El Tribunal de Sentencia estuvo presidido por la jueza Evangelina Villalba e integrado por los jueces Lourdes Morínigo y Óscar Genes. La condena fue resuelta por unanimidad. Héctor Eduardo Martínez Núñez fue condenado a 30 años de cárcel que deberá cumplir en la Penitenciaría de Coronel Oviedo, más 10 años como medida de seguridad por homicidio doloso agravado. Su madre, Limpia Concepción Gómez Goiburú, fue condenada a 25 años de cárcel debido a que se comprobó que tuvo participación en el hecho y en todo momento obstruyó el trabajo de los investigadores.
La madre y familiares de la niña asesinada acompañaron el juicio con mucho dolor, tensión y expectativa hacia el veredicto final. Luego de 5 horas de espera, entre los alegatos finales y la lectura de la sentencia, escucharon la sentencia y la madre expresó que su conformidad.
La investigación del crimen estuvo a cargo de la fiscala Estela Mary Ramírez, quien presentó una serie de pruebas que pudieron determinar la responsabilidad de los acusados, en el rapto y posterior asesinato de la niña. Incluso, se presentaron estudios periciales que indicaron que la pequeña fue quemada viva.
El crimen como venganza por una ruptura amorosa y denuncia de violencia
Durante el juicio oral y público, se comprobó que el condenado actuó por venganza, luego que su novia (tía de la víctima) terminara la relación afectiva.
En su testimonio ante el Tribunal, A. S. G., expareja de Héctor Eduardo Martínez, manifestó que su odisea empezó el 12 de febrero de 2020 cuando ella decidió terminar la relación e ir a vivir a casa de sus padres. Se sentía acosada y amenazada por el acusado, entonces junto a su madre denunció al exnovio ante el Juzgado de Paz de Minga Guazú.
Se fijó una audiencia para el 24 de febrero, pero recién el 28 de febrero, el denunciado compareció en compañía de la madre Limpia Concepción Gómez. El Juzgado dispuso orden de alejamiento para el exnovio, quien al día siguiente (el 29 de febrero) raptó a la pequeña Naidelyn, cuando la niña iba a la despensa. Posteriormente la asesinó con la complicidad de su madre, según se pudo probar durante el juicio.
La niña de 7 años fue raptada por Héctor Martínez, el pasado sábado 29 de febrero del 2020, alrededor de las 18.20, a cuadras de su casa, cuando fue a un almacén. Luego de un intenso operativo de búsqueda, se encontró el cuerpo de la pequeña totalmente calcinado en una propiedad, en el kilómetro 26 de la ruta PY02, el domingo 1 de marzo.
Pruebas irrefutables del crímen
Quedó comprobado ante el Tribunal, a raíz de las pericias de las comunicaciones, que el acusado se comunicó 4 veces con la madre, mientras tenía a la niña raptada. También se probó a través del testimonio de policías, que cuando la comitiva policial, fiscal y judicial se constituyó a la casa de Limpia, ahí encontraron el vehículo usado para el rapto recién lavado. Un asiento estaba mojado y la ropa utilizada por el acusado (remera roja, vaquero y zapato) dio positivo a la sangre de la menor en una prueba de ADN.
Quedó comprobado, con el testimonio de policías de Investigaciones, que durante el allanamiento, Héctor Eduardo negaba el hecho. Pero una vez que habló con la madre en privado, confesó que raptó a la nena pero dio datos falsos para evitar que se encuentre a la víctima.
Recién el 01 de marzo de 2020, un capataz de un establecimiento vecino, Agroganadera Ysyry, encontró restos humanos calcinados, que luego de la pericia se comprobó que se trataba de Naidelyn. La niña fue quemada a 600 metros de la casa de Limpia.