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La lucha de una madre paraguaya por recuperar la tenencia de su bebé en Brasil

Patricia García nunca imaginó que le costaría tan caro ser vegana, parir en una comunidad indígena fuera del sistema público o privado de salud, ser paraguaya y migrante en Brasil. Por increíble que parezca, todos estos factores fueron elementos utilizados por su expareja y sistema judicial para quitarle la patria potestad de su bebé, aún lactante, actualmente con un año tres meses de vida.

Ella estuvo casada con el profesor y abogado brasileño, Julio Moreira. Quedó embarazada cuando aún vivían juntos. Ya durante la gestación, Patricia denunció que estaba siendo víctima de violencia por parte de su pareja. Se separaron y ella consiguió medidas de alejamiento, como protección. Luego dio a luz sin acompañamiento del progenitor y decidió hacerlo en una comunidad indígena en Paraguay, asegura que fue un parto respetado y que estuvo rodeada de mucho amor.  

Existe una campaña de apoyo para lograr que la madre recupere la tenencia de su bebé y por el derecho a la lactancia materna. (Foto: Gentileza del Coletivo Mulherista).

El bebé fue creciendo y la crianza estuvo a cargo plenamente de la madre. El padre aparecía de vez en cuando para visitar al pequeño, según cuenta Patricia. Aportaba el dinero por la prestación alimentaria, pero no participaba activamente del cuidado del niño. Las veces que llegaba de visita, ejercía violencia psicológica contra la madre, hecho que ella denunciaba ante las instancias correspondientes y también por redes sociales.

La violación del derecho humano a la lactancia materna

En agosto de este año, a raíz de una demanda presentada por el padre, por orden judicial arrancaron al bebé de los brazos de su madre, en una intervención con policías en su propia casa. Desde entonces, madre e hijo estuvieron separados por varias semanas hasta que por presión social de un movimiento de mujeres que se solidarizaron con Patricia, se logró que el pequeño sea llevado junto a su mamá para mamar.

“Soy una madre paraguaya que lucha por el derecho humano fundamental de su hijo a la lactancia materna, que fue arrancado del seno materno de forma injusta, cruel, violenta, a través de argumentos falsos, xenofóbicos, discriminatorios y racistas”, afirma Patricia.

Entre los argumentos utilizados por el progenitor para exigir la patria potestad del bebé, está que supuestamente el niño se enfermó debido a la falta de nutrientes, porque la madre lleva una nutrición vegana que excluye el consumo de alimentos de origen animal. También cuestiona que la madre haya parido en una comunidad indígena, alegando que el pequeño fue expuesto a un riesgo por haber nacido fuera de un hospital.

El proceso judicial iniciado por el progenitor que reclamó la tenencia del bebé estuvo plagado de irregularidades, según comenta Patricia que actualmente cuenta con la defensa de la abogada Tania Mara Mandarino. Sostiene que no fue escuchada y las pocas veces que pudo declarar, sus palabras fueron interpretadas con prejuicio y discriminación. El Juzgado ignoró todos los documentos y respaldos médicos que presentó la mamá para demostrar su empeño en el cuidado de la salud de su hijo. Actualmente, el proceso fue interrumpido y se dispuso el diálogo entre las partes con el fin de lograr un acuerdo.

Solidaridad y movilización de mujeres

La lucha de Patricia por recuperar a su bebé y el derecho a la lactancia materna a libre demanda moviliza a cientos de mujeres en Brasil. Se creó el Movimento Mulherista en apoyo a la causa y se logró una carta firmada por 108 mil personas exigiendo que el pequeño vuelva a vivir con su madre y pueda mamar sin límites. El grupo aglutina a más de 100 mujeres de diversos puntos del territorio brasileño. La agrupación impulsa la campaña #DevolvamSamaPraMãe y colocaron gigantografías en espacios públicos estratégicos de Foz de Yguazú para visibilizar la causa.

En Ciudad del Este-Paraguay, la colectiva feminista Kuña Poty también se solidarizó con Patricia, así como la Coordinadora de Derechos Humanos de Foz y otras organizaciones.

Cabe recordar que el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas (ONU) reconoce la lactancia materna como un derecho humano para bebés y madres, que debe de ser fomentado y protegido.

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