria, por la gran cantidad de recursos no renovables que se utilizan y los desechos que generan y que más adelante se depositan en la naturaleza. Estos rubros representan además un porcentaje importante del PIB de nuestro país en la actualidad. Sin embargo, debemos movernos hacia el desarrollo sostenible y la conservación y recuperación de los ecosistemas, la fauna y la flora que de a poco van cediendo a la actividad humana.