La Ley N° 6864, promulgada a finales de 2021, estableció oficialmente la conmemoración de esta fecha, que destaca la riqueza y diversidad de las tradiciones y creencias populares paraguayas.
No es casualidad que Paraguay sea reconocido por poseer una de las tradiciones folclóricas más ricas y vastas del mundo. Este inmenso caudal de sabiduría popular ha pervivido a través del tiempo, resguardado en la memoria colectiva de sus habitantes.
La palabra “folklore”, o “folclore” según la Real Academia Española, proviene de las voces inglesas “folk” (pueblo) y “lore” (saber, ciencia). El término fue acuñado por el arqueólogo inglés William John Thoms en 1846 y hace referencia al conjunto de conocimientos, usos y costumbres transmitidos de generación en generación, aquello que se comunica de boca en boca y se integra en nuestras costumbres sin una autoría determinada.
El folklore paraguayo abarca desde mitos como el Jasy Jatere y el Luisõ, hasta leyendas como Ykua Bolaños y Ñandejára guasu. También engloba supersticiones, juegos, religiosidades populares, comidas típicas, tereré, medicina natural, artesanías, danzas, música y el ñe’enga.
Destacan elementos tan emblemáticos como el Ñandutí, un bordado inspirado en la tela de araña, y el aho-poí, una tela rústica con bordados únicos que ha conquistado mercados internacionales. La artesanía local, repleta de variedad, muestra la habilidad de sus artesanos en los bordados, la cerámica, los sombreros de paja (Piri), las esculturas de madera y las confecciones en cuero.
La música tiene un lugar especial, con el arpa paraguaya y las guitarras dotando de magia a los festivales folclóricos. La guarania, suave y romántica, es ejecutada por tríos y orquestas típicas, añadiendo sabor a la identidad sonora del país.
En la gastronomía, se destacan manjares como el Asado, acompañado de ensaladas y mandioca, y comidas típicas como el Vorí vorí, Mbejú y la chipa so’o. Bebidas tradicionales como el tereré y el mate también son símbolos de identidad.
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El Folklore de Paraguay es, sin lugar a dudas, uno de sus tesoros más grandes. Es el alma vibrante de una nación que ha resistido y prosperado a través de los tiempos.
Recordar y celebrar nuestro folklore es esencial porque nos conecta con nuestras raíces, fortalece nuestra identidad y nos proporciona un sentido de pertenencia y continuidad.
Al honrar nuestras tradiciones, no sólo respetamos el legado de nuestros antepasados, sino que también dejamos una huella cultural para las futuras generaciones, asegurándonos de que las ricas historias, sabidurías y expresiones artísticas de Paraguay sigan vivas y sean apreciadas en todo el mundo.
Es un recordatorio de que, en la era de la globalización, mantener viva nuestra esencia cultural es más importante que nunca.
